El inicio del curso político aviva el fuego electoral en Granada a ocho meses de las municipales

El PSOE repetirá con Cuenca, mientras que en el PP se mantiene la incógnita de si será Rocío Díaz o Marifrán Carazo la candidata

Pleno del Ayuntamiento de Granada
Aprobación inicial del presupuesto de 2022 en el pleno del 5 de agosto | Foto: Archivo / Antonio L. Juárez
Miguel López Rivera
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Septiembre es el mes en el que empieza o termina el año de manera oficiosa en multitud de ámbitos y parámetros de la sociedad. Durante este mes, por ejemplo, no es extraño referirse a una temporada futbolística que acabó en junio como "la del año pasado". Comienza el año judicial, termina el hidrológico, vuelven las competiciones deportivas, el colegio o la universidad y, en los partidos, se reinicia el llamado curso político.

Y los de Granada ya han metido la quinta marcha en un 'año' –otra vez aparece el término como sinónimo de 'periplo'– clave, pues en poco más de ocho meses la capital y toda la provincia volverán a celebrar elecciones municipales. La cita tiene fecha, el 28 de mayo, y las formaciones, de izquierda a derecha, van configurando sus propios calendarios electorales en un escenario de cierta incertidumbre por la posible coincidencia con las generales.

En teoría, los comicios que deberían decidir quién es el próximo presidente del Gobierno se esperan para noviembre. No obstante, las encuestas, favorables por el momento a Nuñez Feijóo, y la propia salud de la coalición PSOE-Unidas Podemos podrían adelantarlas incluso hasta el mismo fin de semana de las locales.

El resultado podría derivar en un 'superdomingo' electoral con papeletas para el Congreso, el Senado, los ayuntamientos y, en algunas comunidades –no en Andalucía–, también para sus respectivos parlamentos autonómicos, así como para otros cuerpos legislativos como los cabildos o las diputaciones forales. En el escenario más maximalista, solo se quedarían fuera las elecciones europeas, que se celebran cada cinco años y, por tanto, cerrarán el ciclo electoral en 2024.

Más allá de esta coincidencia, lo cierto es que Granada ha iniciado la cuenta atrás y los partidos lo saben. Por eso, comienzan a velar armas y a jugar con el horizonte de final de año para despejar la incógnita de quiénes serán sus candidatos en las principales ciudades y municipios.

Rocío Díaz o Marifrán Carazo, la incógnita del PP en la capital

En Granada capital, todo parece indicar que, por primera vez desde 1978, uno de los dos grandes partidos presentará a una mujer como aspirante a la Plaza del Carmen. Así lo venía sugiriendo el runrún electoral del PP desde que estalló la crisis del '2+2', y así lo dejó claro el jefe de filas de los populares granadinos, Francisco Rodríguez, en los #DirectosEnRedGD.

Rocío Díaz y Marifrán Carazo | GD

O la actual directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, Rocío Díaz, o la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, quien este mismo lunes presentará a los medios de comunicación a los nuevos –y, en otros casos, no tan nuevos– delegados de la Junta de Andalucía para la provincia de Granada. Ambas son mujeres que han adquirido galones en la ciudad durante los últimos años, quizás con un peso algo mayor en el caso de Carazo, y ambas se desempeñan actualmente en puestos de competencia autonómica, pues el monumento granadino depende del Ejecutivo andaluz.

A favor de Rocío Díaz juega el haberse echado a la espalda a un partido que ya quedó muy tocado durante el primer mandato de Cuenca, cuando el actual alcalde de la capital consiguió la confianza del pleno tras la moción de censura a Torres Hurtado. En su contra, el grado de conocimiento algo más bajo respecto a Carazo en la primera línea política de la ciudad. En cualquier caso, su aire moderado y de centralidad, y el hecho de haber estado al frente de una institución con tanto peso como es la del monumento más importante de España, le posicionan como una buena futura candidata.

