David Trueba vuelve a Granada de la mano de Andrés Neuman

El escritor y cineasta protagonizó ayer una de las actividades centrales de la 34 Feria del Libro

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David Trueba durante su charla en Granada | Foto: Carlos Gil
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Ayer se celebraba en el Espacio Central Puerta Real de la Feria del Libro de Granada uno de los encuentros más esperados del programa: la conversación entre Andrés Neuman y David Trueba. Este en calidad de cineasta y literato, aquel en calidad de viejo amigo. Fueron muchos los oyentes que se quedaron fuera del acto, y muchos también los que escuchaban en pie desde la puerta. Trueba, con la calidez y la naturalidad quelo caracterizan, dialogaba con Neuman sin tapujos, recorriendo no solo sus obras, comenzando por su último libro, 'Blitz', y realizando un amplio recorrido por los libros y las películas; sino también multitud de anécdotas y opiniones de lo más íntimas. Conversaba el director también con el público y bromeaba con él convencido de que  "la palabra público acabará siendo considerada de mal gusto, como la palabra masa: un día alguien se levantará entre el público para declararse ofendido por no ser considerado como individuo".

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El público granadino en la conversación entre Neuman y Trueba

 

La conversación de los dos artistas ha estado vertebrada por el concepto de cultura y el componente humanista que debería llevar implícito. Y es que para él, la cultura " no es más que la maravillosa coincidencia de un interés concreto, que puede tener muy diversos orígenes, por una misma actividad". Además, afirmaba amar a las personas, pero rechazaba en cambio ese término ambiguo y desgastado que es la humanidad: " La gente que dice amar a la humanidad siempre pisotea las personas que tiene alrededor".

De origen humilde y presente crítico, Trueba no ha ocultadonunca su postura ideológica, y su discurso está impregnado de sus convicciones. Ayer hacía reír a su público afirmando que "ser rico  no significa necesariamente ser un hijo de puta. Solo nos faltaba que empujáramos a los que tienen dinero a ser de derechas".

De la mano de Andrés Neuman y en un ambiente desenfadado, Trueba fue dejándose descubrir por su público, atreviéndose en última instancia a confesar sus obras predilectas de entre toda su producción artística. En cuanto a novelas, se decantó por la primera, 'Abierto toda la noche'. Respecto a sus películas, fue incapaz de decidirse por una sola y finalmente fueron dos las elegidas: 'El sillón de Fernando' y 'Madrid 1987'