De la violencia emocional a la física: todas las caras del maltrato a las mujeres
GranadaDigital recoge los testimonios de mujeres granadinas que han sufrido violencia psicológica, emocional, sexual y física
“Me metió en el ascensor. Me obligó a subir al ático. Sin quitarme del todo los pantalones, empezó a penetrarme sin mi consentimiento. Perdí la virginidad con 12 años a la fuerza”. Así empieza una de las historias de las jóvenes granadinas que han querido compartir sus experiencias sobre las diferentes violencias que se ejercen hacia el sexo femenino.
“La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones más generalizadas de los derechos humanos en el mundo. Se producen muchos casos cada día en todos los rincones del planeta. Este tipo de violencia tiene graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre las mujeres y las niñas, tanto a corto como a largo plazo, al impedirles participar plenamente y en pie de igualdad en la sociedad”, afirma la ONU.
La magnitud de este impacto, tanto en la vida de las personas y familias como de la sociedad en su conjunto, es inmensa. “Las condiciones que ha creado la pandemia –confinamientos, restricciones a la movilidad, mayor aislamiento, estrés e incertidumbre económica– han provocado un incremento alarmante de la violencia contra mujeres y niñas en el ámbito privado y han expuesto todavía más a las mujeres y las niñas a otras formas de violencia, desde el matrimonio infantil hasta el acoso sexual en línea”, asegura la página oficial de ONU Mujeres. GranadaDigital se ha puesto en contacto con varias mujeres que han sufrido las diferentes violencias que recoge el organismo internacional.
Violencia psicológica
“Durante un tiempo no quise tener relaciones sexuales con mi pareja, pero él no supo entenderlo”. ‘Si no lo hacemos te voy a dejar’; ‘me voy a cabrear mucho contigo’; ‘me lo debes’, eran algunas frases del novio de esta joven cuando él quería intimar y ella no. “Alguna vez dio golpes en la pared para intimidarme. Me sentía obligada a tener relaciones con él, e incluso, sin condón. Yo quería utilizarlo y él no. Me decía que si lo utilizaba era porque no lo quería lo suficiente”, explica una joven de 24 años a GranadaDigital.
“Iba a salir con mis amigas y se lo comenté a mi novio. Su primera pregunta se centró en si iba a haber hombres o no. Le contesté que sí porque no quería mentir. Así que él decidió que tenía llevarme y recogerme de la fiesta”, así comienza el testimonio de otra mujer granadina. “Estuvo toda la noche preguntándome que qué hacía, si estaba bailando con hombres y me tachó de provocadora por haberme puesto tacones. Todo el rato me pedía fotos para saber lo que estaba ocurriendo”, prosigue esta joven de 27 años. “Utilizar la baza de dejarme porque no hacía lo que él quería era muy fácil conmigo porque siempre cedía. Jugaba conmigo”, concluye esta víctima.
La violencia psicológica consiste en provocar miedo a través de la intimidación; en amenazar con causar daño físico a una persona, su pareja o sus hijas o hijos, o con destruir sus mascotas y bienes; en someter a una persona a maltrato psicológico o en forzarla a aislarse de sus amistades, de su familia, de la escuela o del trabajo.
Violencia emocional
“Me importa una mierda tu trabajo, no quiero que me cuentes nada de lo que haces porque seguro que te follas a tu jefe”, son las palabras que le dedicó un chico a una joven granadina víctima de violencia psicológica y emocional. “Me llamaba inútil todos los días, que no valía para nada, solamente para provocar y tirarme a otros chicos. Era realmente agotador convencerle de lo contrario todos los días”, continúa esta mujer de 25 años. “Soy adicta al móvil por su culpa, no había un solo momento que no me preguntase si le estaba poniendo los cuernos. Él solo me hablaba bien cuando quería dinero, y cuando no quería dárselo, me lo robaba de la cartera. Lloraba mucho porque trabajaba para que él lo gastase en vicios y no llegaba a final de mes”, cuenta con la voz rota, pero orgullosa de haber terminado con esta relación.
