"Cualquier problema visual puede afectar al aprendizaje del niño y la revisión es importante"
La Unidad de Oftalmología Pediátrica de la Cínica Dr. Benavides atiende las enfermedades en la vista que afectan a los más pequeños
Hay muchas variables que pueden influir en el fracaso escolar en niños pequeños y una de ellas es, sin duda, un problema o alteración de la visión. "Somos seres fundamentalmente visuales, el 80% de la información que recibimos y procesamos del exterior entra por los ojos y cualquier problema que haya en el sistema visual en su conjunto puede hacer que la interpretación del mundo y el aprendizaje se vea afectado", asegura el jefe de la Unidad de Oftalmología Pediátrica de la Clínica Oftalmológica Dr. Benavides, que es referente en Granada. Esta Unidad atiende "las enfermedades que son más propias de los niños y las alteraciones que pueden influir en su desarrollo visual y cognitivo" y lo hace de una manera amena para los pequeños pacientes.
El equipo de la Unidad de Oftalmología Pediátrica de la Clínica Oftalmológica Dr. Benavides está "muy especializado en las alteraciones que influyen en los niños pequeños" y tiene "dedicación casi exclusiva a tratar con niños". "Estamos en constante formación, siempre acudiendo a cursos y haciéndolos nosotros. Este equipo tiene alta sensiblidad hacia los niños y nos gustan que estén bien tratados y que se sientan bien cuando están con nosotros", asegura el optometrista Juan Francisco González.
En la Unidad de Oftalmología Pediátrica las exploraciones que se realizan a los niños tratan de ser "divertidas para que no pasen un mal rato". "Los niños pequeños son muy susceptibles y sensibles y no les gusta sentirse 'atacados' por quien los va a tratar. Hay que hacer las cosas pensando en ellos. En muchos casos, son niños que están deseando volver a la consulta porque lo han pasado bien. Las pruebas, algunas, son divertidas, otras no tanto, pero entendemos que el trato que les damos es el que les daríamos a nuestros propios hijos", asegura.
Las patologías más tratadas en esta Unidad están relacionadas con los defectos de refracción como son la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo y también con el el ojo vago y el estrabismo.
Un niño debe tener su primera revisión oftalmológica "entre los tres y cuatro años en condiciones normales, pero si aparecen señales de alarma, hay que acudir inmediatamente", apunta el optometrista Juan Francisco González. En muchas ocasiones es el pediatra o los propios padres quienes se dan cuenta de que el niño tiene algún problema de visión.
"Los signos son bastantes claros en muchos casos, por ejemplo, que desvíe un ojo, que se frote los ojos con mucha frecuencia, que les lloren, que tengan dolores de cabeza cuando están haciendo tareas de cerca y fijando la vista. Otro signo muy claro es que el niño adopte posiciones extrañas con el cuello cuando mira, lo que se llama tortícolis de origen ocular", explica.