"El Covid ha evidenciado más que nunca la necesidad de crear una especialidad de Urgencias"
Paco León, jefe de Urgencias del Virgen de las Nieves, recuerda la "emoción" que sintió al ver a sus compañeros arrimar el hombro en el momento más duro de la pandemia: "Lo más difícil fue perder a uno de ellos"
Desde que comenzó la pandemia, 24.500 personas han pasado por los circuitos respiratorios de Urgencias en el Hospital Virgen de las Nieves. Una cifra que ha multiplicado como nunca el volumen de trabajo de los profesionales que cada día se dejan la piel salvando vidas. Al frente de ese equipo está Paco León, el jefe de este servicio, quien atiende de forma generosa la llamada de GranadaDigital. Llega con la agenda muy apretada tras realizar un simulacro de terremoto. Tras la sesión fotográfica sugiere cambiar la ubicación de la entrevista y pasar de la entrada principal del hospital a la de Urgencias no sólo porque es su hábitat natural, sino también "porque así nos quitamos del sol y nos vamos a la sombra". Es una buena síntesis de su ética de trabajo. Prefiere estar a la sombra, agazapado, que no recibiendo parabienes siempre. Humildad, reconocimiento a todo su equipo --"desde limpiadoras a celadores", resume-- y un deseo: que se reconozcan las Urgencias como especialidad. Con ese propósito, en este Día Mundial de los Servicios de Emergencias y Urgencias tendrá lugar una concentración para volver a reivindicarlo. Entre tanto, contesta una a una todas las preguntas.
Pregunta. Los profesionales de Urgencias, y todos los sanitarios, han hecho un trabajo ímprobo en todo este tiempo, pero sigue habiendo gente que no respeta la distancia, organiza botellones o no toma conciencia. ¿Qué piensan ustedes cuando ven eso?
Respuesta. Lástima, pena y sobre todo preocupación, porque no ha llegado el mensaje del alcance real que tiene esta infección. Creo que la gente está informada. Lo único es que está un poco cansada de todas las restricciones. Pero cuando ocurre eso, fundamentalmente preocupa. Da un poco de pena que no se lleven a cabo esas medidas que, más que necesarias, son imprescindibles.
P. En la primera ola vimos los aplausos a los sanitarios, pero dio la impresión de que había una parte de 'bienquedismo'. Entiendo que el halago debilita, pero ustedes se lo han ganado ¿sienten que falta ese merecido reconocimiento por parte de la sociedad?
R. El reconocimiento siempre es bienvenido y halaga. Nosotros trabajamos porque es lo que tenemos que hacer. Sabíamos que el halago no iba a ser eterno. Gustó y emocionó en un principio, pero ahora no es lo que se nos solicita. Ahora lo que se solicita es mantener un respeto por el trabajo que se está realizando.
P. Desde que comenzó la pandemia, 24.500 personas han sido atendidas por Covid-19 en las Urgencias del Virgen de las Nieves, ¿con qué porcentaje de positividad?
R. No tengo el dato de positividad exacto y es muy variable porque ese circuito es de gente que viene con síntomas compatibles de Covid. Lo que queremos decir es que se han atendido casi 24.500, pues cada día suben, y en este momento no le puedo decir exactamente el porcentaje, pero sí que de esos, los que se han ingresado son poco más de 5.000. Ha habido muchos positivos que luego se han ido a casa con tratamiento puesto desde Urgencias porque no se precisaba ingreso.
"Viví la primera ola en la atención primaria y el resto en Urgencias y lo más emocionante fue ver siempre a compañeros dispuestos a ayudar"
P. ¿Cuál es el síntoma más común que manifiestan quienes van a Urgencias con sospecha de Covid?
R. Gracias a Dios, la mayoría con síntomas leves. Hemos tenido también mucha gente que ha venido asustada por síntomas inespecíficos o simplemente porque han tenido un contacto y querían saber si eran o no positivos. En la primera y en la segunda ola hubo mucha atención en ese sentido. En general, fiebre, malestar… Como una gripe, realmente, que son los síntomas que da al principio el 'bichito'.
