Sin reproches para un Covirán Granada que mereció más (62-82)

Los rojinegros miraron de tú a tú al líder de la competición durante tres cuartos, pero el físico falló en los últimos diez minutos donde los blancos sentenciaron el encuentro

Coviran Granada Real Madrid
Caicedo y Moore se estrenaron como rojinegros, mientras que David Iriarte volvió a las pistas tras su lesión | Foto: Antonio L. Juárez
Ainoa Morano
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Nueve mil almas gritando al unísono ¡Vamos mi Granada! es para emocionarse y, sobre todo, para creer en el milagro. Este domingo 15 de enero será recordado para siempre por la visita del Real Madrid al Palacio de Deportes granadino, pero también quedará en la memoria de todos los asistentes por el coraje, la garra y la fe que su equipo mostró ante un auténtico rey de reyes. Con el quinteto inicial habitual de las últimas semanas, pero con la novedad de Mike Moore, el Covirán salió a por todas, porque a Granada nadie viene a pasearse.

Los rojinegros dieron el primer golpe de la mano de Alex Renfroe, pero supo contestar Edy Tavares con dos de sus habituales canastas, haciéndose grande en la zona. El Real Madrid planteó un inicio de encuentro muy físico, tanto así que las faltas se acumularon rápidamente en su casillero. Por parte de los granadinos, estos mostraron un juego algo más estático de lo habitual, con jugadas muy pensadas y tiros muy bien seleccionados. A pesar de la evidente superioridad física de los de Chus Mateo, hasta el ecuador del primer cuarto, Covirán supo mantener a su rival muy lejos de la zona. Con el 9 a 6 tras un triple de Christian Díaz, el técnico blanco dio entrada en pista a Sergio Llull y Dzanan Musa, una rotación que cambió levemente el encuentro. Al mismo tiempo, Pablo Pin dio sus primeros minutos a Michael Caicedo que pisó el parqué del Palacio con un auténtica ovación de fondo. Musa se hizo el dueño y señor del partido, en parte, beneficiándose de la antideportiva y la falta que logró sacarle al canterano blaugrana. Tras varios minutos de ataques errados, Llull cerró el primer cuarto como solo él sabe, con una de sus mandarinas (14-19).

El partido estaba siendo atípico en todos los sentidos. De no ser por la mandarina sobre la bocina de Llull, los blancos se hubiesen ido al segundo cuarto sin un solo triple anotado. Con el comienzo del segundo periodo, el Real Madrid subió aun más su fuerza en el juego y en la defensa. Como se diría coloquialmente, estaban repartiendo hostias como panes, eso sí el excesivo contacto no se veía reflejado en las faltas a favor de los rojinegros. A pesar de todas las trabas en el juego y la falta de acierto de los locales en el ataque, Covirán se mantuvo en el partido. La clave era la concentración, no dejarse llevar.

Entre tanto ataque frustrado apareció Christian Díaz con un triple que puso el 18 a 20 en el marcador y que obligó a Chus Mateo a parar el partido. Los blancos no terminaban de encontrar su juego por la defensa planteada por los granadinos. Fallos, pérdidas y una mala selección de tiro llevaban a los visitantes a ver como su principal virtud quedaba anulada. De hecho, los madrileños tan solo sumaron desde la línea de personal en buena parte del segundo cuarto y eso que su porcentaje desde esta faceta del juego se quedaba en un 57% de acierto al descanso. Una mínima reacción final del Madrid sirvió para cerrar el parcial con 24 a 32 en el marcador.

Marcharse al descanso solo ocho puntos por debajo ante todo un Real Madrid ya era una victoria. Tras el paso por vestuarios la clave no era otra más que aguantar físicamente. Con la lección aprendida tras los encuentros de Baskonia y Joventut y con más jugadores en la rotación al poder contar con Caicedo, Moore e Iriarte, ya recuperado de su lesión, el Covirán Granada regresó a la pista como si de una final por el ascenso se tratase. Con el cuchillo entre los dientes. De la mano de Petit Niang, Thomas Bropleh y Alex Renfroe, los rojinegros llegaron a dar la vuelta al encuentro, incluso poniéndose por delante en el marcador. El Real Madrid se vio completamente superado por un rival que, sin nada que perder, miró a la cara, sin complejos, al líder de la liga.

El pívot senegales, acompañado por el base estadounidense, regaló unos minutos de puro baloncesto y alegría a los más de 8.000 espectadores que llenaban las gradas del Palacio. Sin embargo, la felicidad duró poco. Nuevamente Musa desde el triple, Llull desde el tiro en suspensión, Tavares y Yabusele con su poderío físico y con una circulación del balón que volvería loco a cualquiera, el Madrid se distanció en el marcador hasta poner un colchón de 11 puntos para el último cuarto (46-57).

Tras el paso adelante de los de Chus Mateo, los rojinegros se vieron superados claramente por su adversario. Pedía calma Christian Díaz a sus compañeros tras varios tiros errados y algunas pérdidas que se podían haber evitado. Aunque, a veces es complicado mantenerse en el partido cuando ves cómo Musa, Causeur y compañía han vuelto a ser los de siempre. Hasta que las fuerzas le aguantaron a Covirán Granada, el Real Madrid se vio con el agua al cuello. Ese premio no se lo quita nadie a los granadinos. Seguía intentándolo el conjunto rojinegro, pero la remontada ya quedaba a 15 puntos de distancia a falta de cinco minutos para el final del partido. Luchó hasta el plantel de Pablo Pin que, por momentos, parecía que jugaba contra ocho en lugar de contra cinco, pero el resultado acabó siendo el que se esperaba por la magnitud del rival que visitaba el Palacio (62-82).

Ocho derrotas consecutivas y los de la zona baja cada vez se acercan más. Sin embargo, el maldito tourmalet ya ha terminado. Los grandes ya han pasado y toca centrarse desde este momento en Girona. Se ha perdido, pero también se ha ganado mucho, solo este domingo, sino también durante estas semanas. Confianza en el equipo, sobre todo, en los que no tenían tantos minutos al principio de la temporada; capacidad de superación y, lo más importante de todo, los refuerzos. Caicedo y Moore aprobaron con notable su estreno como rojinegros, en especial el estadounidense que mostró una fuerza en defensa y un descaro en ataque que servirá de mucho a Covirán Granada en el futuro. El camino se ve cada semana más claro.

Ficha del partido:

Covirán Granada: Moore, Renfroe, C.Díaz, Niang, Bropleh -quinteto inicial- Vilá, Costa, Tomás, Iriarte, Caicedo, Martín, J.Díaz

Real Madrid: Causeur, Abalde, Hanga, Tavares, Yabusele -quinteto inicial- William Goss, Fernández, Hezonja, Rodríguez, Deck, Poirier, Cornelie, Llull, Ndiaye, Musa

Parciales: 14-19; 10-13 - descanso- 22-25; 16-25

Árbitros: Darío Hierrezuelo, Sergio Manuel, Rubén Sánchez

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 16 de la Liga Endesa disputado en el Palacio de Deportes ante 8.000 espectadores.