Algo que sí ha asentado, y mucho, la consejera durante la legislatura andaluza anterior, ejerciendo –como ya sucederá este lunes– de 'maestra de ceremonias' en el organigrama del partido en la provincia. Como consejera ha visitado en innumerables ocasiones Granada, devolviéndole a la provincia parte del peso político perdido durante años al no tener referentes locales en los grandes centros de poder. Marifrán Carazo, en cambio, tendría que asumir el riesgo de abandonar un puesto para el que se ha demostrado solvente como es el de titular de Fomento para presentarse a unas municipales que se prevén muy reñidas. Muchos incluso quisieron ver la posibilidad de que Feijóo la pudiera convertir en ministra si llega a gobernar por el hecho de haber sido incluida en la Junta Directiva Nacional del PP, ahora encabezado por el otrora presidente gallego.

Francisco Rodríguez, quien es más que probable que sea el candidato del PP para presidir la Diputación Provincial, ya confirmó en un desayuno informativo la semana pasada que el partido empezará a desvelar los alcaldables en los municipios de más de 5.000 habitantes a partir de octubre. Entre el décimo mes del año y diciembre está previsto que se desvele el nombre para la capital, que formaría parte de un gran acto que prepara Génova con el del resto de cabeceras provinciales de España.

La fórmula del PSOE, no tocar lo que ha funcionado

Si estas elecciones van a estar muy reñidas es, entre otras cosas, por el 'efecto Paco Cuenca'. El actual alcalde de Granada ha demostrado ser un político paciente y capaz de esperar su momento. Lo hizo en 2016, cuando desalojó a Torres Hurtado de la Plaza del Carmen, y volvió a evidenciarlo tras la dimisión de Luis Salvador que le otorgó nuevamente el derecho a reactivar su proyecto político para la ciudad.

Como no podía ser de otra manera, Cuenca será el candidato socialista. En el PSOE parecen tener claro no tocar aquello que les ha funcionado. Lo demuestra el hecho de que también repetirán la actual primera edil de Armilla, Loli Cañavate, y los más recientemente nombrados regidores de Baza, Manuel Gavilán, y Maracena, Berta Linares, tras las salidas de Pedro Fernández y Noel López, respectivamente, para tomar posesión como delegado del Gobierno, en el caso del primero, y parlamentario andaluz, en el del segundo.

Pero volviendo a la Plaza del Carmen, conviene no olvidar que, aunque la ciudad ha sido un feudo histórico del PP desde mediados de los noventa, Paco Cuenca ya consiguió romper esa tendencia en las municipales de 2019. Consiguió 10 de los 27 concejales en liza y solo la fragmentación del voto de la izquierda alternativa en dos marcas –Adelante, actual Unidas Podemos– y Vamos Granada permitió a Vox sumar el último concejal que daba el Gobierno municipal al bloque de la derecha.

Así, el reto de Paco Cuenca y su equipo es aglutinar cuanto más voto progresista mejor o, en su defecto, cruzar los dedos para que las derechas no sumen. Como corresponde a quien gobierna, lo bueno y lo malo juegan a favor y en contra en estos casos. Desde que hace más de un año tomara el sillón de mando, Cuenca ha hecho gala de una posición de centralidad que trata de subrayar en sus comparecencias.

El alcalde puede presumir de haber desbloqueado desde la oposición los primeros presupuestos en cinco años y, desde el Gobierno, haber capitalizado los segundos tras la prórroga de 2021. En este caso, consiguiendo además la abstención del PP, que también jugará esa papeleta de responsabilidad institucional con las cuentas, así como de Lucía Garrido y Sebastián Pérez, y el voto favorable no solo del equipo de Gobierno y Unidas Podemos, sino también del concejal no adscrito Manuel Olivares. Proyectos como las candidaturas granadinas a las agencias estatales de Salud Pública e Inteligencia Artificial son algunas de las bazas con las que podría en caso de resultar Granada elegida.

Ese perfil de centralidad política lo ha remarcado, por ejemplo, también en las entrevistas concedidas a este periódico. En la último antes de volver a ser alcalde destacaba que no quería hablar de sillones, y que si le tocaba lo asumiría. También en el más reciente de los #DirectosEnRedGD, Cuenca eludía responder a la pregunta de si se ve revalidando su condición de primer edil de la ciudad para la próxima legislatura: "Lo decidirán los granadinos". "Solo espero que vivamos una campaña de propuestas", añadía en relación a la futura candidata del Partido Popular.

