Consejos para ahorrar electricidad en casa

Con las constantes subidas del precio de la electricidad, cambiar algunos hábitos sencillos no supone un gran esfuerzo y puede significar un gran ahorro

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Cambiar algunos hábitos sencillos no supone un gran esfuerzo y puede significar un gran ahorro | Foto: Archivo
GranadaDigital
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Con pequeños gestos se pueden ahorrar grandes cantidades de electricidad en la factura de la luz, y en el caso de los electrodomésticos, ayudarlos a que tengan una vida más larga y eficiente.

Revisar la potencia del contrato de electricidad

Buena parte de lo que se paga en la factura es el término fijo en función de la potencia contratada: cada 1 kW de potencia supone casi 50 euros al año. Para recortar la factura de la luz, el primer paso es revisar qué potencia hay contratada y ver si de verdad se ajusta a las necesidades de la vivienda.

¿Cómo se puede saber si se paga más potencia de la que se necesita? Si nunca ha saltado el ICP (interruptor de control de potencia) que los nuevos contadores ya llevan integrados para controlar que no se utiliza más potencia que la que se tiene contratada, es probable que se pueda contratar algo menos de potencia y de esta manera arañar unos euros a la factura.

Discriminación horaria

Todos los hogares tienen tarifas con 3 tramos horarios: Punta, Llano y Valle y conocerlos para concentrar el consumo en las horas más económicas o al menos evitar las horas punta, será fundamental para obtener un buen ahorro.

Usar los electrodomésticos de manera eficiente

Usar bien los electrodomésticos no solo alarga su vida, con el consiguiente ahorro, sino que además permite reducir el consumo de energía.

Elegir los programas que funcionan a temperaturas bajas (al calentar el agua es cuando más consumen): los programas ECO del lavavajillas, o lavar a 40º C la ropa se traduce en un ahorro del 40% en luz.

Llenar electrodomésticos como la lavadora, secadora o friegaplatos y no dejarlos medio vacíos para no tener que usarlos varias veces.

Vigilar dónde se instalan el frigorífico y el congelador: algunas cosas como una buena ubicación (alejado de las fuentes de calor, con bastante espacio alrededor) y no poner el termostato a tope, aumentan su eficiencia. Además, es importante evitar introducir alimentos calientes que suben la temperatura del interior y hacen que su funcionamiento no sea óptimo.

Apagar las placas eléctricas o el horno un poco antes de que acabe el tiempo de cocción y aprovechar el calor residual. Con la plancha, dejar las prendas que menos planchado necesitan y plancharlas al final con el calor residual una vez desconectado el aparato.

Mantener bien limpios los electrodomésticos es clave para aumentar su eficiencia, y eso se traduce una mayor durabilidad de estos y un buen rendimiento, lo que significa ahorro.

Evitar el 'stand by'

Cuando un aparato deja de usarse, si sigue conectado, no es recomendable dejarlo en modo stand by. Desconectar aparatos electrónicos como la televisión, el ordenador, el cargador o el equipo de música cuando no se están usando puede llegar a recortar alrededor de un 10% del consumo energético, que para un consumo medio (de 3.500 kWh/año) supone más de 50 euros anuales.

No dejar luces o ventiladores encendidos

En el caso de tener que encender las luces, es importante apagarlas cuando ya no se estén utilizando. Con los ventiladores pasa igual. No es raro utilizar un ventilador o una luz de una habitación y marcharse sin acordarse de haberlo apagado. Y, sobre todo, no hay que olvidar apagarlo todo antes de salir de casa.

Además, en verano, evitar usar luz artificial hace que la temperatura en las estancias baje, además de no gastar electricidad.