La violencia emocional consiste, por ejemplo, en minar la autoestima de una persona a través de críticas constantes, en infravalorar sus capacidades, insultarla o someterla a otros tipos de abuso verbal; en dañar la relación de una pareja con sus hijas o hijos; o en no permitir a la pareja ver a su familia ni a sus amistades.
Violencia física
“Discutimos, quise dejar la relación y su reacción fue darle un puñetazo a una maleta que me dio en la cara y me partió el labio. No salí de casa en una semana, pero yo trabajo de cara al público y la excusa que puse es que me había resbalado y me caí”, cuenta otra chica de Granada.
La violencia física consiste en causar o intentar causar daño a una pareja golpeándola, propinándole patadas, quemándola, agarrándola, pellizcándola, empujándola, dándole bofetadas, tirándole del cabello, mordiéndole, denegándole atención médica u obligándola a consumir alcohol o drogas, así como empleando cualquier otro tipo de fuerza física contra ella. Puede incluir daños a la propiedad.
Violencia sexual
“En unas fiestas de mi pueblo, un ‘amigo’ de mi hermana me dijo que no me fuese sola a casa porque estaba borracha. Yo lo agradecí, pero en cuanto subimos al coche, me empecé a sentir peor. Lo único que recuerdo son flash, estaba él encima de mí y yo tenía el cinturón desabrochado. A día de hoy sigo sin recordarlo y nunca denuncié por falta de pruebas y por miedo a que no me creyesen”, relata una mujer con la voz quebrada.
“Estuve en casa de una amiga de fiesta a la que acudieron unos chicos. Me sentí atraída por uno de ellos, así que empezamos a besarnos. Me dijo de irnos al cuarto y yo accedí, pero cuando estábamos en la cama, me agobié y le dije que parara. Él no me hizo caso y continúo. Cuando terminó, me vestí y me fui corriendo de la casa de mi amiga. Me violó". Este es otro testimonio de una joven de 21 años que cuenta porque no quiere que otra persona pase por eso.
La violencia sexual conlleva obligar a una pareja a participar en un acto sexual sin su consentimiento. Los servicios de emergencia en toda Europa registraron un aumento de hasta un 60% en las llamadas de mujeres víctimas de violencia doméstica durante el confinamiento por el nuevo coronavirus, advirtió la regional Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Indicó que la violencia doméstica contra el cónyuge o los hijos tiende a aumentar en tiempos de crisis, en particular con las medidas de restricción y de confinamiento que se adoptaron para limitar la propagación del coronavirus.
En 2020 se presentaron 150.785 denuncias por violencia de género
El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ ha informado de que en 2020 se presentaron 150.785 denuncias por violencia de género, un 10,3% menos que en 2019, que el número de víctimas bajó un 9,7% hasta las 145.731 y que se dictaron un 11,9% menos de órdenes de protección.
En el año 2021 durante el primer trimestre han aumentado un 30% los delitos de la libertad sexual. Se han producido 12.368 infracciones personales y ha habido 1.601 agresiones sexuales con penetración, unos datos que facilita Paqui Fullerat, portavoz de la Plataforma 8M/25N, a GranadaDigital. La violencia machista se ha cobrado la vida de siete mujeres en Andalucía en lo que va de año. En España son 37 las víctimas mortales, de las cuales ocho mujeres habían denunciado previamente, es decir, un 21,8% del total.
En Andalucía, de las siete mujeres asesinadas, cuatro víctimas solicitaron medidas de protección y en tres casos se pusieron en marcha los mecanismos de amparo. Cuatro de los siete agresores quebrantaros estas medidas, en uno no hubo oposición, en los otros dos sí y en un caso no consta.
En España, 37 mujeres fueron víctimas de la violencia de género. En cuanto a las tentativas de suicidio, 12 de los 37 agresores se suicidaron, 5 lo intentaron y los otros 20, no. La consecuencia a esto son 24 huérfanos en lo que va de año. Además, cinco menores han sido asesinados como medio para hacer daño a las madres, esto se conoce como violencia vicaria. Es un tipo de violencia intrafamiliar que incluye toda aquella conducta realizada de manera consciente para generar un daño a otra persona, ejerciéndose de forma secundaria a la principal. Dicha violencia es normalmente una forma de maltrato infantil que puede ir de la visualización y presenciación por parte del menor de agresiones por parte de uno de sus familiares a otro o por el padecimiento de agresiones directas como método para causarle un perjuicio. En cuanto a los menores asesinados, tres mujeres habían denunciado previamente, una no lo hizo y en el último caso, no consta.
