Dejar atrás el rencor reduce el estrés y ayuda a sentirnos más felices

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Guardar rencor causa más dolor y malestar físico a quien lo sufre que a la persona que lo generó | Fotos: Joan Carles March
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No guardo rencor. No me gusta tener rencor con nadie. Creo que es bueno no tener rencor. Es importante NO SER RENCOROSO. ODIO el ODIO, odio el RENCOR, odio la envidia.

Y es que seis son las emociones básicas según el psicólogo Paul Ekman: Alegría, sorpresa, enfado, tristeza, miedo, asco. De estas emociones base se derivan un amplio abanico de sensaciones y emociones humanas, con diversos matices como la ira, verguenza, celos, orgullo, desesperación, euforia, lástima... y entre ellas el RENCOR.

El RENCOR es una emoción negativa que aparece cuando sentimos que alguien se ha portado mal con nosotros y nos ha herido. Pero sentir rencor no arregla ningún problema, al contrario, nos puede producir infelicidad y sufrimiento.

Guardar RENCOR causa más dolor y malestar físico a quien lo sufre que a la persona que lo generó. Muchas veces un fuerte RENCOR puede conducir a la persona a querer vengarse, pero lo cierto es que eso empeora aún más el malestar interior. Y es que los sentimientos que también hay hacia la persona que nos lo ha generado nos acabarían produciendo culpa y arrepentimiento.

Sin duda, superar el RENCOR reduce el estrés y da felicidad. Así, la neurociencia ha permitido verificar que disculparse no sólo alivia a quien admite su culpa sino también a quien perdona. Y es evidente que es un acto de valentía, dejar a un lado ese RENCOR que carcome y del que somos cautivos para aceptar lo sucedido y permitirnos avanzar. Es también un camino donde reparar daños y emociones negativas.

¿Qué ganamos sintiendo rencor?

No hay nada positivo en sentir RENCOR. Mientras la otra persona que nos hizo daño probablemente esté feliz y no sienta culpa por el dolor que provocó, la persona dañada sí se estará dañando a sí misma. Por ello no es nada racional cargar con el RENCOR a cuestas, porque al fin y al cabo solo nos provocamos dolor a nosotros mismos. El RENCOR hace que tengamos el mal en mente casi todo el día. Con un estado emocional así, y ese tipo de pensamiento, es muy difícil ser feliz y productivo.

¿Cómo dejar de sentir RENCOR y pasar página?

En primer lugar, aunque el hecho de guardarle RENCOR a alguien puede aportar una cierta motivación, también hay que considerar que a la vez que se experimenta esa sensación, aparece también un malestar que surge del hecho de pensar a menudo en algo malo que nos ocurrió en el pasado. Esto es ya de por sí doloroso, y además puede contribuir a que adoptemos una perspectiva sobre nosotros y sobre la vida demasiado pesimista como para ajustarse a la realidad.

En segundo lugar, la motivación que puede aportar no tiene por qué ser lo suficientemente potente como para compensar los daños a la autoestima que suelen producirse cuando se rememoran esos agravios pasados. Pero además, si finalmente nos lleva a cumplir un objetivo, la sensación no suele ser la de triunfo, ya que al fin y al cabo solo se basa en imaginarnos que en un sentido simbólico hemos superado a quien nos hirió. Y es que esa persona solo era especial por lo mal que nos hizo sentir.

Algunos consejos acerca de cómo dejar de sentir RENCOR:

1. Tomar una perspectiva distante. No es posible pasarse toda la vida experimentando las cosas desde la distancia, como si todo le ocurriese a otra persona. Aunque en ocasiones, optar por esto en momentos puntuales, resulta muy útil para regular las emociones.

2. Si es posible, entrar en contacto con esa persona. Casi todo se arregla con diálogo. Incluso si el motivo por el que sentimos rencor parte de una acción intencionalmente hostil hacia nosotros, es muy posible que en el momento presente, la persona que nos dañó se arrepienta. Así pues, merece la pena crear la oportunidad para que el resentimiento se vaya por sí solo al no tener nada a lo que aferrarse.

3. Redirigir las frustraciones. Hay quien no siente rencor por una persona en concreto. En estos casos es necesario reflexionar sobre cuáles son los verdaderos motivos por los que ese sentimiento está ahí y asegurarse de que no se está atribuyendo el propio malestar a algo que no existe más que en nuestra imaginación.

