Consejos para calmar el llanto de tu bebé
No existen métodos infalibles, pero sí algunas recomendaciones que pueden ayudar a la hora de tranquilizar a los bebés que están llorando
No existe un método infalible para calmar el llanto del bebé, pero sí que hay una serie de trucos y consejos que pueden ayudar a los padres cuando no parece tener fin.
1. Un ritmo regular. Los movimientos o sonidos rítmicos pueden aliviar el llanto del bebé. Acunadle o balanceadle en su cunita. Paseadle en brazos o... ¡en coche! Acercadle los sonidos rítmicos de la lavadora o la televisión.
2. Masaje. Para los cólicos del lactante, al niño le puede sentar bien un masaje abdominal suave. Recomendamos el masaje en posición vertical o tumbado con movimientos rotatorios de sus propias piernas sobre el abdomen.
3. La bañera. Nadie puede negar las propiedades relajantes de un buen baño en agua templada. Aprovechad el aseo diaro para calmar a vuestro bebé.
4. Oso amoroso. Un buen abrazo puede calmar su llanto. También podéis probar a abrazarle a su osito de peluche o a una manta suave.
5. Contención. Los bebés recién nacidos tienden a estar en flexión y buscan la protección a su alrededor, como cuando estaban en el útero materno. Podéis intentar calmar su llanto envolviéndoles en una sabanita o una manta ligera, siempre teniendo cuidado de dejarles respirar correctamente.
6. Chupete. La succión del pulgar o del chupete es un método muy bueno para calmar el llanto del bebé. Recordad que no se debe utilizar el chupete en las primeras semanas de vida para no interferir con la lactancia materna.
7. Entretenimientos. Si vuestro hijo está revoltoso, probad a distraer su atención. Colcadle delante del espejo para que se vea reflejado en él. Mostradle algún juguete o simplemente algún objeto “interesante” de la casa, como los libros de la estantería o los alimentos del interior de la nevera.
8. Papá y mamá descansan. Seguro que a veces os habéis visto superados por el llanto del bebé. Pero no perdáis los nervios, pues esto sólo empeora las cosas. Vuestro hijo puede contagiarse de vuestro nerviosismo y frustración, y llorar todavía más. Tratad de turnaros a la hora de calmar el llanto del bebé. Y no dudéis en aceptar la ayuda de algún familiar o amigo y tomaros un descanso.
Como siempre os recomendamos, no dejéis de consultar con vuestro pediatra cualquier duda acerca de este tema o cualquier otro relacionado con la salud de vuestro hijo.