El Covirán consigue la cuarta sin titubeos y con un partido para enmarcar (109-85)
Los rojinegros cumplen al vencer a un rival directo por la permanencia como Palencia y al fin se divierten gracias a su 16 de 25 en triples
Partido de ensueño para el Covirán Granada. Los de Pablo Pin han vivido, al fin, uno de esos encuentros en los que se deja de mirar el marcador, se respira hondo y simplemente se disfruta del auténtico espectáculo que había sobre la pista. Los rojinegros han cumplido y con creces. Cuarta victoria de la temporada ya en el casillero y ante un rival directo por la permanencia, un Zunder Palencia que no levanta cabeza y que ve con impotencia cómo su sueño de la ACB se desvanece por momentos.
Este partido era una final anticipada por la permanencia. Aunque no guste hablar de finales, el resultado de este sábado marcará en gran parte lo que pueda ocurrir a lo largo de la temporada para ambos conjuntos. La importancia de este encuentro hizo que tanto Covirán Granada como Zunder Palencia saltasen a la pista del Palacio de Deportes con cierto nerviosismo. Tras unas primeras acciones marcadas por la imprecisión, Lluís Costa abrió el marcador desde el triple, gran valedor de los rojinegros en el primer periodo. La rapidez en el juego marcó los primeros compases del partido, colocando en pocos minutos el 10 a 5 a favor de los granadinos. Los de Pablo Pin actuaron esta vez como el equipo experimentado, la etiqueta de novatos ahora la llevaba su rival. Ellos sabían cómo controlar los nervios, la presión y la ansiedad que se genera en este tipo de encuentros.
Aunque el inicio del encuentro tuvo un claro dominador, Palencia no bajó los brazos encontrando también su suerte desde el tiro exterior. Con el 13 a 10, apareció el de siempre. Kwan Cheatham y sus maravillosos triples. Dos consecutivos obligaron a Marco Justo a parar el partido. La reacción palentina llegó cuando la distancia en el marcador ya superaba la decena de puntos. Whittington se echó el equipo a las espaldas para, casi sobre la bocina, cerrar el primer cuarto con el 26 a 20.
El primer objetivo estaba cumplido. Se había salido a la pista con el cuchillo entre los dientes, ahora había que mantener esa actitud y no perder dejarse llevar por superioridad en el marcador. Una primera canasta de Christian Díaz, seguida de los primeros punto sde Rousselle como rojinegro y un triple de David Kramer devolvieron el partido a su cauce natural con el 33 a 22. El pívot alemán se convirtió en el dueño y señor de la pista. Durante unos minutos, todas las acciones pasaban por él y las canastas también. Él solo llevó el resultado al 38 a 24, evidentemente, luciéndose desde el triple.
El acierto del Covirán Granada desde la línea de 6’75 estaba siendo simplemente brillante. Su 9/10 en tiros de tres, sumado a una clara superioridad en el rebote, permitía a los rojinegros dominar a su antojo el juego. Eso sí, nada estaba dicho aun. Un parcial de 0 a 6 para Palencia obligó a Pablo Pin a parar el partido. Sus jugadores no se podía confiar. No sería la primera vez que los suyos pierden un partido que ganaban por 20 puntos, sino que se lo pregunten a Cáceres. El pequeño momento de desconexión quedó saldado con un triple de Konontsuk y dos más de Lluís Costa para marcarse al descanso con 18 puntos de ventaja (55-37).
De regreso a la pista, Zunder Palencia estableció un plan sobre la pista del que decidió no moverse. Pase, pase y pase buscando la esquina y esperando que la suerte del triple les sonriese a ellos también. No fue así. Los de Marco Justo trataron de engancharse al encuentro, pero Lluís Costa y Kwan Cheatham cortaron de raíz cualquier ilusión con dos triples consecutivos que pusieron el 65 a 44. Ni siquiera el cargarse demasiado rápido de faltas, con cuatro en su casillero en apenas tres minutos del tercer periodo, aplacó la sed de victoria de los locales. Ver jugar a Covirán Granada este sábado era simplemente una delicia. Los de Pablo Pin llegaron a los 70 puntos en tan solo 25 minutos de juego, por lo que lo que restaba de partido sería para sentarse y disfrutar, al fin, de una plácida victoria, que también tocaba. Las casi 7.500 personas que abarrotaron el Palacio de Deportes una de esas grandes noches donde la grada canta, disfruta y hasta pide a gritos la convocatoria del mago de la ACB con la selección (90-64).
Los últimos diez minutos estuvieron marcados por las continuas faltas y por un llamativo 1-6 de parcial en los primeros cuatro minutos de periodo, resultado que llevó a Pablo Pin a parar el encuentro. La victoria estaba asegurada, pero había que seguir jugando y, sobre todo, creciendo, además de mirar por el average. La advertencia del entrenador granadino sirvió para que sus jugadores volviesen a poner toda la concentración en el partido y cerrarlo con un abrumador (109-85). El partido, más allá de la espectacular victoria y clara superioridad de los rojinegros en la pista dejó, además, algunos destellos muy positivos de cara a próximas jornadas. Uno de ellos es la entrada en dinámica de Jonathan Rousselle. El base francés firmó un muy buen partido de estreno cumpliendo a la perfección con su cometido. Le dio descanso a Lluís Costa con minutos de calidad, anotó, se sumó a la fiesta del triple y mostró una intensidad defensiva superlativa que será vital para próximos partidos. Pocas quejas se le puede poner a la actuación de Covirán Granada, aunque se podría apostillar el uso de las faltas de los granadinos o su rápida entrada en bonus. Salvo pequeños detalles, los rojinegros han cumplido ganando el partido más importante de todos. Ahora sí, es momento de mirar hacia arriba.
Ficha del partido:
Covirán Granada: Felicio, Costa, Thomasson, Cheatham, Tomàs - quinteto inicial - Kramer, Kairys, Konontsuk, Rousselle, Díaz, Iriarte, Megías
Zunder Palencia: Whittington, Ortega, Van Der Vuurst, Benite, Pasecniks - quinteto inicial - Haarms, Brown, Kamba, Rodríguez, Ubal, González, Ndiaye, Franke
Parciales: 26-20; 29-17 - descanso- 35-27; 19-21
Árbitros: Óscar Perea, Luis Miguel Castillo y Alberto Sánchez Sixto.
Incidencias: partido correspondiente a las Jornada 13 de la ACB disputado en el Palacio de Deportes de Granada con 7.477 espectadores.