El consumo de cocaína crece en Granada: "Es una droga que va mucho con nuestra sociedad"
La fundación Proyecto Hombre atendió en 2020 a más personas por adicción a esta sustancia, que superó al alcohol y al cannabis
Las personas se caracterizan por sus hábitos. La fidelidad a una práctica o a una rutina son parte de la sociedad. Algo así está ocurriendo con la cocaína en Granada. No es una apreciación banal afirmar que su consumo se está normalizando en la población. Así lo demuestran los datos de la fundación Proyecto Hombre en Granada, que en 2020 atendió a más ciudadanos por adicción a esta sustancia que a cualquier otra. El 41,2% de las personas que acudieron a la organización fue a causa de su dependencia a esta droga, que superó de forma sorprendente al alcohol, que representó un 40,4% del total de demandantes. En tercer lugar quedó el cannabis con un 14,4%. Manuel Mingorance, director de Proyecto Hombre Granada, habla sobre la labor que realiza la asociación para ayudar a los adictos en lucha, siempre con un enfoque positivo que quiere transmitir que las personas deben ser independientes para tomar las riendas de sus vidas.
"Todo comienza en un cumpleaños o una nochevieja. Después son los sábados y posteriormente otro día de la semana", relata Mingorance, que describe la cocaína como una sustancia "excitante y estimulante", pero cuya tolerancia, como ocurre con otras drogas, crece. "Es una droga que va mucho con nuestra sociedad", detalla el director de Proyecto Hombre, que señala que la ciudadanía lleva un ritmo de vida acelerado. Agrega que muchos consumidores buscan aumentar su rendimiento o su concentración, mientras que otros motivos son la pérdida de la timidez o buscar el establecimiento de relaciones sociales.
Toda moneda tiene una cara y una cruz, pues después de los efectos deseados llega el famoso bajón, que es "terrible" según Manuel. Su experiencia como médico de Emergencias es un factor dentro de su labor en la fundación, pues conoce bien los dolores de pecho que en ocasiones desembocan en infartos de miocardio.
"La cocaína no es inocua", recuerda el portavoz, que aporta el término 'craving' para definir "el deseo irrefrenable" que sienten los adictos a la cocaína. En los datos de 2020 y 2021 de Proyecto Hombre existe un impacto derivado de la apertura del ocio nocturno, pues hay personas que echaron mucho de menos salir de marcha. "No tengo claro que esto vaya a bajar", dice Mingorance, que admite que ha conocido en tiempo de pandemia que hay gente que ni puede vivir sin fiesta.
Labor de la Fundación
El camino de un adicto hasta llegar a Proyecto Hombre no es sencillo. Tanto es así que hay algunos "que no llegan" por motivos como la falta de valor para hacer frente al problema en cuestión. "La mayoría llegan presionados por la familia, aunque hay algunos que lo hacen por iniciativa propia", manifiesta Manuel, que señala que "llegan tras tocar fondo". El primer paso para ayudar a los demandantes es la realización de tres o cuatro entrevistas que determinarán el programa a seguir para abordar su caso. "Hay muchos perfiles y por eso tenemos un equipo multidisciplinar", apunta el director.
El trabajo se acomete tanto a nivel individual como a grupal, donde la empatía aparece para el apoyo mutuo, un aspecto importante. La presencia de terapeutas es clave para "saber abrir procesos y cerrarlos", declara Mingorance. "El problema son las personas y no las sustancias. Siempre hay algún motivo detrás", apostilla. El representante de Proyecto Hombre es tajante a la hora de afirmar que "la vida no es fácil", pero siempre remarca por encima de todo la positividad para trabajar en el abandono de la dependencia y afrontar las cosas. En la organización se centran esfuerzos en identificar las causas que está anestesiando la persona a través de la droga. "A veces ser claro y firme se valora mucho", declara.
Manuel hace hincapié en la necesidad de tener paciencia, ya que "no se puede salir en cinco días" de una adicción que llega tras un proceso que puede durar muchos años. Uno de los pasos que podría ayudar a combatir la adición es la responsabilidad social, aunque no es sencillo tomar asiento y decirle a un amigo "te estás pasando". "Hay gente que no quiere escuchar, pero nuestra responsabilidad es esa", opina Manuel, que sabe que no es fácil dejar de "escurrir el bulto".
Un programa de alta exigencia
Al director de Proyecto Hombre Granada le brillan los ojos cuando habla de lo "bonito y reconfortante" que resulta su labor para apoyar a personas a recuperar su vida para demostrar que de la droga se puede salir. "Somos un programa de alta exigencia, por eso aquí no se regala el alta terapéutica", asegura Mingorance, que detalla que dichas altas tienen un porcentaje de no recaída del 90%. "Cuando te encuentras gente que ha rehecho su vida es muy bonito. Hay personas que lo han perdido todo y llevan toda su vida en un bolso", afirma. Proyecto Hombre atendió en 2020 a un total de 1.150 personas, con un número de jóvenes con problemas de adicción a la cocaína superior a los cinco años anteriores. Manuel y su equipo continuarán peleando por ayudar a salir del pozo al máximo posible de ciudadanos, y recuerdan que sus puertas están abiertas siempre.