Paco Cuenca y Antonio Cambril demuestran buena sintonía en la sesión que aprobó el presupuesto en su fase inicial | A. L. J.

El interrogante del resto de fuerzas

Menos claras están las cuentas en el resto de fuerzas políticas que actualmente cuentan con representación en el Ayuntamiento. El horizonte parece algo más despejado en Unidas Podemos, con una gobernanza compartida entre Antonio Cambril, Paco Puentedura y Elisa Cabrerizo. Si bien el candidato en las elecciones de 2019 fue el primero, lo cierto es que durante la legislatura se han repartido el protagonismo, mayor en el caso de todo un histórico como Puentedura, pero también notable en el de Elisa Cabrerizo.

La confluencia de izquierdas ha sido un aliado fiel para la estabilidad de la ciudad, mas siempre desde la oposición. Así lo destacaba el propio Cambril antes del verano cuando anunciaba junto al PSOE el acuerdo para la aprobación del presupuesto de 2022. "Se ha hecho sin pisar la moqueta del Gobierno", sintetizaba. A diferencia de otros territorios, la confluencia de Granada se ha caracterizado por una loable homogeneidad, siempre dificultosa habida cuenta de que conviven varias almas en su seno. Ya no está Vamos Granada, pero ahora sí que ha aparecido Adelante, que, para más inri, toma el cariz andalucista con el que el 'teresismo' impregnó a Podemos Andalucía antes de que separaran sus caminos.

Distintos son los casos de Ciudadanos y Vox. Los naranjas ni siquiera tienen grupo propio en el Consistorio tras la salida precipitada de los cuatro concejales que lo conformaban antes de la ruptura con el PP. De un lado, Luis Salvador y José Antonio Huertas, y del otro, Manuel Olivares y Lucía Garrido. El otro no adscrito es Sebastián Pérez, una víctima colateral más del '2+2', y del que se desconoce si concurrirá en alguna otra lista.

Vox, por su parte, ha perdido en esta legislatura a Onofre Miralles, quien hizo las maletas para ocupar el escaño que dejó vacío Macarena Olona en el Congreso de los Diputados. Su actual portavoz es Beatriz Sánchez Agustino, aunque la también edil Mónica Rodríguez ha ido adquiriendo un papel cada vez más relevante desde que comenzó la legislatura. Curiosamente, la salida de Miralles ha convertido a este partido en el único grupo del Ayuntamiento formado íntegramente por mujeres, pues su recambio fue Paloma Gómez. Otras fuerzas como Juntos por Granada, con César Girón al mando y el sueño del #GranadaExit en lontananza, aspiran a estrenarse en el Consistorio.

La batalla por la Diputación también se espera intensa | Foto: Archivo

La lucha por la Diputación se dirime en toda la provincia

Aunque a diferencia de otros territorios, y tal y como se señalaba líneas atrás, las municipales serán los únicos comicios convocados para en el ámbito local de Granada, lo cierto es que el 28 de mayo también se dirimirá la composición del futuro pleno de la Diputación Provincial de Granada. Todo hace indicar que el actual presidente de la institución provincial, Pepe Entrena, repetirá como candidato socialista. Y se da por hecho que su rival en las filas populares será el presidente provincial del PP, y alcalde de Alhendín, Francisco Rodríguez. La incógnita reside en el resto de fuerzas.

Del resto de formaciones poco se sabe por el momento más allá de sus actuales corporativos en el edificio de la calle Periodista Barrios Talavera. El proceso de elección en el ente supramunicipal otorga diputados de manera proporcional al número de habitantes de los partidos judiciales. Es decir, se cuenta el número de concejales de cada uno de los municipios de la provincia. Sea como fuere, lo cierto es que la batalla política se prevé intensa de aquí al próximo 28 de mayo. Entonces la suerte ya estará echada después de dos semanas de aguerrida campaña, pero hasta esa fecha las espadas estarán en todo lo alto.