El Covirán deja escapar la victoria en Miribilla (90-73)

Un insuficiente acierto desde el tiro exterior y la falta de energía en el rebote condenaron a un plantel rojinegro que llegó a remontar en el tercer cuarto

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Imagen del encuentro entre Bilbao Basket y Covirán Granada en Miribilla | Foto: ACB Photo
Ainoa Morano
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Luces y sombras en la primera mitad del encuentro en Miribilla. Apostó Pablo Pin por Luke Maye en el quinteto titular, una novedad que no salió del todo bien. Acompañado por Petit Niang, Thomas Bropleh, Alex Renfroe y Lluís Costa, los rojinegros firmaron un inicio de partido algo irregular. Con dos pérdidas en tan solo minuto y medio de juego, los fantasmas de Lugo parecían más reales que nunca. Covirán Granada mostró un juego algo precipitado y lleno de imprecisiones que Bilbao Basket supo aprovechar desde la zona. Con Sulemanovic y Smith de protagonistas, los MIB colocaron el 11 a 6 en el marcador. El planteamiento inicial no terminaba de funcionar y fue con los movimientos del banquillo cuando los granadinos se reengancharon al partido. La entrada en pista de Christian Díaz y Mike Moore dio algo de estabilidad a un conjunto granadino que pudo cortar sus pérdidas y forzar los fallos de los bilbaínos para marcharse al segundo cuarto con el 20 a 18 en el luminoso.

Con el inicio del segundo periodo, Jaume Ponsarnau dio entrada a Francis Alonso y Álex Reyes, dos piezas claves para dar el primer golpe real en el encuentro. Los vascos mejoraron su porcentaje desde el tiro exterior ante un Covirán Granada que firmaba un pobre 1 de 7 desde el tiro de tres, siendo Thomas Bropleh el único que vio fortuna. Tuvo que parar el partido Pablo Pin tras el buen parcial de su rival. La defensa de Covirán se había convertido por momentos en un auténtico coladero, en parte, por la actuación de un Ndoye que no terminaba de encontrarse cómodo sobre el parqué.

La vuelta al juego de Luke Maye fue el punto de inflexión que tanto necesitaba el plantel rojinegro. Hasta en tres ocasiones intentó el ala-pívot anotar desde la línea de triple, pero no fue hasta el cuarto intento cuando la bola entró. Desde ese momento, ocho puntos consecutivos del estadounidense y un triple de Bropleh permitieron a Covirán Granada cuajar su reacción para volver al encuentro y marcharse al descanso con una distancia relativamente sencilla de revertir (42-34).

No terminaba de convencer el juego de los rojinegros. Faltaba fuerza en la defensa, rebotes y un mejor porcentaje desde el tiro exterior. Demasiados factores por mejorar ante un rival que tenía sangre en los ojos y que veía cada vez más cerca el fin de su breve mala racha. De regreso al juego, Bilbao Basket volvió a pecar de su bajada de intensidad en el tercer cuarto. Covirán Granada se hizo fuerte en el rebote ofensivo para ponerse a tan solo cuatro puntos.

Con un juego más rápido basado en el tiro exterior, los rojinegros lograron sacar petróleo de un conjunto vasco algo perdido. Lluís Costa entró en acción. El base catalán sacó su muñeca a pasear para, con dos triples consecutivos, darle la vuelta al marcador. Paró el encuentro Jaume Ponsarnau en busca de soluciones, en busca de esa fórmula mágica que lo librase del embrollo en el que se había metido su equipo, una posición que llevaba por nombre: Álex Reyes. El alero se vistió de estrella para, ayudado por el evidente problema de Covirán Granada en el rebote, volver a poner a Bilbao Basket por delante en el marcador. Los rojinegros olvidaron por completo que una de las partes claves del baloncesto es el rebote, tanto así que los MIB se paseaban a sus anchas por el parqué, consiguiendo todas las segundas oportunidades posibles. Por momentos, lo que se veía en la pista era un manual de ‘Cómo tirar un partido’. Para más inri, Hakanson entró en acción para acabar de dinamitar el partido. Del 50-51 al 64-55. Incomprensible, sobre todo, por el cambio de actitud de los rojinegros justo cuando habían remontado.

Con tan solo diez minutos por delante, Álex Reyes inauguró el marcador del último periodo con un nuevo triple. Todos los problemas que los bilbaínos habían acusado en jornadas anteriores desde el tiro exterior lo estaban remediando ante Covirán Granada. No bajaron los brazos los rojinegros que, ahora sí con un Ndoye algo más acertado, tres cuartos necesitó para ello, lograron recortar distancias hasta los nueve puntos. Los rojinegros llegaron a meter en bonus a su rival a falta de siete minutos. Aun se podía remontar el encuentro, pero Adam Smith acabaría con cualquier esperanza de los granadinos. Con Luke Maye expulsado por cinco faltas y con un Covirán Granada frustrado de cara al triple, lo único que quedaba era luchar por no perder el average. Una pelea que también se perdió. 90 a 73 y de camino al parón con unas sensaciones algo contradictorias. Se cortó la mala racha ante Fuenlabrada, pero lo visto en Miribilla no ayuda para alentar al optimismo. Obviamente no se iba a ser una apisonadora cuando se volviese a ganar, pero sí se esperaba una energía y una lucha hasta el final. Llegan dos semanas de parón para reflexionar y mejorar demasiadas cosas, en especial, con Ndoye. Sus 12 puntos no maquillan una actuación claramente insuficiente para la concentración y energía que requería el encuentro. Mucho por cambiar para un Covirán Granada que sigue mirando de reojo la zona baja de la tabla. 

Ficha del partido:

Bilbao Basket: Smith, Withey, Radicevic, Sulejmanovic, Rabaseda -quinteto inicial- Anderson, Reyes, Hakanson, Ubal, Kyser, Alonso

Covirán Granada: Bropleh, Renfroe, Niang, Maye, Costa -quinteto inicial- Tomás, Caicedo, Moore, C. Díaz, Iriarte, Ndoye

Parciales: 20-18 ; 22-16 -descanso- 22-21 ; 26-18