P. ¿Cómo recuerda aquellas primeras semanas en las que faltaban mascarillas, EPI y no estaba todo tan protocolizado?
R. Tengo la ventaja o el inconveniente de haber vivido la primera ola en un centro de atención primaria y las restantes, desde el mes de julio, aquí en el hospital. Lo que recuerdo sobre todo es la capacidad de todos los profesionales y la intención de ayudar. Con y sin medios, como fuera. Todo el mundo quería ayudar y estaba dispuesto para cualquier cosa. Era alucinante ver el trabajo todos a uno. Y era emocionante también. Todos llegando a un mismo fin para controlar la infección. Fue eso, la emoción, lo que más recuerdo.
P. ¿Qué momentos fueron los más complicados?
R. Quizás el momento más crítico fue cuando tuvimos que cambiar de forma de actuar. Cambiar una organización que estaba ya establecida y que había que ir inventando día a día, aprendiendo de los errores. Y no de los errores, sino de cosas que se hacían de una forma y había que cambiarlas de un día para otro. El peor momento fue la noticia de la muerte de un compañero: lo más jorobado, lo más complicado… No sabría definirlo de otra manera ahora mismo. Fue inexplicable. Tremendo.
P. ¿Cómo llevaron a cabo ese cambio?
R. R. Con la ayuda de todo el mundo. Todo el mundo daba su opinión, estaba dispuesto y disponible. Era muy gratificante el contar con todo el mundo para cualquier cosa.
P. En la primera ola se le dijo a la población que, con síntomas leves, había que autoconfinarse y llamar por teléfono en lugar de acudir a Urgencias. ¿Cree que falló ese mensaje?
R. Es difícil de valorar esos momentos. Quizás debimos hacerlo en aquel instante con esa situación. Es muy complicado ahora valorar qué se hizo porque ahora tenemos unos elementos de juicio muy diferentes a los de ahora. En el mensaje lo que se pretendía fundamentalmente era evitar contagios. No sé si caló o no de gente que viniese o no. Eso será imposible de saber. Pero su intención era esa: intentar que esa gente no se contagiase.
P. En este Día Mundial de los Servicios de Emergencias y Urgencias, ustedes reclaman la creación de una especialidad de Urgencias, algo que la Mesa de Sanidad del Congreso ya ha rechazado, ¿qué cambiaría si se aprobara?
R. Creo que cambiaría mucho y, fundamentalmente, la visión de la población y de nuestros propios compañeros de hospital hacia el médico de Urgencias. Serviría para unificar la formación de todos los médicos de Urgencias. Hacer que, con esta formación, cada médico tuviese una estructura formativa similar y dar una calidad mayor, si se puede, a la atención que se presta. Formación, calidad, seguridad para que el que venga a Urgencias sepa que va a ver a un médico formado. Si yo voy a la consulta de Cardiología quiero que me vea un cardiólogo. Pues también que en Urgencias haya una persona especialista en Urgencias. Es algo que venimos reclamando desde hace mucho tiempo, pero que el coronavirus ha evidenciado aún más.
"Siempre pongo el ejemplo del día que ETA anunció que asesinaría a Miguel Ángel Blanco: entre las dos de la tarde y las cuatro y media no vino nadie a Urgencias"
P. ¿Recuerda alguna situación en especial que evidenciara el problema?
R. La mayoría de los que trabajamos en Urgencias tenemos una formación que hemos tenido que hacer por nuestros propios medios. Por ejemplo, cursos y másteres en Urgencias y Emergencias. Si esa formación ya estuviese en una especialidad sería más reglada, uniforme y mejor
P. De eso usted entiende bastante porque, como ha comentado antes, ha estado media vida como médico de familia y la otra media en Urgencias. ¿Qué diferencias hay entre ambos desempeños?
R. Yo soy médico de familia y no reniego de ello, al contrario. Pienso que es una de las especialidades más bonitas del mundo. Pero creo que para trabajar en Urgencias es preciso ser especialista en Urgencias. En mi época profesional, más de la mitad de mis trabajos han sido en Urgencias y he estado más de 12 años en atención primaria. Creo que puedo diferenciar la necesidad de formación en uno y otro puesto
P. ¿Qué diferencias encontró cuando saltó de la Atención Primaria a las Urgencias?
R. La estructura de trabajo es totalmente diferente. La forma de trabajo es totalmente diferente. Los conocimientos que se precisan son muy diferentes. Hay cosas que son troncales, iguales, pero otras cosas son específicas de cada especialidad, por lo que pienso que es necesario tener conocimiento de cada una de las áreas que se ocupan.
P. ¿Cómo es posible que con más de 100 países con las Urgencias reconocidas como especialidad, y estando en España mismo reconocida en la medicina militar, no lo esté aún en la civil?
R. (Ríe) Todo el mundo que trabaja en uno de estos sitios sabe que es necesario. El porqué no se ha hecho hasta ahora… No quiero ver manos negras, pero creo que hay intereses de ciertas sociedades científicas y especialidades. Pueden ser legítimos o no, no quiero entrar en ello, pero con todo lo que se ha vivido hasta ahora hemos demostrado que hemos dado la talla y quizás sea el momento de casi exigir el solicitar esa especialidad.
P. Tradicionalmente se ha dicho que cuando hay un gran partido de fútbol o un gran evento, los profesionales de Urgencias tienen guardias mucho más relajadas, ¿se sigue haciendo un mal uso de las Urgencias? ¿Se confunden a veces con la atención primaria?
R. Siempre pongo el mismo ejemplo. El día que ETA anunció que iba a matar a Miguel Ángel Blanco yo estaba de guardia en este hospital. La noticia era que iban a asesinarlo a las cuatro de la tarde. Este es un hospital que tiene un trasiego de gente tremendo a todas horas. Desde las dos de la tarde hasta las cuatro y media no vino nadie a Urgencias. Ahí está. ¿Viene mucho la gente a Urgencias o no? Vamos a definir qué es una urgencia. Y una urgencia es la percepción de una persona o de alguien de su entorno a ser atendida con premura. Siguiendo esa definición, una urgencia puede ser cualquier cosa. Tenemos que definir la priorización de las Urgencias y, sobre todo, tener una red de Atención Primaria y de Urgencias de Atención Primaria que haga que mucha gente se derive a esa red en lugar de ir a un centro hospitalario.
P. ¿Cómo ve la situación de Granada ahora que parece que la cuarta ola empieza a ser cosa del pasado y que avanza la vacunación?
R. Con esperanza, pero con la sensación de que no hay que bajar la guardia porque el virus todavía está entre nosotros. En la última semana, la media de pacientes que estamos viendo en circuitos respiratorios no baja de 60 al día. Con más o menos gravedad, pero no baja. Y eso solamente en este hospital. En las cifras que dimos al principio no hemos contado todos aquellos pacientes en circuito respiratorio en el Hospital de Trauma, que también han llegado. O sea que en total van a ser más de 25.000 los atendidos. Pero lo que diría es eso, que no hay que bajar la guardia. Todavía no hemos terminado, ojalá fuera así. La vacuna está siendo fundamental y magnífica, pero hay que seguir guardando la distancia y manteniendo todas las recomendaciones que siguen estando vigentes.
"Ansío la inmunidad de grupo, pero habrá que demostrar que es suficiente y no habrá olas de otras cepas: prefiero ser prudente"
P. ¿Y ve una mayor concienciación ahora? ¿Cómo lo ven ustedes desde dentro?
R. Todos lo estamos viendo, no sólo nosotros. Se está viendo un relajamiento. También debido al lógico cansancio de toda la población, pero está dándose un relajamiento que no siempre es algo que se pueda explicar. El cansancio está ahí, pero tenemos que intentar ponernos los objetivos en terminar esto lo antes posible haciendo un último esfuerzo.
P. En ese sentido, ¿teme que la inmunidad de grupo pueda hacer que la gente piense que ya se acabó?
R. No la temo, ansío la inmunidad de grupo. Lo que tenemos ahora mismo en cuanto a la esperanza de inmunidad de grupo, aún no lo tenemos. Habrá que demostrar que esa inmunidad es suficiente para que no haya rebrotes con olas de otras cepas. Yo aún sería prudente y conservador en ese sentido. Es un último esfuerzo y sprint, y es necesario aguantar un poco más y conseguir llegar a buen puerto. Ojalá la normalidad la pudiésemos tener la semana que viene, pero no puede ser.
P. Antes ha hablado de sus compañeros, ¿qué les diría?
R. Me gustaría dar las gracias a todos los que han participado en llevar a cabo la labor de nuestro servicio. Todos son importantes, desde el último médico a limpiadoras, celadores… Somos un equipo y si falta alguien el equipo no funciona. No hay una labor más importante que otra, todas las labores son importantes. De mis compañeros decir que son verdaderos jabatos, magníficas personas y que lo merecen todo. Ojalá que puedan descansar un poquito este verano y que no tengamos un aumento de trabajo por ninguna otra causa.