El Covirán se hace fuerte en su fortín para volver a sonreír (93-89)
Los rojinegros, aupados por su afición, consiguen sobreponerse a un partido lleno de obstáculos para conseguir su cuarto triunfo en la ACB
Equipo y afición vuelven a ser uno solo para seguir ganando en la ACB. El Covirán convierte al Palacio en su fortín en un partido frenético, con tensión hasta el último segundo y con decisiones arbitrales cuestionables, para no variar, pero que no impidieron que los rojinegros consiguiesen su segunda victoria en casa y la cuarta en la competición (93-89).
Con sorpresa en el quinteto inicial inició el Covirán Granada su duelo ante Obradoiro. Pablo Pin apostó de inicio por Pere Tomás en lugar de Thomas Bropleh. Entre fallos de marcador y tiempo pausado costó arrancar el juego. El primer golpe lo dio el conjunto gallego, como no podía ser de otra forma, desde el triple. Tiros liberados y rebotes demasiado fáciles para los de Moncho Fernández llevaron a Pablo Pin a parar el encuentro con tan solo cuatro minutos de juego transcurrido. Algo poco habitual en el técnico granadino, pero es que todo lo que debía hacerse para ser competitivos no se estaba haciendo. Tras el tiempo muerto Covirán reaccionó. Alex Renfroe y Luke Maye capitanearon a un conjunto rojinegro que poco a poco se iba metiendo en el partido. Junto a ellos, un Prince Ali brillante.
Con el 15 a 16 Pablo Pin dio entrada a Lluís Costa, Christian Díaz y Petit Niang. El equipo cambió. Comenzó a puntear los triples como debían a Obradoiro y ha sentirse más cómodo desde el tiro exterior. A pesar de la igualdad aparente sobre el parqué, ninguno de los dos equipos terminaba de mostrar sus auténtico juego. Ambos se caracteriza por tener un juego dinámico y muy rápido, pero las defensas estaban brillando para poder frenar al rival. Un triple final de Thomas Bropleh llevó el marcador al 24 iguales al término del primer cuarto.
Jacobo Díaz fue el encargado de abrir el marcador del segundo periodo y poner por delante en el marcador al Covirán Granada por primera vez en el encuentro. La entrada de Christian Díaz en el juego, sobre todo en los segundos diez minutos estaba cambiando por completo la imagen de los rojinegros sobre la pista. Con más fuerza, desparpajo y dinamismo, los granadinos recuperaron su esencia y su acierto desde el triple. El combo Díaz-Costa funcionaba a la perfección. Sin embargo, ese juego rápido no se puede mantener demasiado tiempo y el cansancio comenzó a pasar factura. Obradoiro supo mantenerse vivo en el luminoso para aprovechar el momento en el que el Covirán bajase la guardia. De la mano de Phil Scrubb, los gallegos recuperaron su ventaja inicial.
El Monbus Obradoiro encontrar las debilidades de los granadinos para hacer mucho daño desde el tiro exterior. El Covirán Granada necesitaba darle más fuerza a su juego, sobre todo a su defensa, pues tan solo cometió una falta en todo el segundo periodo, debían llevar a Obradoiro al límite y no lo estaban haciendo. Aun así, lo mostrado fue suficiente para seguir vivo en el encuentro (46-50).
Se habían aprendido muchas cosas del partido de Gran Canaria. La intensidad, el cuidar los detalles…, pero otra de las claves debía ser la salida tras el paso por vestuarios. De regreso al parqué, las polémicas y los fallos se convirtieron en los protagonistas del encuentro. Covirán Granada no conseguía encadenar buenos ataques consecutivos. Esto sumado a las continuas faltas y la técnica pitada al banquillo local terminó por encender el partido.
Juego frenético. Ambos equipos dejaron de lado las defensas para poner sobre la pista su verdadero potencial, la rapidez en el juego. El partido pasó a ser una lucha por ver quien pillaba más desprevenido al otro. En ese corre calles, el Covirán no terminaba de romper la diferencia del marcador, hasta que el Palacio hizo su trabajo. Costó, pero la afición supo levantar a su equipo cuando más lo necesitaba. Un triple de Prince Ali, una posterior canasta de Luke Maye tras un gran rebote y otra canasta de Thomas Bropleh sirvieron para cuajar la remontada y mandar el marcador al último cuarto con el 69 a 66.
En los primeros minutos del último periodo la igualdad fue máxima. Por cada canasta de Covirán, Obradoiro respondía con un triple. Aun así, los rojinegros ya no temían al acierto desde el tiro exterior de los gallegos, esto ya era cuestión de coraje y garra y en eso este equipo anda sobrado. El punto de inflexión para los locales fue la antideportiva no pitada a Petit Niang que lo acabó mandando al banquillo para recuperarse del fuerte golpe. Desde ese momento se sabía que esta victoria se quedaba en casa.
Pablo Pin apostó por jugar sin pívots durante unos minutos y la táctica no le pudo salir mejor. El equipo necesitaba puntos y ahí estaban Luke Maye y Thomas Bropleh para dárselos. Incluso Jacobo Díaz se sumó a la fiesta desde el tiro exterior para aumentar la renta hasta los diez puntos. Paró el partido Moncho Fernández, la victoria se le había puesto cuesta arriba en un abrir y cerrar de ojos. Para aquellos que pensasen que el trabajo estaba hecho, se equivocaban. A Obradoiro aun le quedaba una última vida. Los gallegos trataron de remontar en un último minuto eterno. Habrá quien lo considere parte del juego, pero lo que hizo Moncho Fernández en los últimos minutos es cuanto menos cuestionable. Con cada jugada, el técnico del conjunto gallego pedía challenge para poder explicarle a sus jugadores cuáles serían los pasos a seguir, esto porque ya no le quedaban tiempos muertos. Ni la “pillería” de Fernández, ni las antideportivas no pitadas a favor del Covirán hicieron que los rojinegros se fuesen del partido. La victoria se quedaba en casa. 93-89, triunfo muy sufrido, pero más que merecido. El Palacio empieza a ser un fortín y el Covirán Granada ya tiene cuatro victorias.
Ficha técnica:
Parciales: 24-24 ; 22-26 - descanso- 23-28 ; 24-21
Covirán Granada: Felicio, Renfroe, Tomás, Maye, Ali - quinteto inicial - Niang, Bropleh, Vilá, Díaz, Costa, Iriarte, J.Díaz
Monbus Obradoiro: T.Scrubb, P.Scrubb, Walker, Guerrero, Bender - quinteto inicial- Vicedo, Zurbriggen, Westermann, Blazevic, Muñoz
Árbitros: Fernando Calatrava, Javier Torres, David Sánchez Benito