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El valor y el estado de un vehículo disminuyen con el paso del tiempo, razón para llevar a cabo varias estrategias que permitan favorecer su conservación

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El auge en las ventas de coches de segunda mano ha venido dado en los últimos años por la adquisición de vehículos de más de una década. Si estás pensando en vender tu coche es fundamental mejorar algunos detalles de su apariencia, tanto interior como exterior, para conseguir una venta más rápida y eficaz. El valor y el estado de un vehículo disminuyen con el paso del tiempo, razón para llevar a cabo varias estrategias que permitan favorecer su conservación.

Tras la puesta a punto en un taller, es importante que el vehículo mantenga un aspecto inmejorable para el futuro comprador o tasador. Las llantas son un elemento que resume en parte la imagen exterior del coche y que, gracias a un correcto mantenimiento, permite que luzca en buenas condiciones. Normalmente las llantas necesitan para su limpieza la utilización de productos que podrían resultar abrasivos y por ello es importante tener la precaución de no afectar al resto del coche. Los faros suelen volverse opacos con el paso del tiempo, dando una apariencia anticuada al vehículo aunque, a partir de un correcto trabajo de pulido, pueden volver a quedar como nuevos.

Se recomienda que el techo, las puertas y los cristales permanezcan limpios, ya que cuidar cada detalle es esencial para conseguir una venta eficaz. También es importante preservar la apariencia de las placas de matrícula o del logotipo de la marca del coche. En este último caso, puedes sustituir el logotipo por uno nuevo, que podrás adquirir en varios locales especializados.

El aspecto interior del coche es también relevante, por ello es aconsejable limpiar a fondo la tapicería, el salpicadero, las palancas, los mandos y el maletero. Los asientos, alfombrillas y moquetas se han de aspirar correctamente con tal de eliminar por completo la suciedad que pueda dar un mal aspecto al comprador. El polvo acumulado y las marcas de huellas de los zapatos pueden limpiarse con un trapo suave de microfibra, agua y jabón y, del mismo modo, los cristales de las ventanillas, las lunas y los espejos lucirán mucho mejor si se eliminan manchas y marcas de dedos. Los productos elegidos para llevar a cabo la limpieza o mantenimiento de materiales como la piel de los asientos o los plásticos del salpicadero se han de elegir convenientemente con el fin de evitar daños en el interior del vehículo.