La campanada del año en el Palacio tendrá que esperar (61-94)
Un Covirán aguerrido en la primera mitad del partido acabó sucumbiendo ante el poderío blaugrana tras el descanso, pudiendo solo tratar de maquillar un resultado demoledor
El Palacio de Deportes lucía como el de las grandes ocasiones, algo que se está convirtiendo en habitual esta temporada. La emoción por ver a Covirán Granada medirse de tú a tú ante todo un Barcelona hizo que en el pabellón del Zaidín se respirase cierto ambiente de optimismo. Un optimismo que quedó en nada tras el descanso, pues ocurrió lo que era previsible. El Barcelona arroyó a un Covirán aguerrido en los primeros 20 minutos, pero desaparecido tras el paso por vestuarios.
El primer intercambio de golpes entre ambos conjuntos dejó una gran pelea en la zona de Cristiano Felicio contra todo el plantel blaugrana. Grimau apostó por un quinteto de altura con Paulí, Willy, Satoransky, Da Silva y Kalinic, complicando así la entrada del pívot brasileño al aro. Aun así, Felicio encontró la forma de abrirse hueco entre las torres culés para contestar las primeras canastas de los visitantes. Gran despliegue físico y defensivo el de Covirán Granada en la primera mitad, aunque la relajación o el despiste en un apr de jugadas hizo que el Barcelona siempre llevase la delantera en el marcador. Apareció Lluís Costa para anotar el primer triple del encuentro y poner por primera vez a los rojinegros con ventaja en el luminoso.
El Barcelona no terminaba de encontrarse cómodo ante la férrea defensa granadina, pero conseguía seguir vivo en el partido gracias a los mínimos errores de su rival. Grimau tuvo que sacar a Jokubaitis, Brizuela y Parker para refrescar a una plantilla blaugrana con demasiados minutos en sus piernas tras el partido de Euroliga del pasado jueves. La rotación permitió a los rojinegros mantener la intensidad de su defensa, pero cuando más igualado estaba el encuentro aparecieron los invitados que nadie espera. Dos tiros libres repetidos, una falta incomprensible de David Kramer que dio un tiro libre extra a Nnaji… El Palacio sacó su rabia contra los colegiados pues no es la primera vez que esto ocurría en ante el Barcelona. Aun así, los de Pablo Pin lograron cerrar el primer periodo a tan solo tres puntos de distancia (16-19).
Arrancó el segundo cuarto con cierta tensión en los jugadores de Covirán Granada. Las decisiones arbitrales estaban dificultando el juego para los granadinos que, aunque lograron sacar dos faltas en un minuto a su rival, no llegó a entrar del todo al partido hasta pasados unos minutos. El Barcelona se lucró de los errores defensivos y de los pequeños despistes en la transición de los rojinegros para, sin apenas esfuerzo, ir aumentando la brecha en el marcador. Anotó Brizuela desde el triple, primero del partido para ellos y paró el partido Pablo Pin, había que entrar en el partido lo antes posible. Al dominio de Willy Hernangómez contestó Kwan Cheatham con dos triples consecutivos para colocar el 27 a 31. Entonces fue Grimau quien detuvo el juego para reestructurar a los suyos. Brizuela y Willy siguieron castigando a un Covirán Granada que intentaba mantenerse en el encuentro, pero que sucumbía poco a poco al poderío físico de su rival. Por momentos, los granadinos lograron mantenerse por debajo de la barrera de los diez puntos, pero las continuas pérdidas, diez al descanso, permitieron a su rival abrir una brecha mayor. Finalmente, la leve reacción final dejó el 32 a 42 al descanso.
Tocaba remontar. Arrancó el tercer cuarto con un triple de Kalinic totalmente liberado que puso el +13 en el luminoso. Trataba de recortar distancias el Covirán desde el tiro exterior, pero el balón siempre tocaba aro y se salía. Un segundo triple de Satoransky obligó a Pablo Pin a parar el encuentro con tan solo dos minutos y medio de juego transcurridos. Los rojinegros estaban en sus peores minutos. No solo por la falta de anotación y el parcial de 0-8 de su rival, sino que su presencia en el rebote era inexistente dejando así al Barcelona con total libertad para lograr segundas oportunidades que acaban en una canasta más. Con 34 puntos en 24 minutos de juego es muy complicado competir.
El Barcelona se fue a los 20 de ventaja con una velocidad y una facilidad pasmosa. Desde ese momento solo se podía luchar por maquillar el resultado lo máximo posible, la derrota era evidente. Kwan Cheatham fue el único que logró derribar por momentos el férreo y alto muro culé, pero sus dos faltas consecutivas en menos de un minuto lo condenó al banquillo entrando en su lugar Konontsuk. No había equipo, solo jugadas individuales de frustración y desesperación al comprobar que la campanada que diese la segunda victoria consecutiva en el Palacio era imposible. Persistía el Covirán en su intención de remontar a base de triples, pero el 3 de 15 que figuraba en sus estadísticas apuntaba a todo lo contrario. Siguió sumando el Barcelona desde la línea de personal manteniendo así su renta de 20 puntos, una ventaja que ni el triple solitario de Kwan Cheatham pudo acortar (47-67).
Tan solo restaban diez minutos de este sufrimiento innecesario. La superioridad blaugrana era pasmosa, incluso dolorosa, pero el Covirán trató de mantener con orgullo su lucha hasta el final. Balanceándose entre los 20 y 22 puntos de ventaja, los rojinegros pasaron el trato de tener que jugar un partido que ya estaba más que perdido. Fueron Davidi Iriarte y Germán Martínez los que sacaron a relucir esa garra y coraje, ese orgullo magullado que no da por perdido el encuentro hasta el pitido final acompañados por Kramer Rousselle y Tomás. Un quinteto curioso a la par que llamativo que Felicio no pisase el parqué del Palacio desde el segundo periodo. Los minutos pasaron con la misma dinámica que casi la segunda mitad del encuentro al completo. El Barcelona paseando a placer por la pista, mientras al Covirán le costaba sangre y sudor anotar una simple canasta. La campanada del año en el Palacio tendrá que esperar pues con ilusión y optimismo no se ganan partidos, menos a todo un Barcelona. La derrota era previsible, solo que se esperaba un partido algo más competido, como el de ida. A pesar de la derrota, el Covirán sigue muy vivo en la lucha por la permanencia, eso es lo que realmente importa. Siguiente parada, Girona.
Ficha del partido:
Covirán Granada: Felicio, Costa, Thomasson, Cheatham, Tomàs - quinteto inicial - Díaz, Iriarte, Martínez, Kramer, Kairys, Rousselle, Konontsuk.
Barcelona: Da Silva, Paulí, Satoransky, Hernangómez, Kalinic -quinteto inicial - Brizuela, Abrines, Nnaji, Jokubaitis, Sarr, Jakucionis, Parra
Parciales: 16-19; 16-23 - descanso- 15-25; 14-27
Árbitros: Carlos Cortés, Jordi Aliaga y Carlos Merino
Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 19 de la ACB disputado en el Palacio de Deportes con 7.906 espectadores