Un cuento para identificar el TOC, la enfermedad de pensamientos obsesivos
‘¿En qué piensa Alma?’ es el título del libro escrito por África Díaz Novillo en el que cuenta su experiencia con este trastorno: "Tenía que contar hasta un número determinado o no podía tender con pinzas azules"
“Si dejo la mochila, algo malo pasará”. Este es uno de los pensamientos que tiene Alma, una niña tímida, sensible y con una imaginación maravillosa que padece TOC, trastorno obsesivo compulsivo. Ella es la protagonista del libro ‘¿En qué piensa Alma?’ con el que su autora, África Díaz Novillo, pretende llegar a quien padece este trastorno, especialmente a los niños, para que sirva como herramienta para identificar que lo sufren. El TOC es una enfermedad que se caracteriza por un patrón de pensamientos recurrentes y obsesivos y miedos no deseados que provoca comportamientos repetitivos que interfieren en la vida diaria y causan un gran sufrimiento emocional. África Díaz se ha basado en su experiencia para contar a través de la niña Alma lo que siente una persona que tiene TOC en un cuento publicado por la editorial de la Asociación TOC Granada. “Tengo hijos y tampoco sabía cómo explicarles lo que era el TOC y todo lo que conlleva. La psicóloga me propuso hacer el cuento y, una vez que me encontraba bien, es lo que hice, con la intención de poder ayudar a la gente que lo esté pasando y ni siquiera sepa qué es lo que le está pasando”, asegura.
La protagonista del cuento, desde pequeñita, es “alegre y tiene muchas inquietudes”, pero en el momento en el que muere su abuela, empieza a “tener pensamientos obsesivos que le dicen que ha sido por culpa de ella” y “empieza a tener miedos y fobias” y a “hacer cierto tipo de rituales como contar, lavarse las manos contando” porque el TOC que padece Alma es “supersticioso mágico”. Este tipo de TOC hace que quien lo padezca tenga la sensación de que si no hace el ritual, algo malo le puede suceder.
Precisamente el TOC supersticioso mágico es el que le diagnosticaron a África a sus 38 años. “Lo he pasado mal, ha sido una época de sufrimiento importante y con este libro quiero ayudar a la gente que se pueda y a la asociación TOC Granada, porque todos los beneficios están cedidos a la asociación”. Entre sus pensamientos obsesivos estaba el de “contar hasta un número determinado”, como le sucede a la protagonista del cuento. “Es un poco complejo. Desde fuera se puede ver como una rareza. Yo, por ejemplo, no podía contar hasta la edad que tenían mis hijos porque pensaba que si contaba hasta ese número, le podía pasar algo a alguno de ellos”, cuenta.
Otro pensamiento obsesivo que tenía África era que “no podía tender la ropa con pinzas de color azul porque lo asociaba al mar, a una piscina, al agua, en general, y pensaba que si tendía la ropa con ellas, se podían ahogar”, cuenta. “Son cosas que no tienen sentido. A día de hoy soy consciente de que no lo tienen, pero cuando estás metida en el bucle del TOC, te crees todo. Solo estás pendiente de los pensamientos obsesivos que te vienen”, afirma.
El TOC es complejo porque tiene “formas diferentes y cada persona lo sufre de manera diferente”, explica África. “Hay mucha gente que lo puede padecer, pero empieza a limitarte tu vida y a afectar a tu vida social y de pareja. Es muy difícil explicar el sentimiento que tiene la persona que lo sufre, eso solo lo sabe el afectado”, añade.
