Consejos para ahorrar energía en Navidad
Te traemos una serie de recomendaciones para evitar que el consumo energético se dispare en estas fechas tan señaladas
El árbol, el belén, ventanas iluminadas, el cordero en el horno, el marisco congelado, el lavavajillas listo. Os traemos da las claves para que la factura energética no se dispare en estas fechas
Con la Navidad a punto de comenzar, los hogares ya están decorados, los adornos encendidos, la calefacción puesta, el horno preparado para las grandes comidas, el lavavajillas a punto también, etc. Esta época del año ofrece la excusa perfecta para ciertos excesos y ello supone un aumento del coste energético.
El consumo de energía se dispara en estas fechas, pero siempre hay opción de poner en marcha una Navidad más eficiente para que la alegría propia de esta época no desaparezca con la siguiente factura. Por ello, ofrece una serie de consejos para intentar ahorrar energía con un consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente.
La estrella de la Navidad es la iluminación. La mejor opción es decidirse por luces Led, que gastan hasta un 80% menos en electricidad y son más duraderas y seguras que las bombillas tradicionales. A esto hay que sumarle un cierto control, limitando las horas de encendido de los protagonistas de la casa, el árbol y el belén, que muchas veces se quedan encendidos toda la noche o incluso cuando no hay nadie en casa. Además, una buena opción para complementar la iluminación en estas fiestas es recurrir a velas, que crean entornos cálidos y acogedores e incluso generan calor.
Otro consejo también es desenchufar todos los aparatos eléctricos que no se estén usando, sobre todo en caso de viajes y desplazamientos típicos de esta época. La solución son las regletas con interruptores para poder apagar del todo la televisión, la cadena de música, el ordenador, la cafetera, la tostadora, etc. y eliminar el consumo fantasma que al final suma en la factura de la luz.
Otro momento imprescindible de la Navidad es la comida. Cocinar grandes platos para la familia es toda una tradición, pero hay que tener en cuenta una serie de factores para ahorrar y ser más sostenibles en la cocina. Hay que cocinar de manera eficiente, por ejemplo, optimizando el uso del horno utilizando más de una bandeja para cocinar varias cosas a la vez y evitar abrir la puerta para no perder calor.
Asimismo, usar la olla exprés gasta menos porque cocina los alimentos más rápido y cocinando con vitrocerámica, se puede bajar la temperatura antes de terminar para aprovechar el calor residual y no gastar más energía de la cuenta.
Otra cuestión a tener en cuenta es el descongelado de alimentos. En vez de hacerlo a temperatura ambiente en la cocina, lo mejor es dejarlos en la parte más fría de la nevera porque así se aprovechará el frío que desprenden para subir un par de grados el termostato de la nevera y reducir el consumo eléctrico.
Y después de la comida llega el momento de recoger la mesa y poner el lavavajillas. Es la opción más cómoda y barata porque se gasta menos agua, pero siempre ha de ponerse con carga completa y a ser posible, en modo eco.
Las luces, comidas, desplazamientos, a todos estos gastos hay que sumarle otro más, propio de los meses de invierno, la calefacción. La temperatura óptima dentro de casa está en 21º y cada grado que se suba supone casi un 7% más de consumo. A esto hay que sumar la importancia del aislamiento de la vivienda, con buenos cerramientos de puertas y ventanas para que no se escape el calor, y elementos como cortinas y alfombras como aliados para una temperatura confortable en el hogar.
Ahora solo queda disfrutar de la Navidad al mismo tiempo que se ahorra en la factura energética.