Denunciar, un paso difícil de dar, pero vital para erradicar la violencia de género

Asociaciones e instituciones resaltan la importancia de romper el silencio y de la sororidad entre mujeres para " tratar de comprender, apoyar y no juzgar"

Manifestación del 25N en contra de la violencia de genero en Granada
Manifestación del 25N en contra de la violencia de genero en Granada | Foto: Antonio L. Juárez
Toni Nogueras / Ainoa Morano
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Las últimas semanas han sido una muestra del poder de las redes sociales en estos tiempos, siendo el principal canal por el cuál la denuncia social cada vez se hace más fuerte. Los casos alrededor de figuras como Íñigo Errejón y los raperos Ayax y Prok han abierto la caja de Pandora de los terrores que aún persisten en nuestra sociedad, creando así un nuevo paradigma para las instituciones y las herramientas que estas tienen para afrontar la violencia sexual en nuestro país.

Los datos son claros, cada día en España se denuncian 14 violaciones y 55 delitos contra la libertad sexual, según indican los últimos datos del Ministerio del Interior (primer semestre de 2024). Pese a que podrían verse como altos esos números, la realidad es que existe una tasa escandalosa de la denominada "infradenuncia", ya que la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer indica que el 13,7 % de las mujeres de 16 años o más ha sufrido violencia sexual en España y sólo el 8 % de las víctimas que la padecieron fuera de la pareja la denunció.

Frente a estos números, toca preguntarse el porqué de esa escasa cifra de denuncias y qué implica para las afectadas el no hacerlo, en relación al apoyo que las instituciones pertinentes pueden poner a disposición de estas. El sentimiento de vergüenza por lo ocurrido, el temor a no ser creídas o, lo más grave de todo, el miedo al agresor y a las consecuencias que puedan caer sobre ellas por exigir justicia. Son demasiados los condicionantes que rodean a una mujer cuando la violencia machista aparece en sus vidas arrollando con todo lo que encuentra a su paso. Tanto así que el 92% de las mujeres agredidas sexualmente no son capaces de romper su silencio.

Patricia Ramírez, más conocida como Patri Psicóloga, explicó a este medio cómo las continuas cuestiones hacia la víctima y no hacia el agresor condicionan enormemente a la mujer. "¿Cómo van a denunciar si cuando lo hacen las culpan, las cuestionan, las juzgan...? Y por qué decidiste, por qué fuiste, por qué lo acompañaste, es que no te diste cuenta, te subiste al ascensor, fuiste a su casa... Además de víctima, te vuelven a victimizar otra vez". Ramírez hizo especial hincapié en los casos que en estos últimos días han sacudido a la sociedad, los de Íñigo Errejón y el de los cantantes Ayax y Prok. Unas personalidades que ostentaban una reputación, una fama y cuyo estatus social empequeñece a quienes quieren gritar que su imagen real no es la que se transmite al exterior. "Es muy duro tomar la decisión y, sobre todo, cuando la persona tiene poder y piensas cómo denuncio a esta persona con el prestigio que tiene, la repercusión, la credibilidad, lo que difunde, las ideas que tiene, nadie me va a creer a mí. Tomar la decisión es muy complicado", señala la psicóloga.

En la misma línea, María Martín, presidenta de la Asociación La Volaera, señala que “la única salvación que tenemos somos las mujeres. Poder para poder. Las mujeres tenemos que tomar conciencia de nuestro poder para cambiar el mundo. Tenemos que saber qué es la violencia machista, tomar conciencia de ello. Ese es el gran problema al que nos enfrentamos siempre. La primera barrera es que ellas acepten que son víctimas. Se bloquean y, si se le suma la vergüenza que les da contarlo, es imposible que denuncien. Verbalizar el trauma es muy difícil”.

La importancia de denunciar para la acción de las instituciones

Desde las principales instituciones que arropan a las mujeres agredidas en Granada, Andalucía y el país, ven positivo el paso dado por muchas en las redes sociales, donde han podido sentirse seguras a la hora de contar sus testimonios y sacar a la luz historias de todo tipo, generando así una opinión social más crítica ante este problema. Aunque desde esos organismos afirman que el no denunciar es una de las claves que están frenando la erradicación de esta lacra social que vivimos y, además, puede generar precedentes peligrosos de cara al uso nocivo de las redes sociales para cometer juicios de valor injustos.

La coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer en la provincia, Teresa Illescas, insiste en la importancia de "interponer una denuncia formal ante la justicia, para que toda la logística de la administración pueda poner a disposición de las víctimas todos los recursos posibles en materia jurídica y psicológica. Para ello, es importante que sigamos trabajando en la sensibilización, en la concienciación y en la importancia de romper el silencio".

Porque las nuevas tecnologías lo han cambiado todo y la llegada de las redes sociales son también un mundo que está descontrolado en estos momentos y donde la peor cara del ser humano sale desde el teclado y la cámara de un teléfono móvil. Illescas al respecto afirma que "el 60% de las jóvenes que utilizan las RRSS sufren algún tipo de violencia digital en nuestro país. A esto le sumamos el papel nocivo que tiene la pornografía en la educación sexual de los menores de edad". Es por ello, que desde el IAM se han puesto en marcha varias campañas para concienciar a las más jóvenes y a sus familias sobre el uso negativo de las redes sociales y cómo afrontar posibles situaciones de violencia lejos y cerca de las pantallas.

Bajo slogans como "Lo que quieras saber del sexo, que no te lo enseñe el porno" o "Vidas que cambian vidas", la institución perteneciente a la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad aborda estas problemáticas en los días previos a este 25N de 2024, insistiendo en que "la violencia sobre las mujeres no es solo un problema de las mujeres, sino de toda la sociedad. Tenemos que ser claros a la hora de transmitirles que no están solas y por ello es importante que denuncien para que el equipo que está detrás de tantos casos pueda hacer su labor y ayudarlas a salir de esa terrible situación", afirma Teresa Illescas.

La denuncia es el primer paso para acabar con un problema que no solo afecta a la víctima en cuestión, sino que puede acabar marcando la vida de otras mujeres. Es por ello que Patricia Ramírez señala la importancia de la sororidad entre mujeres. "Si no se denuncia a esa persona, esta sigue abusando de otras mujeres, ya sea a través del poder, de la sexualidad o de lo que sea. Hay que denunciar y, sobre todo, tenemos que trabajar las propias mujeres esta sororidad de tratar de comprender, apoyar y no juzgar y no saber cómo actuarías en esa situación porque no sabes los miedos que tendrías ni las inseguridades. No digas de este agua nunca beberé porque no sabes si en ese momento te sientes segura para acompañar a esa persona y luego, en un momento determinado, dices que no quieres estar ahí y quieres huir, pero no puedes. Ojo porque ponernos en los zapatos de otra persona es muy complicado. Si no eres capaz de ponerte en el lugar de otra persona, no juzgues. En el feminismo tenemos que estar todos, los hombres y las mujeres, para apoyarnos y para apoyar lo que es justo".







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