El Granada se lleva el Trofeo Ciudad de Granada ante Al-Wehda con muchas luces y sombras

El cuadro rojiblanco no mostró un rendimiento constante y lo pagó caro, teniendo que llegar hasta los penaltis (5-4) para llevarse la victoria

Granada CF Al Wahda
Gonzalo Villar lamentándose de una de las ocasiones que tuvo el equipo | Foto: Antonio L. Juárez
Juan Pérez Martín
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No fue porque no tuviera ocasiones. El Granada llegó hasta los penaltis para poder proclamarse campeón del Trofeo Ciudad de Granada. El déficit de gol fue el principal problema de un cuadro que todavía se muestra en mimbres y que, pese a tener buenos momentos, no termina de cuajar un rendimiento constante durante todo el encuentro.

El Granada afrontó en la calurosa tarde de este jueves su regreso a Los Cármenes. Con el pretexto de la celebración del Trofeo Ciudad de Granada, los rojiblancos se midieron a un Al-Wehda liderado por Odion Ighalo, leyenda del granadismo, que volvió a la que fue su causa entre aplausos y ovaciones.

No era para menos, pese a que la situación en el granadinismo no fuera la mejor. Los aficionados venían de protestar y clamar minutos antes del choque contra la actual directiva y, en concreto, las principales miras se dirigieron hacia Xiaohua Li, la figura china que, desde el ostracismo, no da su brazo a torcer ante un cambio de propiedad con el férreo deseo de hacerse con la presidencia.

Dicho malestar fue palpable durante todo el encuentro, aunque a cuentagotas. El descontento con la directiva era evidente, ejemplificado con algún que otro tímido cántico contra estos. No obstante, los asistentes parecían haber decidido que, con el pitido inicial, solo deberían tener ojos para un Granada que mostró muchas luces y sombras en su puesta en largo.

Con un 4-4-2 de formación, el sevillano sacó de inicio un once muy reconocible con respecto a estos últimos encuentros amistosos. Misma sintonía entre los jugadores, que parecían tener las ideas futbolísticas de su nuevo técnico más asentadas y se encontraron entre sí con menos dificultad.

El buen hacer de los granadinos no tardó en verse recompensado. Una insistente presión en campo contrario forzó a que los árabes tuvieran que replegar hasta su línea de fondo. A la desesperada, Jawad intentó cambiar de juego hacia el otro costado, pero el pase, lento y sin fuerza, se quedó a medio camino. Encontró vía libre Uzuni, que cazó la bola, la controló, se la acomodó y la enchufó para dentro sin oposición alguna (1-0). Fácil y sencillo. Eso sí, lo celebró con cierta apatía. Raro en él.

El tanto le sentó muy bien a un Granada que se empezó a notar cómodo con la pelota. Quiso llevar el dominio tras este suceso, y no le pesó. Los rojiblancos supieron qué hacer cuando tuvieron el control y cómo presionar al rival hasta obligarlo a soltar la bola. Eso sí, les costó mantener esa regularidad y defensivamente mostró unas lagunas que no tardaron en aprovechar los de Zinnbauer.

Ighalo firmó la ley del ex

Al-Wehda se fue recomponiendo tras el mazazo del tempranero gol. El Granada perdió protagonismo, y dejó plantarse en su campo al rival. Lo peor que pudo hacer ya que, en una de estas, la acción no fue bien defendida por el Granada, que no tapó bien las marcas en un centro lateral que desvió Ricard al intentar despejar. La dirección del esférico cambió, cayó en mitad del área chica e Ighalo, más listo que todos los de la clase, se deshizo de Neva sin mucha dificultad y tocó lo justo con la puntera para mandarla dentro (1-1) ante un pasivo Marc Martínez. No tardó en levantar los brazos y pedir perdón ante una afición que se rindió ante él y le ovacionó una vez más. Se vistió de héroe y villano.