En España, de 41.568 sentencias dictadas, 30.347 fueron condenas -73,01%, frente al 70,54% de 2019- y 11.221, absoluciones. Se trata de un nuevo máximo histórico de condenas desde que el Observatorio realiza su informe. En los juzgados de violencia sobre la mujer, las sentencias condenatorias fueron del 88,46 %, un porcentaje que contrasta con el 60,3 % de las emitidas por los juzgados de lo penal (que también suben pues el año anterior fueron del 57,84 %).
El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial ha advertido de que las denuncias por violencia de género en los tres primeros meses de 2021 han mantenido la tendencia a la baja violencia de género que el organismo lleva registrando desde el inicio de la crisis sanitaria de covid-19.
"Se han registrado 35.001 denuncias entre enero y marzo de 2021"
Los datos del Observatorio indican que entre enero y marzo de este año se han registrado 35.001 denuncias, lo que supone un descenso del 3,21% con respecto al mismo periodo de 2020.
De ellas, un 73,4% han sido interpuestas por la propia víctima, bien en comisaría (25.016), bien en el juzgado (675). Es decir, siete de cada diez denuncias las ha interpuesto la propia víctima y esto supone un aumento de tres puntos porcentuales con respecto al mismo periodo de 2020.
Del mismo modo aumentan las denuncias presentadas por familiares o allegados, que en el primer trimestre del año pasado supusieron el 1,6% y en el mismo periodo de 2021 fueron un 2,2%. Aun así, el CGPJ advierte del "bajo" porcentaje que suponen estas denuncias en las cifras totales.
En cuanto al número de víctimas, el CGPJ ha señalado que se han registrado entre enero y marzo de 2021 un total de 34.350, una cifra que también supone una caída del 1,38% con respecto al año anterior. El 57% de mujeres residentes en Españas mayores de 16 años han sufrido violencia machista en el ámbito de la pareja. Un 40,4% han sufrido acoso sexual y un 15,2%, stalking, según datos del Ministerio de Igualdad.
El stalking es un delito de acoso ilegítimo consiste en acosar a una persona, llevando a cabo de forma insistente y reiterada, y sin estar legítimamente autorizado, determinadas conductas que consiguen alterar gravemente el desarrollo de su vida cotidiana.
El teléfono 016 recibió 65.242 llamadas en lo que va de año
El servicio de asistencia telefónica para mujeres víctimas de violencia de género, el teléfono 016, recibió 65.242 llamadas pertinentes entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2021, 1.490 más que en el mismo periodo del año 2020, cuando hubo 63.752, según el Boletín Estadístico Mensual sobre Violencia de Género del mes de septiembre, publicado este noviembre.
En concreto, durante el mes de septiembre se recibieron 7.362 llamadas pertinentes, un 23,38% más que en el mismo mes del año anterior, cuando hubo 5.967 llamadas. El promedio de llamadas diarias durante el mes de septiembre de 2021 fue de 245.
De los datos se desprende que la mayor parte de las llamadas, el 70,8%, fueron efectuadas por la propia usuaria, lo que supone un aumento de 0,8 puntos porcentuales con respecto a septiembre de 2020. Mientras, el 22,1% fueron efectuadas por familiares y allegados, un punto porcentual menos, y el 7%, por otras personas, lo que supone un aumento de 1,7 puntos.
En cuanto a la violencia sexual, en 2012 hubo 30.000 denuncias y en 2019, 21.000. El total de denuncias falsas por parte de mujeres es del 0,03%. Desde 2009 hasta 2020 se contabilizan 135.540 condenas por violación, y en 11 casos se ha demostrado que eran denuncias falsas. En 2020 no hubo ninguna, según datos del INE y Ministerio de Igualdad.