Cruce de caminos en dos temporadas claramente similares

Este sábado 19 de abril, a partir de las 20:45 horas, Covirán Granada y Leyma Coruña se verán las caras en un encuentro que determinará, quizás no el destino de cada equipo pues su futuro ya parece muy seguro, pero sí la posición dentro de la clasificación en la ACB. Granadinos y gallegos, ambos en una situación sumamente delicada con el descenso a Primera FEB como su futuro más cercano y probable, se encuentran en un camino que ha sido prácticamente calcado en la presente temporada.

El desempeño de ambos conjuntos a lo largo del año ha sido similar, llegando al final de la primera vuelta con cinco triunfos los rojinegros y con cuatro el Bàsquet Coruña. A esta igualdad en resultados se le suma que en lo que va de segunda mitad de temporada, ambos equipos tan solo han cosechado un triunfo, siendo el de los granadinos ante Bàsquet Girona y el de los coruñeses ante Hiopos Lleida. Más allá del balance que los coloca actualmente como los dos últimos clasificados, los devenires de la temporada han sido similares en ambos extremos de la península dando como resultado una situación compleja que los aboca al descenso.

Las lesiones han condicionado claramente el año de Covirán Granada y Leyma Coruña. Por parte de los rojinegros, que se mantenían fuera del descenso antes del parón por la Copa del Rey, las bajas progresivas de Edgar Vicedo, Jacob Wiley, Gian Clavell, Scott Bamforth, Sergi García, Pere Tomàs y Agustín Ubal y las entradas y salidas de la enfermería de Elías Valtonen como añadido, han hecho que los de Pablo Pin pierdan por completo las opciones de ser competitivos en demasiadas jornadas. Los fichajes llegaron, un poco tarde para algunos y a su debido tiempo para otros, sin embargo su proceso evidente de adaptación ha hecho que el Covirán viva una segunda pretemporada durante su calendario más propenso para cosechar victorias.

El Leyma Coruña también ha pasado por una temporada truculenta. El inicio de su estreno en la ACB se produjo con un Trey Thompkins que llegaba a tierras gallegas para ser el gran referente del equipo, pero que no se estrenó hasta la tercera jornada y con un minutaje corto. Su desempeño ha sido algo irregular durante todo el año, dando su mejor versión en las últimas cuatro jornadas donde su anotación se ha movido entre los 17 y los 24 puntos.

A la progresiva adaptación de Thompkins a una situación poco habitual para él, pues nada tiene que ver el luchar por títulos a pelear por la permanencia, se suma la irregularidad de un Augusto Lima condicionado nuevamente por las lesiones. El pívot sufrió una rotura de fibras del muslo del gemelo derecho a principios del mes de diciembre, una lesión que lo tuvo apartado de las pistas durante ocho jornadas. Tras volver a las pistas a principios de marzo, el brasileño recayó de esta lesión, justo en el momento en el que llegaban las Ventanas FIBA. Con esta segunda baja, Lima solo se perdió cuatro jornadas y ya ha vuelto a la rotación. Además, Phil Scrubb también ocupó la enfermería durante cuatro jornadas debido a una rotura muscular del gemelo interno de la pierna derecha. Tres fichajes que en diferentes momentos no han estado presentes en la rotación de Diego Epifanio y que por lo tanto han obligado a Leyma Coruña no solo a moverse en el mercado, sino también a dar un mayor protagonismo a aquellos efectivos que mantuvo procedentes de la Primera FEB, antigua LEB Oro.

Los gallegos también ficharon cuando su economía y el mercado se lo permitió. Llegaron Thomas Heurtel, Ángel Núñez y Karlis Silins, mientras que LJ Figueroa dejó al equipo a finales de diciembre. Refuerzos que parecen ser insuficientes para un Leyma Coruña al que las lesiones y una planificación de temporada algo confusa al contar con efectivos de renombre, pero sin experiencia en lo que a la lucha por la permanencia se refiere lo han acabado condenando a la última posición de la tabla. Las planificaciones en relación a las plantillas le han jugado una mala pasada a Covirán Granada y Leyma Coruña, dos equipos que este sábado se verán las caras en la búsqueda de una alegría que apacigüe la pena que sus aficionados viven al ver que el sueño de la ACB ya torna algo difuso.

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