Victoria de quilates del Covirán para cerrar al fin la mala racha (78-70)
Los rojinegros cosechan al fin el ansiado primer triunfo tras un partido muy sólido donde la precipitación y la desconcentración no fueron invitados a la fiesta particular de Thomasson y Cheatham
Punto y final a la maldita mala racha. El Covirán Granada ya puede decir bien alto y claro que ha conseguido su primer triunfo en la temporada 23/24. Tras la victoria de Zunder Palencia este pasado sábado ante Río Breogán, el Covirán Granada necesita estrenar su marcador de victorias de una vez por todas. Ya no solo por recibir el premio que tanto merecen o por adquirir ese chute de moral también tan necesario, sino por evitar que los rivales por la permanencia se escapasen en la clasificación. Con esta imperiosa necesidad de acabar con la mala racha, los rojinegros saltaron a la pista totalmente convencidos de que este domingo llegaría el triunfo.
Lluís Costa fue el encargado de abrir el marcador en el encuentro ante Casademont Zaragoza tras varios ataques fallidos por parte de ambos conjuntos. Casi sin tiempo para entrar en calor, Kwan Cheatham cometió una antideportiva que se transformó en cuatro puntos para los maños. Los de Fisac pusieron la directa en los primeros compases del juego para colocar rápidamente el 5 a 11 en el luminoso. Aun así, Covirán Granada no perdió la compostura. A diferencia de otros encuentros, los granadinos supieron mantener la concentración aun con el marcador en contra. Esta sangre fría le permitió ir sumando jugada tras jugada hasta endosar a los zaragozanos un parcial de 16-5 que, a la larga, sería la gran sentencia de Casademont Zaragoza. Lo importante de esta reacción ya no solo era el parcial, sino cómo se había conseguido. El Covirán Granada hizo gala de esa paciencia que tanto se le pedía con un juego en el que todos aportaban, incluído un Joe Thomasson que no se limitó a aparecer cuando el partido ya estaba al borde del colapso.
Aunque Covirán se las prometía felices, los momentos malos de los rojinegros regresaron, quien pensase que en esta ocasión todo sería coser y cantar estaba muy equivocado, aun quedaba demasiado partido. Zaragoza sobrevivió en el inicio del segundo periodo gracias a la mano y la potencia de Jahlil Okafor que, con cinco puntos consecutivos, puso el 26 a 26 en el marcador. Los minutos pasaban y, aunque Covirán Granada era claramente más sólido a nivel defensivo, especialmente en el rebote, el balón no quería entrar. Posesión tras posesión los rojinegros trataban de estrenar su marcador en el segundo cuarto, pero los dígitos no variaban.
Entre tanto error por parte de ambos equipos, porque Zaragoza tampoco fue capaz de aprovechar el mal momento ofensivo de su rival, los árbitros entraron en acción. Las continuas faltas pitadas a los granadinos, algunas de ellas muy, pero que muy, cuestionables, desesperaron a un Pablo Pin que, por primera vez esta temporada, recibió una técnica. El ambiente se caldeó más de lo necesario, pero Covirán Granada aprovechó el momento de tensión para seguir luchando y anotar su primer canasta del parcial que llegó a falta de cuatro minutos para el descanso. Desde ese momento, los rojinegros volvieron a meterse en el encuentro. Emegano trató de mantener vivo a su equipo, pero esta vez la fortuna sonreiría a Covirán que, con un triple sobre la bocina de Cheatham se marchó a vestuarios con ocho puntos de ventaja.
Con la efusividad del final de la primera parte aun en el cuerpo, los de Pablo Pin saltaron al parqué del Palacio con el cuchillo entre los dientes. No podía volver a permitirse una mínima desconexión en su juego, pues Zaragoza haría que lo pagasen muy caro. Nuevamente construyendo desde la defensa, con una superioridad abismal en el rebote, Covirán Granada supo ser paciente y buscar sus mejores opciones de tiro para aumentar la distancia en el marcador hasta los 12 puntos. Esta vez los rojinegros no dejarían escapar la victoria. La concentración de los granadinos era tal que, tras un mínimo fallo de Joe Thomasson en un pase errado, Lluís Costa consiguió cortar el contraataque de los maños para asistir a Cheatham que anotó un triple como más le gusta, con el catch and shoot y sin dudar ni un solo segundo.
Con el 49 a 37, Porfi Fisac paró el juego por tercera vez en el partido, pero de nada sirvió la charla a sus jugadores. Covirán Granada creía mucho más en la victoria que ellos. Eso sí, el pequeño susto no se lo quitaría nadie. Tras conseguir una ventaja holgada en el marcador, los rojinegros fueron víctimas una vez más en sus propios errores, fallos que llevaron a Zaragoza a recortar distancias y poner el 53 a 44 tras un 3+1 de Emegano, una reacción que llevó a Pablo Pin a pedir su primer tiempo muerto del encuentro. Una vez más, los rojinegros supieron mantener la compostura para, con un juego algo peor que el mostrado en la primera mitad, seguir dominando en el marcador al término del tercer cuarto (59-48).
Con los once puntos de ventaja, llegó el momento crítico para Covirán. Cuando las fuerzas ya flaquean y el cronómetro corre en ocasiones demasiado despacio, era el momento de sacar partido a todo lo conseguido durante los 30 minutos anteriores y no dejarse llevar por la precipitación. Dicho y hecho. Los de Pablo Pin no bajaron los brazos ni un solo segundo, aun cuando Zaragoza amagaba por remontar, aun cuando los tiros no entraban con tanta facilidad como en periodo anteriores, los granadinos mostraron que habían al fin habían aprendido de sus errores.
Con el 65 a 57, tras varios minutos en los que a Covirán Granada le tocó sufrir de lo lindo viendo que, una vez más, sus lanzamiento no entraban con excesiva facilidad, Lluís Costa, que no vivía su mejor encuentro en anotación anotó un triple que reactivó al equipo, pero que no fue suficiente para cerrar el partido. Zaragoza no había dicho su última palabra y con cuatro puntos consecutivos motivados por una falta de Pere Tomás y una pérdida de Joe Thomasson llevaron a Pablo Pin a parar de nuevo el partido. Una técnica a Bell-Haynes permitió a Thomasson sumar un punto más. La posesión casi queda en nada tras jugarse el estadounidense el solo la posesión, pero una falta en el último segundo de Yusta lo llevó de nuevo a la línea de tiros libres, anotando los dos. 73-63 y menos de dos minutos para acabar, la victoria debía quedarse en Granada, ya no se podía cometer errores. Recortó Zaragoza una vez más, se puso a cinco, pero Covirán firmó una pizarra perfecta para que un triple de Joe Thomasson cerrase el encuentro (78-70). La primera de la temporada al fin había llegado. Después de tanto sufrimiento, los rojinegros tenían su ansiado premio. No ha sido el mejor partido de Covirán Granada, eso sin duda, el average podría ser más alto, sí, pero lo importante es que la pesada mochila de las cinco derrotas consecutivas se había vaciado. Desde ya comienza un nuevo camino, seguro más fructífero.
Ficha del partido:
Covirán Granada: Cheatham, Kairys, Costa, Tomás, Thomasson - quinteto inicial - Ziv, Kramer, Iriarte, Felicio, Díaz, Martínez, Konontsuk
Casademont Zaragoza: Bell-Haynes, Emegano, González, Sulejmanovic, Watt - quinteto inicial - Yusta, Langarita, Gielo, Smith, Okafor, Cinciarini, Traoré
Parciales: 26-21; 14-11 - descanso - 19-16; 19-22
Árbitros: Benjamín Jiménez, Alberto Baena, Cristóbal Sánchez Cutillas.
Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 6 de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes de Granada con 7.051 espectadores.