El Covirán Granada cae con honores y la Copa se queda en Madrid
Los rojinegros firmaron una gran segunda mitad para darle la vuelta al partido, pero en los últimos minutos los madrileños lograron cerrar la victoria (73-72)
En las finales se puede ganar o perder, pero lo que siempre hay que hacer es pelear hasta el final, dejarse la piel sobre la pista y regalar a la afición un partido lo más igualado posible. Y eso fue lo que hizo Covirán Granada, eso sí a partir del tercer cuarto. Movistar Estudiantes saltó al parqué de su pabellón como una auténtica apisonadora y el conjunto rojinegro que se vio en Lleida comenzó a florecer de nuevo. Pases errados, constantes amagues sin llegar a lanzar en ningún momento y un miedo más que evidente sobre la pista. Con estas premisas, Estudiantes colocó en el 18-3 en el marcador con una facilidad pasmosa, en especial desde el tiro exterior. Los granadinos presenciaron impasibles como la Copa Princesa se les escapaba de las manos en apenas un cuarto.
Con el 23-10 comenzó el segundo periodo, diez minutos en los que los de Pablo Pin trataron de reaccionar. El técnico granadino probó todas las combinaciones posibles sobre el parqué, pero fue la entrada de Germán Martínez lo que dio algo de oxígeno a Covirán Granada. El malagueño cargó con todo el equipo a sus espaldas y les recordó que son un gran equipo que sabe defender y que es capaz de plantarle cara hasta al favorito de la temporada. Por unos minutos se llegó a pensar que el partido se marcharía al descanso con la máxima igualdad, pero Javier Beirán, Larsen y Dos Anjos se encargaron de romper todas las ilusiones de los rojinegros. En especial, un triple sobre la bocina de Javier Beirán que enterraba los ánimos de los granadinos de cara al descanso.
La final pintaba muy muy negra. Durante el descanso, la plantilla de Covirán Granada no salió del túnel de vestuarios hasta que no faltaron unos tres minutos para que se reanudase el juego, la charla de Pablo Pin estaba siendo más larga que de costumbre, en 20 minutos había que solucionar todos los errores de la primera mitad, el arranque del tercer cuarto iba a ser decisivo.
De regreso a la pista reapareció el Covirán Granada de los grandes partidos, el de las grandes gestas, el que hacía levantar a todo el Palacio de Deportes. A Madrid no se vino de paseo, se vino a luchar y si era posible a ganar. Petit Niang, Germán Martínez y James Ellisor llevaron en volandas a su equipo hacia la remontada. Los de Pablo Pin saltaron al tercer cuarto convencidos de que se le podía dar la vuelta a la tortilla.
Con un parcial de 4 a 11, Jota Cuspinera paró el encuentro ante la clara reacción de los granadinos. El momento de reflexión no sirvió para nada, Covirán granada ya había puesto la sexta marcha camino a la remontada. Los triples se sucedían, Christian Díaz y Lluís Costa volvieron a su mejor versión desde el tiro exterior. Movistar Estudiantes era incapaz de contraatacar. Por un momento, el Wizink se convirtió en el Palacio de Deportes. Al fin se solucionaron los problemas en el rebote, se acabó con el miedo y la tensión y se empezó a jugar. Con un parcial de 9 a 26 a favor de los rojinegros, el partido volvió a comenzar.
En los últimos diez minutos cada jugada iba a ser decisiva y cada falta protestada, estaba claro que la final se decidiría en los últimos minutos. Comenzó con buen pie el último cuarto con una canasta de Pere Tomás que puso a Covirán Granada por primera vez en todo el partido, pero rápidamente devolvió el golpe Estudiantes con un triple de Nacho Varela. A cada minutos que pasaba la tensión era más alta y los fallos se apagaban cada vez más caros. Con el 71 a 70, Costa la tuvo para ponerse por delante, pero pasó a Pere Tomás que tiro desde la esquina el triple y no entró. Tres tiros libres de Urtasun daban casi la final a Estudiantes, pero aún no estaba todo dicho. Costa logró sacar la falta en el tiro de tres. Anotó dos de los tres tiros libres, falló el último y tan solo quedaban cuatro segundos en el marcador. Pablo pidió tiempo muerto, la jugada estaba clara, falta rápida y jugarse el triple casi en el último segundo. Fue Thomas Bropleh quien tuvo la victoria en su mano, pero el tiempo era demasiado corto y la victoria cayó del lado madrileño (73-72).
La derrota es dolorosa y más aún cuando sabes que te has dejado la piel sobre la pista. Ahora solo queda volver a casa y reflexionar, valorar que Covirán Granada ha sido capaz de acorralar durante 20 minutos a Movistar Esstudiar y aprender de los errores cometidos en la primera mitad para no repetirlos dentro de una semana cuando toque volver a visitar el Wizink Center. La Copa hubiese estado bien, pero ahora toca mirar al ascenso a la ACB.