¿Cuál es el significado de cada día de la Semana Santa?
Desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección, cada día de este periodo tiene asociado un determinado simbolismo y tradiciones
La Semana Santa tiene lugar en la última semana de la Cuaresma, de acuerdo con el calendario católico, y se extiende entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección. En España, este es un periodo esperado por muchos y en el que se celebra la religiosidad. Son días en que la gente sale a la calle, participa activamente de actos y tradiciones, sea durante el día o por las noches.
En general, la Semana Santa representa días de luto, reflexión y alegría. Pero, ¿cuál es el significado que tiene cada día que componen estos días de Pasión? Lo explicamos a continuación:
Domingo de Ramos
La Semana Santa empieza aquí y es el día que simboliza la entrada de Jesús a la ciudad de Jerusalén. Así, los cristianos suelen celebrar el hecho con procesiones que representan el recibimiento que le hicieron los campesinos en aquella época.
Lunes Santo
Este es un día que tiene un fuerte significado histórico. En la liturgia, es conocido como 'Lunes de Autoridad' y está relacionado con el manifiesto de Jesús de su poderío ante la naturaleza y el pueblo.
Aunque no sea la fecha más importante en términos de festejos en Semana Santa, según el Evangelio de San Mateo, fue en este día cuando Jesús volvió a Jerusalén y encontró el templo convertido en un mercado. Así, realizó la purificación del espacio expulsando a los mercaderes y diciendo "Mi casa, casa de oración será llamada; pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Martes Santo
La fecha es marcada por la celebración y exaltación de la Cruz, ya que es un objeto símbolo de orgullo para los cristianos. El Martes Santo también es conocido como 'Martes de Controversia' porque, de acuerdo con el Evangelio, Jesús se enfrentó con sacerdotes, ancianos y fariseos, quienes empezaron a cuestionar su autoridad para evangelizar y hacer milagros.
El Miércoles Santo
En este día, según la liturgia de San Mateo, Judas Iscariote reúne el Sanedrín (tribunal religioso judío) para condenar a Jesus a la crucifixión. Por eso, el Miércoles Santo es reservado por la Iglesia Católica como un momento de penitencia a las vísperas de la Pasión de Jesús y preparación para el Triduo Pascual, un periodo de tiempo considerado central de la Semana Santa.
Jueves Santo
En este día se conmemora la Eucaristía, el lavatorio de los pies y la oración en el Huerto de Getsemaní. Según la Biblia, la Última Cena es el momento en que Jesús reunió a los doce apóstoles para despedirse de ellos ante su muerte.
Así, el Jueves Santo es el tiempo de demostrar la sencillez al prójimo y la humildad como Jesús lo hizo al lavar los pies de sus discípulos y repartir el pan. Además, es la fecha de renovar los votos de vida para con la Iglesia y hacer la bendición de los óleos que se utilizarán en las ceremonias de bautizos, unción de los enfermos y ordenaciones sacerdotales.
Viernes Santo
Es uno de los días más cruciales de la Semana Santa. Los cristianos están de luto y penitencia, es el momento de acordarse de la crucifixión y muerte de Jesucristo en la cruz. En el Viernes Santo, los fieles suelen no comer carne o guardar ayuno, por ese le conoce también como 'Viernes de Vigilia'. Además es el único día que no hay misa.
El Sábado Santo
Este es el tercer día del Triduo Pascual (Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo), lo que representa un día de silencio, tristeza y reflexión en recuerdo a María tras la pérdida de su hijo.
Por tanto, la Iglesia está en espera y vela junto al sepulcro. De esta forma, el altar está desnudo, no se realizan eucaristías, no se tocan las campanas y el Sagrario se deja abierto y vacío.
El Domingo de Resurrección
Este es un día de fiesta entre los cristianos y se celebra el regreso a la vida de Jesús. Se cumplieron las profecías y él resucitó al tercer día, probando así que era el salvador de la humanidad.
El Domingo de Resurrección está marcado por varias liturgias y procesiones, además del encendido del Cirio Pascual, que representa la luz de Cristo resucitado y que estará ardiente hasta el día de la Ascensión, cuando se produce la subida de Jesús al cielo. Por tanto, es un día central en la Semana Santa y para la religión cristiana en general. Es símbolo de alegría, luz y esperanza para los fieles.