El Covirán Granada comienza marzo con un sufrido y trabajado triunfo en Huesca
Los rojinegros firmaron un encuentro irregular y con demasiados fallos, sobre todo, en el plano ofensivo, pero suman una victoria más vital para mantenerse líderes
Con la alegría de saber que la posibilidad de jugar la Copa Princesa ya es una realidad, Covirán Granada viajaba a Huesca con el objetivo de comenzar con buen pie el frenético mes de marzo que se avecina. El duelo contra el penúltimo de la clasificación se antojaba, con respeto a Huesca, como un mero trámite, pero el tiempo alejado de las pistas por la Copa del Rey y las ventanas FIBA ha pasado demasiada factura.
Con un inicio algo convulso por el fallo en el marcador que hizo que se atrasase el comienzo del encuentro, ambos equipos saltaron a la pista con demasiadas dudas e imprecisiones en su juego.
Se adelantaron los rojinegros en el luminoso, pero el conjunto local no se fue del partido en ningún momento. Con el juego al contraataque y una ligera superioridad en el juego interior, Huesca mantuvo a ralla las intenciones de Covirán Granada de romper el encuentro antes del descanso. Bropleh mostró una muy buena versión en los primeros compases del encuentro, pero con el paso de los minutos se fue desinflando, al igual que el resto del equipo.
El segundo cuarto comenzó con el 16-24 en el marcador, una ventaja mínima, pero aparentemente suficiente para controlar el partido. Sin embargo, como se suele decir en esta competición, cualquier equipo puede dar la sorpresa. El conjunto de Pablo Pin comenzó a mostrarse demasiado precipitado en sus decisiones y la defensa de Huesca ahogó poco a poco a los rojinegros en el juego en zona. Con el 25-28 Pablo Pin paró el encuentro para buscar la reacción de sus jugadores, pero el cambio de dinámica vino por parte del rival. Huesca metió una marcha más a su juego y se marchó al descanso con un parcial de 22 a 10 que dejó el marcador en 38-34.
El encuentro se antojaba similar al vivido hace unos días entre Palma y Lleida, el colista dando la sorpresa ante un equipo de la zona alta de la tabla. Tras el paso por vestuarios, el juego se tornó espeso y trastabillado. Los fallos en ataque y el protagonismo de la defensa y un juego demasiado físico que convertía cada acción en una falta trasformó el tercer cuarto en un partido difícil de ver y con un marcador muy reducido. El control del juego seguía siendo levemente de Huesca, pero Petit Niang fue la esperanza rojinegra para luchar por una victoria vital para seguir en la lucha por el liderato.
Con el 48-51 del final del tercer periodo, a los rojinegros solo les quedaban diez minutos para cerrar una sufrida y costosa victoria. Los de Pablo Pin reaccionaron y aumentaron su intensidad en la defensa. Ya lo ha dicho el técnico granadino en varias ocasiones: un buen ataque se construye desde una buena defensa. Los rojinegros no han tenido su mejor día en el plano ofensivo, pero poco a poco consiguieron romper el encuentro que a falta de tres minutos para el final ya estaba totalmente decantado. Ningún rival es fácil, ningún partido se puede dar por ganado, los granadinos lo han vuelto a comprobar una vez más. Lo importante, se acabaron los choques como visitantes, se ha sumado una victoria más y la semana que viene Covirán Granada regresa al Palacio para seguir luchando por mantener la primera plaza de la tabla.