Daniel el travieso

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Otra jornada que muere y ya son sólo ocho las que faltan para que el telón de la Liga se eche abajo. Y lo mejor es que nada ha cambiado. El Granada, pese a perder en el Vicente Calderón, sigue seis puntos por encima de la zona de descenso. Y lo que es más importante: sigue teniendo nueve equipos por debajo de él en la clasificación y con enfrentamientos directos en Los Cármenes aún pendientes. El paisaje no puede ser más prometedor. Pero dejemos por unas líneas el Granada a un lado y hablemos de la que ha sido una de las noticias de la semana y quizás de la temporada.

Dani Benítez, futbolista rojiblanco desde hace cinco temporadas, ha dado positivo por cocaína tras el partido Granada-Betis disputado hace mes y medio en Los Cármenes. En dicho encuentro, el mallorquín apenas estuvo unos minutos sobre el campo ya que fue expulsado por una dura e innecesaria entrada sobre Nono, impropia de un futbolista profesional. Resulta que dicho partido lo estaba jugando Dani ‘pasado’ de motivación.

Lo más triste del caso Benítez es que se veía venir. Granada es una ciudad pequeña y los locales nocturnos de moda son cuatro o cinco, no más. Allí, en ellos, se podía ver en numerosas ocasiones a Dani Benítez más contento de lo habitual. Y el que les escribe no habla de oídas. Yo he visto lo que les cuento con mis propios ojos. Al final, un futbolista profesional de Primera División, por mucho que hayan bajado los sueldos, no deja de ganar, por lo menos, sus 100 millones de las antiguas pesetas por temporada. Esa cantidad, en manos de personas de 20 a 30 años, con cierta deficiencia educativa y formativa, y con un entorno complejo, puede ser una bomba de relojería. Y eso le ha sucedido a Dani Benítez. Mucho dinero para tan pocas ideas, por ser liviano.

Este chaval, que cumple en unos días 27 años, lleva en el Granada desde que el equipo estaba en Segunda B. Subió con el equipo a Primera en sólo dos temporadas y mucha culpa la tuvo él con sus galopadas por la banda izquierda, sus centros y sus goles. Fue uno de los grandes artífices de los dos ascensos consecutivos del equipo nazarí que le llevaron a la élite. Pero desde que el Granada juega en Primera, a Dani Benítez se le ha conocido más por lo extradeportivo que por deportivo. Y parece que nada ni nadie ha podido ayudarle a desviarse de ese peligroso camino de curvas que lleva ascendiendo desde hace tres años y que ha coronado con un doping por cocaína. Una travesura más que pondrá punto y final a su etapa como rojiblanco y veremos si como futbolista. Una pena.