4. Gestionar bien la atención. Tomar consciencia de que si estuviésemos constantemente pensando en todo lo malo que ocurre, no saldríamos nunca de la cama, pero eso no haría que tuviésemos una comprensión profunda sobre lo que es el mundo. Por tanto es importante saber reconocer la existencia tanto de lo bueno como de lo malo.

5. Reforzar las amistades. Si la intensidad de los pensamientos negativos hacia unas personas es superior a los sentimientos de apego que sentimos por otros, es fácil concentrarse solo en lo primero. Por eso, estar junto a amigos y seres queridos en general hace que tengamos aún menos sentido aferrarse al rencor.

Para ello, primero hay que aceptar la situación. Y para ello, es importante:

1.TENER EMPATÍA. Mirar la situación desde la perspectiva de la persona ofensora. Mostrar empatía escuchando de forma activa a los demás, abriéndonos a los demás, evitando juzgar y haciendo trabajo de voluntariado

2.Pensar en los momentos en que se lastima a otras personas. Reflexionar sobre los momentos en los que los demás te han perdonado y muestra una compasión similar por aquellos que consideras que te han hecho daño.

3.Anotar los pensamientos y sentimientos en un diario. Esto nos permitirá reconocer que nuestro sufrimiento proviene de ese resentimiento que aún uno siente. Volcar los sentimientos en el papel nos ayudará a entenderlos.

4.Compartir lo que uno siente sobre la situación con un ser querido. Hablar con un amigo o familiar de confianza acerca del rencor que uno siente y los sentimientos relacionados. Ellos nos ofrecerán otra perspectiva para que la tengamos en cuenta, como por ejemplo, hablar con la persona que nos ofendió.

Lo segundo es aceptar nuestra petición de perdón a base de:

1.Identificar lo que se necesita curar. Considerar si la situación fue producto de un malentendido o un problema de comunicación, porque para descubrir cómo solucionar el problema y a quién perdonar, primero es necesario entender la causa y pensar en los efectos del rencor en uno. Y una vez que uno haya considerado los efectos del rencor en sí mismo, es importante preguntarse quién se está beneficiando con todo lo que uno está experimentando.

2.Reconocer lo sucedido y cómo se siente uno. Reconoce las emociones y la realidad de la situación. Ser sincero con uno mismo respecto a los sentimientos para reconocer el dolor que uno siente. Es básico NO NEGAR el evento. De lo contrario, es necesario hablar al respecto con la persona ofensora.

3.Recordar que el perdón es un proceso. Tener paciencia con uno mismo y tratar de pensar siempre en positivo.

Y para superarlo y seguir adelante:

1.Buscar reconciliarse con esa persona, si se desea. Hablar con la persona que nos lastimó. Pensar en hablar sobre lo ocurrido y compartir los sentimientos. Decirle por qué sus palabras o acciones nos molestaron. Si nos pide disculpas, se pueden aceptar o explicarle que la situación aún nos afecta.

2.Confrontar los problemas apenas ocurran para evitar que esto vuelva a suceder. Es muy importante que se liberen las emociones para seguir adelante, sin esperar que la otra persona nos pida disculpas.

3.Aceptar las disculpas y perdonar a la persona. Eso no significa que estemos aprobando sus actos, sino más bien que estamos decidiendo seguir adelante liberándonos de la ofensa y del efecto que ha tenido en nosotros. Perdonar a los demás también los motiva a cambiar su conducta para evitar conflictos en el futuro.

4.No insistir en lo sucedido. Deja ir el RENCOR para sentirnos mejor. No insistir en la situación y resistir la tentación de revivirla cuando surja. Si se nos viene a la mente, es importante pensar de inmediato en otra cosa.

5.Liberar las emociones tóxicas relacionadas con la situación. Cuando reconsideramos el RENCOR y el resentimiento, estamos traumatizándonos una y otra vez cada vez que nos vienen a la mente. Recordar que no podemos hacer nada respecto a cómo se siente la otra persona. Es importante reforzar dichos límites en nuestra mente para no sentirnos responsables de los sentimientos de los demás. Para dejar ir el RENCOR, debemos comprometernos a perdonar a esa persona, empezando por hacer a un lado las emociones negativas relacionadas con la situación. Nos sentiremos más ligeros y felices después de sacarnos ese peso de encima.