El Granada pareció tener una dosis de realidad con este gol. Construyó, como si de una casa fuera, con paciencia e inteligencia. Buscó también a la espalda del rival, muy frágil en lo que a tareas defensivas se refirió. Se evidenció con un fuerte disparo de Hongla, que sin presión alguna llegó hasta el borde del área y se atrevió sacando de su repertorio un derechazo que se fue directo al travesaño. El sonido cuando la escupió el larguero sonó en todo el estadio. Grave y seco.

Los visitantes no es que estuvieran haciendo poco. Todo lo contrario. Si algo les sobró era valentía. Con garra y empeño buscaron también sus momentos. Aguantaron cuando les tocó y aprovecharon, sobre todo, balones directos a sus referencias arribas ante una zaga defensiva medio adormilada a la que costaba mucho reaccionar. Todo lo contrario a la zona de ataque granadina, que se plantó con asiduidad en el área rival -gracias en parte al buen hacer de Józwiak- pero continuó sin tener una solvencia suficiente a la que goles se refiere. Déficit que debe resolver si quiere que le vaya bien la temporada.

Una mejoría palpable en el segundo tramo

Con la llegada del segundo tiempo el duelo cambió en su devenir. Propio de los encuentros de pretemporada. El Granada introdujo seis cambios de una tacada. Mostró una cara prácticamente nueva, Se estrenó con el equipo Manu Trigueros, que fue anunciado como nuevo jugador el mismo día. Dejó muy buenas sensaciones, llevándose una calurosa bienvenida por parte de la hinchada, similar a la de Ighalo cuando fue sustituido.

Los nuevos jugadores de refresco le dieron más físico al equipo local, que intentó aprovechar esa ventaja. La llegada de Sergio Ruíz fue un alivio para el plantel, que tomó todavía más control y durante más tiempo. Un baluarte que equilibró de nuevo al equipo y le dio un nuevo rumbo.

Las ocasiones comenzaron a ser cada vez más recurrentes, dejando algún que otro susto entre los asistentes. Al-Wehda se vio sobrepasado ante una tormenta granadinista, que se asentó en campo contrario durante un amplio tiempo.

No duró mucho. Pareció un ciclón veraniego. Arrasó con lo que pudo y se diluyó. Al-Wehda volvió a la carga y le plantó cara al asunto, dejando un remate de Al Sdem que se marchó lamiendo el poste. Ya la tuvieron antes, pero una gran actuación del canterano Fran Árbol fue primordial para detenerla. A bocajarro la sacó.

En los últimos diez minutos se rompió un duelo que no terminó de decantarse para ninguno de los dos equipos. Los rojiblancos tuvieron ocasiones, pero no hubo forma. Tuvieron que ir hasta los penaltis, donde el Granada se terminó de llevar el choque y, de esa forma, el Trofeo Ciudad de Granada (5-4).

El Granada mantuvo dicho premio en su feudo, aunque no terminó de mostrar un gran juego. Con momentos y arreones, los de Abascal evidenciaron dos versiones distintas en cada parte, aunque el déficit goleador parece el mayor problema del equipo. Último partido de preparación que deja serias dudas de cara al inicio liguero de la semana que viene.

Ficha técnica

Granada CF: Marc Martínez (Fran Árbol 77'), Ricard Sánchez (Rubén Sánchez 45'), Miguel Rubio (Ignasi Miquel 45'), Pablo Insua (Loïc Williams 45'), Carlos Neva (Brau 63'), Tsitaishvili (Pablo Sáenz 63'), Martin Hongla (Sergio Ruíz 45'), Gonzalo Villar (Manu Trigueros 63'), Jozwiak (Corbeanu 45'); Lucas Boyé (Weissman 45'), Myrto Uzuni

Al-Wehda: Nacho, Said, Willi, Jawad, Ighalo, Amyn, Azizi, Abdullah, Makki, Goodween, Ala

Goles: 1-0, Uzuni, min 6'; 1-1, Ighalo, min 21' (5-4 en penaltis con goles en el Granada de Trigueros, Corbeanu, Weissman, Pablo Sáenz, Uzuni)

Incidencias: Partido correspondiente al Trofeo Ciudad de Granada, celebrado en el estadio Nuevo Los Cármenes.