Ella también sufrió TOC relacional. “El de relación, con mi familia, mis hijos, mi pareja... Piensas que está todo perdido. Es algo muy complejo, menos escuchado, pero lo padece mucha gente y no sabe qué es”, apunta. En su caso, se empezó a dar cuenta de que padecía TOC un día en el que empezó a sentirse “muy triste” y “a llorar”. “Mi estado anímico era bastante bajo. Empecé a obsesionarme por el tema de las pinzas o a contar y no podía estar con mi familia. Eran las 24 horas pensando en eso. Mi vida era eso, no podía pensar en más cosas. Entonces, estuve con una psicóloga, trabajando mi vida en la adolescencia e infancia, pero yo seguía ahí con esos pensamientos repetitivos. Como nadie me daba solución, me metí en Internet a buscar información y di con más gente que le pasaba lo mismo. También ahí me obsesioné, porque es una de las cosas que nos pasa, que empezamos a buscar mucha información y llega a ser un ritual para calmar la ansiedad que los pensamientos nos producen. Ya di con la Asociación TOC Granada, con Aurelio López, el presidente. Y a partir de ahí, contacté, empecé la terapia y a ver la luz”, recuerda.
El TOC no solamente afecta a quien lo padece, sino también a los familiares. En muchos casos aparece en la infancia y en la adolescencia. África cuenta que ella, probablemente, lo tuviera desde los 9 ó 10 años, pero en su casa “nadie lo sabía” porque ella siempre lo ha llevado “a escondidas”. “Nunca ha sabido nadie lo que me pasaba”. Esta madrileña afincada en Granada desde hace más de 14 años, asegura que para tratar el TOC es muy importante “la terapia cognitiva conductual, que es la que puede dar un psicólogo especialista en TOC”. “No lo puede hacer cualquier profesional de Psicología. Lo principal es tener un buen psicólogo a tu lado y un buen equipo que te ayude a gestionarlo”, añade.
El trastorno obsesivo compulsivo es crónico y lo importante es “aprender a gestionarlo”. “Es como llevarlo en el bolsillo, pero sin que te moleste, digamos; que el monstruo, como algunos lo llamamos, no salga, tenerle controlado”, indica África, que ya lleva una “vida normal”, aunque reconoce que tiene sus días o alguna época como las del cambio de estaciones en las que se pone “más sensible” y nota “que quiere salir”. La autora de ‘¿En qué piensa Alma?’ resalta que en la Asociación TOC Granada le han enseñado a “gestionarlo y plantarle cara”. “Hay gente que le cuesta muchísimo. Yo estuve en terapia un año o año y medio, pero hay gente que incluso que lleva más años y no consigue hacerse con ello. Tiene que ver el grado de trastorno que tengas, como con cualquier cosa”, asegura.
Entre los casos de TOC que África ha podido conocer desde que forma parte de la asociación en Granada, el que más le ha llamado la atención ha sido el de una chica joven que “tiene miedo a atragantarse y apenas come”. “Tiene fobia a salir a la calle y lo poquito que come es en líquido. No tiene fuerzas, la tienen que ingresar de vez en cuando en el hospital para que le puedan poner alimentación por vía. Su obsesión es que si come cosas sólidas, puede atragantarse. Es de los casos que más me llama la atención porque es uno de los más delicados”, explica.
El TOC de contaminación es el más conocido, en el que la ansiedad produce que el afectado tenga que lavarse las manos constantemente, como le sucedía a Judit Montserrat, que también decidió contar su experiencia en un libro publicado por la Asociación TOC Granada. El TOC religioso o el TOC de perfeccionismo también están entre los más conocidos.
África entiende que las personas que padecen TOC pueden tener “miedo y vergüenza por lo que puedan opinar los demás”, pero les anima a pedir ayuda. “La Asociación TOC Granada tiene las puertas abiertas, hace lo imposible por ayudarlos. Aurelio López, el presidente, está dando su vida por ello”, comenta. También les pide que “no pierdan la esperanza” y les recuerda que “no están solos”. “El TOC es algo muy desconocido, que todavía no tiene mucha visibilidad, aunque cada vez tiene un poquito más. Deben coger fuerzas de donde se pueda, porque se puede salir”, añade la autora del cuento ‘¿En qué piensa Alma?’, que se puede adquirir en la página web de TOC Granada, en la sede de la asociación en el barrio de Monachil, en la papelería Babel y también en formato digital a través de Amazon. Un cuento escrito e ilustrado para que los niños entiendan el TOC.