Dosis extra de realidad para el Granada (1-3)

Un trabajado Huesca, con dos tantos a balón parado y otro al cierre, puede con un rival que se diluyó y desdibujó con demasiada facilidad

Granada CF SD Huesca
Hongla, en una acción del partido, cayendo hacia el suelo | Foto: Antonio L. Juárez
Juan Pérez Martín
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Demasiado fácil se lo puso el Granada al Huesca. Y no fue por talento. Todo lo contrario. De eso van sobrados, pero no lo es todo en una categoría tan dura y competitiva como la Segunda División. Los oscenses, que llevan plenos de victorias hasta la fecha, doblegaron a los rojiblancos casi sin despeinarse. Con poco y contundente fue suficiente (1-3).

Los azulgranas son un equipo bien trabajado, y prueba fue ello el resultado, que evidenció la triste realidad para un Granada que se llevó dosis extra ante un conjunto que doblegó y desdibujó por completo todo lo que propusieron los de Abascal. Un quiero y no puedo con muchas tintes pesimistas.

El Granada volvió a su casa para hacer valer la victoria de la semana pasada ante el Racing Ferrol. Con un once ya reconocible, las únicas novedades de Gonzalo Villar y Myrto Uzuni hacían ver las intenciones de Abascal desde el inicio.

Como bien ya adelantó en la previa, el juego a balón parado era uno de los principales fuertes de una SD Huesca cargada con jugadores con un gran potencial en este tipo de situaciones que se hicieron valer durante el propio partido. Y de qué manera.

Con potencial, pero sin eficacia y regularidad

Al Granada no le tembló el pulso en los primeros compases. Tomó la iniciativa y movió el juego como quiso ante un pasivo rival que esperaba alguna pérdida o error no forzado para poder mostrar sus credenciales.

Los rojiblancos se mostraron cómodos, e incluso hilvanaron bien hasta campo contrario, donde en una de estas Uzuni pudo haber adelantado a los suyos con un internada en solitario que tiro al muñeco. Una ocasión imperdonable, al igual que el rechace posterior de Boyé.

El Huesca no se quiso arrugar. Pese a ser tímido sobre el campo en un inicio, los aragoneses no tuvieron pudor cuando se le presentó una de las suyas. El ida y vuelta era evidente desde el comienzo, siendo esta una gran capacidad de los de Hidalgo, que se plantaron en campo contrario gracias al incombustible Soko, que se fue de Insua, dejó el balón en la línea del área chica para que Joaquín Muñoz rematara y un compañero suyo, sin querer, acabó despejando el remate al intentar quitarse, yendo este entre los tres palos.

Los errores estuvieron muy presentes desde que el duelo comenzó. El Granada, una vez más, claudicó mucho en este asunto, aunque su potencial, presión alta y nivel sobre el verde equilibraron esta merma. Eso sí, no fue suficiente. Pese a mostrar un grado mayor que el resto, la eficacia en ambas áreas le costó caro con el paso de los minutos.

Entre tanta correcalles, la SD Huesca se adelantó en el luminoso. Como no podía ser de otra manera lo hicieron a balón parado, donde son los reyes. Y no fue porque lo granadinos no estuvieran advertidos sobre esto.

No son rascacielos, pero su pundonor y eficacia les fue suficiente. El saque de esquina fue puesto al primer palo, donde Blasco peinó hacia atrás para que, en la segunda línea, apareciera sin marca Joaquín Muñoz (0-1), que la empujó a placer con cierta incertidumbre por su forma de marcar. Una pésima acción defensiva del Granada que dejó solo al atacante oscense y mostró las dificultades de estos a la hora de solventar este tipo de tareas.

Cuando los locales se encontraron en campo rival parecieron ser otros. Su capacidad de creación en el medio, gracias a la tutela de Trigueros y Villar, junto con el gran nivel arriba les hizo mostrar ese plus que no se notaba en tareas defensivas y de repliegue. Una vaivén que no dio calma ni regularidad a un equipo con más dudas que certezas.

