Competitividad conseguida, victoria en espera (55-70)
El Covirán Granada supo plantar cara y acercarse a la remontada ante un Barcelona que vivió de la renta conseguida en el primer cuarto
Este Covirán Granada no conoce la palabra complejos. Tras un nefasto primer periodo, los rojinegros supieron recomponerse para mostrar esa competitividad tan deseada. Una lucha que no acabó dando los frutos deseados, pero que permiten seguir construyendo de cara a las finales que se avecina, la primera dentro de tres días.
Primer cuarto para olvidar del Covirán Granada. Apostó por la sorpresa Pablo Pin al utilizar a Jacobo Díaz de titular, una renovación del cinco inicial que funcionó en parte. Abrió el marcador Alex Renfroe desde el tiro exterior. Novedad también en los rojinegros, pero esa canasta fue un simple espejismo. El Barcelona entró al parqué del Palacio de Deportes como una auténtica apisonadora. Eso sí, no por mostrar un juego completamente imparable, sino por los continuos fallos de Covirán Granada, errores en su mayoría de un Youssou Ndoye perdido, sin energía y sin capacidad de hacerle frente a un Sali que le ganó la batalla en la zona de principio a fin.
La única opción de ataque de los granadinos pasaba por el tiro exterior, pues el muro formado en la zona por Mirotic y Sanli anulaba por completo las posibles opciones en el juego interior del pívot senegalés. No fue hasta que restaban tres minutos del primer periodo que Pablo Pin sentó a Ndoye para dar entrada a Petit Niang. Su presencia en la pista, acompañada por la entrada de Caicedo y Pere Tomás cambió por completo la imagen de los granadinos. Tanto así que a los pocos segundos, Covirán Granada desatascó su ataque para cerrar el periodo con un resultado de 7 a 22.
El Covirán Granada que pisó el parqué del Palacio en el segundo cuarto poco o nada tenía que ver con el que jugó en los primeros diez minutos. Los rojinegros al fin entendieron que debían ir paso a paso, acción a acción para plantarle cara a un Barcelona que no tenía su mejor día desde el tiro exterior. Lluís Costa volvió a ser el de siempre, liderando al equipo no solo en la dirección de juego, sino también en la anotación. Con calma, sin precipitarse y con confianza, los de Pablo Pin lograron maquillar su mal primer periodo para dejar a los culés hasta cuatro minutos y medio sin anotar y firmar un parcial de 10 a 2 que los metía de lleno en la lucha por la victoria.
Seguía fallando el Barcelona desde el tiro exterior y no encontraba respuestas a una defensa por momentos brillante de un Covirán granada que con el paso de los minutos era más consciente de que a este rival sí se le podía meter mano. El partido marchaba como quería el técnico local, pero el regreso de Ndoye a pista frustró sus planes de remontada. La entrada del pívot senegalés restó movimiento, frescura e intensidad al juego rojinegro, permitiendo a los visitantes nuevamente vivir de los errores de su rival para llevar el marcador al 23-32 al descanso.
No cabía ninguna duda de que este podía ser un partido en el que dar la sorpresa, pero que, obviamente, no iba a ser sencillo. Estamos hablando del Barcelona, su liderato estaba en juego y no iba a dar por perdido el choque. Con Petit Niang de inicio y nuevamente Jacobo Díaz de titular para el tercer periodo, Covirán Granada colocó el 28 a 34 en el luminoso con un Lluís Costa brillante. Jacobo Díaz estaba dando vida a los granadinos gracias a su presencia y efectividad en el rebote defensivo. Sin embargo, los de Jasikevicius aprendieron de sus errores del primer tiempo. Dejaron de abusar del tiro exterior para encontrar los mínimos huecos que la defensa granadina dejaba en la zona.
Los últimos diez minutos prometían ser agónicos. Un triple de Michael Caicedo nada más poner el balón en juego puso el 41 a 48, siete puntos de diferencia que metieron presión al Barcelona y que llevaron a la grada rojinegra a creer cada vez más en la remontada. Cuando mejor estaba el partido para los locales, entró en pista el miedo a ganar. Las manos temblaban un poco más y los tiros ya no eran tan claros como en periodos anteriores. La distancia en el marcador crecía y decrecía a cada jugada, la igualdad era máxima. Tuvo Caicedo una oportunidad de oro para cortar de raíz el amago de romper el encuentro de su ex equipo, pero hizo difícil lo fácil. La bandeja evidente pasó a un pase por la espalda que acabó en tiro errado y canasta del Barcelona.
Quince puntos de ventaja para los blaugranas, pero Covirán Granada no bajó los brazos. Los siete puntos consecutivos de Thomas Bropleh permitían seguir creyendo en la remontada. La distancia seguía en los diez puntos y pudo ser menor si no llega a ser, nuevamente, por los árbitros. Se marchaba David Iriarte solo hacia canasta tras un robo con Kalinic como defensor. Un pequeño traspiés del blaugrana y antideportiva para el mallorquín. ¿Incompresible, verdad? Pues así fue. Contra ocho no se puede competir. La derrota llegó, pero esta es de las que hace crecer al equipo. Se compitió, se creyó hasta el final, no se dio el partido por perdido incluso ante un titán como el Barcelona. Girona cayó ante el Real Madrid, por lo que habrá que estar pendiente de lo que ocurra en el Betis- Fuenlabrada de este jueves y, sobre todo, mantener la misma energía y la misma competitividad para el fin de semana. Aun quedan finales, no está todo perdido.
Ficha del partido:
Covirán Granada: Bropleh, Ndoye, Renfroe, J. Díaz, C. Díaz - quinteto inicial - Moore, Niang, Vilá, Costa, Tomás, Caicedo
Barcelona: Paulí, Sanli, Satoransky, Kuric, Mirotic - quinteto inicial - Martínez, Kalinic, Laprovittola, Tobey, Jokubaitis, Nnaji
Parciales: 7-22; 16-10 - descanso - 15-16; 17-22
Árbitros: Juan Carlos García, Alberto Baena, Cristóbal Sánchez
Incidencias: partido correspondiente a la jornada 28 de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes