Vídeo | Golpe de realidad para un Covirán Granada desconocido (94-76)

Sin defensa y sin efectividad desde el triple, los rojinegros sucumben ante un Gran Canaria brillante con un 15 de 38 desde el tiro exterior

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Christian Díaz durante el encuentro disputado ante el Gran Canaria | Foto: ACB Photo
Ainoa Morano
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Era demasiado bonito como para continuar una semana más. El gran inicio del Covirán Granada sufre un corte en seco con la dura derrota cosechada en las islas. El Gran Canaria arrolló a un conjunto rojinegro totalmente desconocido, que intentó reengancharse al partido como pudo, pero que acabó sucumbiendo ante el vendaval de triples de los locales (94 a 76)

Los de Pablo Pin partían con cierta ventaja sobre el papel. Las bajas y los minutos acumulados de la plantilla de Jaka Lakovic hacía que, a priori, igualar la intensidad sobre el parqué fuese algo más factible. Nada más lejos de la realidad. Gran Canaria arrancó el encuentro con una fuerza y seguridad en su juego que dio miedo desde el primer minuto. Covirán Granada apostó por su quinteto de confianza de inicio. Con Renfroe, Felicio, Bropleh, Ali y Maye, los granadinos pudieron hacer frente a un conjunto local venido a más tras la derrota que sufrieron en la Eurocup ante Promitheas Patras. 

Juego rápido, pero sin acierto. Los de Pablo Pin siguieron con su tónica habitual de juego, pero Jaka Lakovic había estudiado muy bien a su rival, sabía que debía cortar las transiciones como fuese. Luke Maye destacó en los primeros compases del juego. Reboteando, luchando y anotando logró mantener vivo a su equipo. La entrada de Christian Díaz y Lluís Costa y el acierto de los rojinegros desde la línea de tiros libres dio un atisbo de esperanza a los rojinegros que pudieron cerrar el primer cuarto con tan solo tres puntos de diferencia (25-22). 

Aquellos diez primeros minutos serían los únicos en los que el Covirán tuviese alguna opción de llevarse la victoria. Con la entrada al segundo periodo comenzó la lluvia de triples por parte de los canarios. Con el 35 a 27, Pablo Pin paró por primera vez el encuentro. Su equipo necesitaba reaccionar, comenzar a construir desde la defensa, ser más físicos. Esa intensidad en el juego llevó a los visitantes a cometer demasiadas faltas. A falta de cinco minutos para llegar al descanso, Covirán ya se encontraba en bonus. Toda la ventaja que había logrado sacar en el primer cuarto, había desaparecido en el segundo. 

Tras el tiempo muerto apareció el hombre del partido. Nico Brussino fue el encargado de lapidar cualquier posibilidad de los granadinos. Triple tras triple fue hundiendo más y más a un Covirán Granada totalmente desconocido. Sin juego rápido, sin defensa y sin efectividad desde la línea exterior. 18 puntos del argentino y 9 de 21 en triples para Gran Canaria, mientras que en el lado contrario el dato más llamativo eran las 12 pérdidas de los rojinegros. 50 a 34 y camino a vestuarios.

El conjunto granadino necesitaba recuperar su esencia y, sobre todo, su confianza. Dentro del gran scouting que hizo Jaka Lakovic, seguro estaba apuntado en rojo y subrayado la gran salida que suele tener Covirán Granada tras el descanso. Gran Canaria regresó a su pista con intenciones de cerrar el partido en el tercer periodo. Y lo hizo. Un parcial de seis a cero sentenció a los rojinegros. Pablo Pin volvió a parar el partido en busca de la reacción de los suyos. Casi lo consigue. Cristiano Felicio se echó el equipo a la espalda y con seis puntos consecutivos logró acortar una brecha en el marcador que se había ido hasta los 22 puntos. 

Con la mínima reacción de Covirán Granada, los locales volvieron a cargar sus armas para seguir sumando desde el triple. La superioridad de Gran Canaria, sumada a las continuas faltas de los granadinos, los fallos en su ataque, la precipitación en su juego.. un sinfín de factores que acabaron por desesperar a los rojinegros. El desgaste mental era evidente. No había solución posible. Este no era el equipo de siempre, bien por acierto de los canarios o por los errores de los visitantes, pero este equipo no era el que había vencido a Fuenlabrada, Murcia y Bilbao. 

77 a 56. Solo diez minutos para acabar un partido que se había convertido en un auténtico infierno. El Covirán debía intentar sobrevivir como pudiese y tratar de maquillar el resultado. Intentar no desesperarse y salir con la cabeza lo más alta posible, ese debía ser el único objetivo del equipo, pues la victoria era imposible. El partido estaba perdido, no se iba a dar el milagro, eso estaba claro, pero había que pelear hasta el final. El partido acabó con 94 a 76 en el marcador, pero el resultado era lo de menos. La imagen de los rojinegros fue inesperada. Ya lo ha dicho Pablo Pin en varias ocasiones, “no hablo de ganar o perder, hablo de competir”. Esta vez no se compitió. Es doloroso, pero es la realidad y no es algo subjetivo, lo dicen los datos. 7 de 25 en triples y 24 pérdidas. Sin defensa, sin un juego claro y sin sacarle partido al potencial ofensivo desde la línea exterior del equipo es complicado vencer. Esto es la ACB y este era uno de los grandes. El Covirán Granada deberá aprender, y mucho, de este partido. 

Ficha técnica:

Gran Canaria: Kljajic, Inglis, Balcerowski, Bassas, Brussino - quinteto titular - Slaugther, López, Diop, Mutaf, Albicy, Benite, Salvó

Covirán Granada: Bropleh, Renfroe, Felicio, Ali, Maye - quinteto titular - Vilá, Tomás, Niang, Díaz, Costa, J.Díaz, Iriarte

Parciales: 25-22; 25-12 -descanso- 27-22; 17-20

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada de la Liga Endesa disputado en el Gran Canaria Arena