6.No tener expectativas en los demás o situaciones. Tener expectativas es una forma segura de decepción a menos que el resultado esperado se vuelva realidad. Deja de esperar cosas de los demás ayuda a centrarse en ser feliz. Cuando tengamos expectativas en una situación, es básico decírselo a la otra persona cuáles son para que sepa lo que debe hacer para satisfacerlas. Las personas que no dicen lo que quieren están destinándose a ser decepcionadas, puesto que los demás no pueden leer su mente. Cuando no tenemos expectativas, somos menos propensos a molestarnos si alguien no las cumple y por ende, somos menos propensos a guardar RENCOR.

7.Cuidar de las emociones y hacer lo que sea correcto para uno. Una vez que uno reconoce sus sentimientos y habla al respecto, se siente vulnerable o exhausto emocionalmente. Cuidar de uno mismo y respetar las decisiones que tomemos, es muy importante, al igual que hacer algo agradable por uno mismo. Así nos liberaremos de los sentimientos persistentes relacionados con el RENCOR.

En definitiva, muchas tareas posibles para ayudarnos a que el RENCOR no gane. El cerebro funciona mejor cuando somos felices y esto no pasa porque el éxito contribuya a nuestra felicidad, sino que nuestra felicidad contribuya a nuestro éxito. La consecuencia final del perdón es devolver el equilibrio emocional y cognitivo a quien perdona, con independencia de que el perdonado lo sepa. Las palabras que nos decimos y que decimos en voz alta, las historias que nos contamos y que contamos a los demás, tienen un gran impacto en nuestra vida.

Relativizar las posibles ofensas recibidas para superar el RENCOR, proporciona un mayor bienestar. Es muy bueno para cada uno de nosotros y nosotras NO tener RENCOR.







Comentarios

2 comentarios en “Dejar atrás el rencor reduce el estrés y ayuda a sentirnos más felices

  1. Sí, claro. Y la persona que te hizo daño se va de rositas y aquí no ha pasado nada, pues no: quien te daña a sabiendas y no se disculpa fuera de tu vida. Así de simple. No tengo porqué perdonarla cuando no ha pedido perdón ¿Porqué iba a darle gratuitamente algo que no ha pedido? Esto es muy distinto a desearle el mal ¡ojo!
    He cortado muchas relaciones con personas que me han dañado y no se han disculpado, sabedoras de que lo han hecho. Se me ha dado algún caso en que lo han hecho a través de terceros diciendo que tal persona siente mucho cómo se comportó conmigo; pues bien: si tanto lo siente, que me lo diga en persona; si no lo hace es que no lo siente tanto.
    Y así soy feliz y echo de mi vida a gente que no me interesa.

    • Quien a escrito esto no es consciente que está dañando más la herida.
      Vamos por punto quiero aclarar que una persona cuando hace daño consciente o inconscientemente jamás va admitir el daño que causó. Y si se disculpa es para manipular, Puede si o no demostrar arrepentimiento. Es relativo.
      pero lo que hace que el rencor siga ahí es no expresarlo en su debido tiempo y Circunstancia y vivir circunstancias que le recuerden esos mismos hechos.
      Después te contradices en reconciliar con la persona para explicar lo sucedido, en no revivir la situación. Es contradictorio tú argumento.
      confundes justicia con desear mal. Una persona que tiene rencor no desea mal, si no que se arrepienta la otra parte. Tal vez tú desees mal.
      No tiene nada que ver una persona cuando está dañada es normal que reviva una y otra vez lo mismo ya que neurológicamente se quedó en parálisis cuando ocurrio el hecho. Es fundamental reconocer y transmutar. no lo que tú dices de no insistir ni revivir y de pensar en otra cosa lo que estás haciendo que la persona dañada se guarde y oprima lo que tiene que soltar. Ya lo que estás haciendo es que nunca sane o se quede perdida y con culpa de acciones de otros.
      Una niña que fue maltratada no significa que ella maltrato a otros.
      Una niña que fue hustigada no significa que ella lo hizo lo mismo que le hicieron. Porque tiene que pedir perdón por algo que no hizo y si hizo la persona que daño. La niña se hizo daño a ella misma para no hacerlo a los demás.
      Es fundamental no justificar las acciones nefastas de otros ni culpar a quien fue dañado. Yo no puedo cambiar a las personas que me dañaron ni controlar.