“Creo que buena parte de la sociedad ve a la Tuna como algo estancado en lo antiguo" | Vídeo
La Tuna del Distrito Universitario de Granada, una de las más antigua de España, no ha parado de amenizar fiestas, rondar a las muchachas y participar en certámenes desde 1948
Ya hay ambiente en la calle Gonzalo Gallas. Una de las calles de tapeo más conocidas de Granada ya tiene despelgadas mesas y sillas en la acera. El duro frío se aleja y resulta agradable estar al fresco tomando algo. Pero uno de los bares, el 'D'kañas', tiene un ambiente más llamativo en su interior. El sonido de una bandurria nos avisa de que vamos a tomarnos unas tapas con un hilo musical diferente. La Tuna del Distrito Universitario de Granada ya está ensayando. Entramos.
Entre más cervezas que refrescos, nos recibe Juan Francisco Casas Muñoz, el presidente de esta tuna, la más antigua de España y la única de distrito que sobrevive en el país, con permiso de la de Melilla y Ceuta.
"SÍ, EN LA TUNA SE LIGA. ESO NO ES UN FALSO MITO"
Hoy, tanto él como sus compañeros, se han puesto el traje, su inconfundible seña de identidad, aunque para los ensayos no suelen ir así vestidos. Sin embargo, para esta ocasión, lo han sacado del armario y se lo han enfundado. Llama la atención la capa de Juan Francisco. No cabe un solo pin más. “Cuando vamos de viaje o a certámenes nos los suelen regalar o los compramos de recuerdo”, nos comenta. Se ríe cuando le preguntamos por la combinación verano-traje aterciopelado negro. “Morimos de calor, sí, pero es lo que hay”, responde risueño. “Forma parte de nosotros”, afirma.
“Lo que nos diferencia de otras tunas, en cuanto a vestimenta, es que nosotros no llevamos beca”, matiza. Cuando se fundó la Tuna del Distrito Universitario de Granada, en 1948, no existían estos distintivos académicos, así que esta tuna sigue sin llevarlos. Sí que llevan el escudo de la Universidad de Granada presente. Gracias a ella, hoy son tunos.
Quien entra en la tuna es porque está dentro del ámbito universitario. Ella es la puerta de entrada a esta afición que, para muchos, se convierte en un estilo de vida casi irrenunciable. No por obligación, sino por placer. “Una vez que pasas a ser veterano, la Tuna ya es para toda la vida, no se limita solo a la época universitaria”, nos cuenta Juan Francisco. Él entro en 2008, cuando estudiaba en Magisterio. Él es uno de los quince tunos activos que hoy día forman la Tuna del Distrito, aunque en realidad hay más. “Hay algunos componentes que ya no están en Granada, pero que siguen participando en los conciertos o en los concursos a los que vamos”. De hecho, según nos cuenta el presidente, hay tunos activos que pertenecen a la segunda generación que la Tuna del Distrito ‘horneó’ en su día, la ‘sesentuna’ la denominan.
Mientras charlamos con Juan Francisco, en la mesa de atrás, Carlos, Francisco, Juan David y Gregorio afinan los instrumentos. Cerca de ellos hay cuatro ‘novatos’: Antonio, Pedro, Santiago y Ricardo. Por ahora, dos ‘juguetean’ con bandurrias y los otros dos con la guitarra. “A la hora de cantar, trabajamos con sus voces y técnicas”.
¿Todo el mundo vale para entrar en la tuna?, preguntamos a Juan Francisco. “Trabajando duro, todo el mundo vale”, responde. Y es que, para formar parte de esta familia, no es condición sine qua non saber tocar un instrumento o cantar. Hace falta tener ganas. El resto, lo aprendes dentro, de la mano de los ‘veteranos’, que se encargan de enseñar. “Los que entran son diamantes sin pulir”, nos explica el presidente. Él en su día fue uno también. “Eso es lo que más me ha aportado la Tuna. Me ha enseñado habilidades musicales. Ahora toco la guitarra en condiciones y canto como solista”, confiesa.
El proceso de ‘reclutación’ de la Tuna se vive en el ámbito univesitario. Las agrupaciones (en Granada hay cuatro tunas: la de Ciencias, la de Medicina, la de Aparejadores y la de Distrito) se ‘publicitan’ con carteles informativos por los pasillos de las facultades. “Anunciamos dónde ensayamos, dejamos un número de teléfono y, bueno, hay gente que se anima a asistir a alguno de nuestros ensayos. Se motivan y prueban”, explica.
Suelen quedar para ensayar una vez a la semana, aunque cuando se acerca algún certamen, buscan más horas para preparar la actuación. De cualquier modo, no parece que la presión y el estrés sean compañeros de la tuna. Se les ve relajados, disfrutando en compañía, pasando un buen rato entre guitarras, bandurrias y cervezas.
SE SIGUE RONDANDO A LAS MUCHACHAS
“Creo que buena parte de la sociedad ve a la Tuna como estancada en lo antiguo”, nos responde Juan Francisco. “Sin embargo, nosotros somos capaces, y de hecho lo hacemos a menudo, de tocar temas más comerciales, más modernillos”, explica. Así, cuando su público les pide algún tema que sale fuera del repertorio clásico de la tuna, ellos se defienden bien. “Suele pasar mucho cuando salimos a rondar a las muchachas”, nos comenta. Si vamos por los bares, nos paran y piden de todo tipo de canciones, y nos animamos con mucho gusto. Es una mezcla”.
Entonces…, ¿se sigue rondando a las muchacas?, le preguntamos. Sí, claro. Lo hacemos muy a menudo. También nos piden acudir a cumpleaños. Pactamos una sorpresa. Primero le cantamos al balcón, y luego subimos a la casa dónde se está celebrando el cumpleaños y nos quedamos de fiesta”.
"Por eso no solemos cobrar, porque nos gusta”, añade. Según lo que nos cuenta Juan Francisco, el ‘sueldo’ de un tuno es difícil de estimar. No tienen tarifas fijas y también influyen dos factores: compromisos sociales y vocación. “Vivir de esto… Pues no, no se puede".
¿Se liga mucho o eso también es un falso mito de la tuna?, preguntamos en general a todos. Algunos se ríen y miran para otro lado. “Sí, en la tuna se liga. No es un falso mito”, nos aclara el presidente, y señala con la mirada a uno de los tunos. “Y ya si eres guapetón como él, ni te cuento”.
La Tuna actual, o por lo menos ellos, no suele componer. “Hacer canciones nuevas es muy difícil”, nos explica el presidente. Sin embargo, la Tuna del Distrito compuso una canción, que se ha convertido en un ‘hit’ en este mundillo. La ‘Tuna granadina’ es una canción que suena por todo el mundo ya.
Actualmente, en la antigua Facultad de Medicina de Granada se está habilitando una sala para ellos. Allí exhibirán los premios que esta tuna ha conseguido a lo largo de los años. Son tantos que Juan Francisco es incapaz de darnos un número aproximado, aunque nos hace el balance de estos dos últimos años para que nos hagamos una idea: el pasado año conseguimos nueve; y en lo que llevamos de 2017, llevamos cuatro ya. “La verdad es que nuestra tuna impone”, asegura con orgullo.
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