Se vio. El tanto dejó noqueado a los rojiblancos, que parecieron irse mentalmente del duelo. Fueron a remolque y a palos de ciego. Ni la pausa de hidratación les sirvió para resetear. Sin rumbo y esperando algún rayo de luz que no volvió a aparecer durante el primer tiempo.

Un intento de reconstrucción que no surgió efecto

Abascal cambió de idea en el descanso. Apostó por meter a Weissman y sacar a Villar. Un punta más para poner pólvora y picante en campo rival. No tardó el israelí en aparecer, atreviéndose con un balón dividido desde la frontal del área  que se fue muy cerca del segundo palo. La hinchada rojiblanca exaltó, y no fue para menos.

Los rojiblancos parecieron salir renovados. Más frescos y con ganas de generar, aunque con cierta modestia dada la facilidad de plantarse en campo rival por parte del Huesca.

Cuando los nazaríes parecieron que remontaban en juego y sensaciones, los de Antonio Hidalgo soltaron otro mazazo que pusieron más tierra de por medio en Los Cármenes. Como una guerra de trincheras, los oscenses volvieron a mostrar su superioridad en ese sentido. Una vez más a balón parado.

Sielva soltó un zapatazo desde casi 30 metros, que pilló por sorpresa a Luca, que no pudo despejar el esférico, siendo escupido por el travesaño, cayendo el rechace a Rubén Pulido, que se tiró en plancha para cambiar la dirección de la pelota hacia la portería y aumentar el diferencial (0-2).

Ni dos minutos duró el jarro de agua fría en el feudo granadinista. Fue superlativo. Hongla llegó solo al pico del área rival para, sin pensárselo, sacar un misil directo hacia la guardia de Dani Jiménez (1-2). Derechazo a la escuadra para barrer todas las telarañas y despertar a una afición que volvió a mostrar confianza en los suyos.

La dosis moral fue extra. El tanto le dio motivos a un Granada que volvió a mover el avispero en un partido que, mientras más se acercó a los compases finales, se terminó de romper.

Ambas entidades se exprimieron e intentaron poner una marcha de más. Los de Abascal se reconstruyeron con la entrada de los jugadores del banquillo. Ganaron ritmo, fuelle y seguridad desde atrás, pero no fue suficiente. Hacía falto algo más para poder redimirse en el luminoso. No era algo tan sencillo.

Los nazaríes tuvieron varias intentonas en las réplicas finales. La más clara fue de Pablo Sáenz, que la mandó al poste. Un quiero y no puedo que volvió a mandar al Granada al hoyo con el gol en el añadido de Javi Mier (1-3). El aficionado granadinista, con ira y preocupación, sigue sin saborear una victoria en casa esta temporada y, sobre todo, termina con malas sensaciones por lo que pueda venir. Una triste realidad difícil de endular.

Ficha técnica

Granada CF: Luca Zidane, Ricard Sánchez, Miguel Rubio, Pablo Insua (Loïc Williams 65'), Carlos Neva, Martin Hongla, Gonzalo Villar (Weissman 45'), Tsitaishvili (Rubén Sánchez 72'), Manu Trigueros (Sergio Ruíz 72'), Lucas Boyé (Pablo Sáenz 65') y Myrto Uzuni.

SD Huesca: Dani Jiménez, Toni Abad (Gerard Valentín 63'), Jérémy Blasco, Jorge Pulido, Rubén Pulido, Vilarrasa, Patrick Soko (Hugo Vallejo 63'), Javi Pérez (Kortajarena 85'), Óscar Sielva, Joaquín Muñoz (Javi Mier 85'), Sergi Enrich (Jordi Martin 81').

Goles: 0-1, Joaquín Muñoz (min 22'); 0-2, Rubén Pulido (min 57'); 1-2, Hongla (min 59'); 1-3, Javi Mier (min 98').

Colegiado: González Díaz (comité asturiano). Amonestó a Carlos Neva y a Toni Abad, Sielva y Jordi Martín en el cuadro azulgrana.

Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada de la Segunda División. Celebrado en el Estadio Nuevo Los Cármenes ante 15.089 aficionados.