Deparamo hace honor a sus raíces y abarrota el Manuel de Falla
Escoltado con un equipo de más de treinta músicos, técnicos de sonido e iluminación, el artista Deparamo consiguió tomar anoche el teatro Manuel de Falla y robarle el aliento a más de mil almas. Todo ello rodeado de aplausos y muestras de cariño en una noche que 'Miguelín', como confesó que le llaman sus amigos y familiares, no querrá olvidar.
COMPENDIO MUSICAL
Para el que se haya perdido los últimos 50 años de música occidental, la de ayer fue una buena oportunidad para ponerse al día. Con un estilo muy particular y una puesta en escena a la altura, Deparamo se atrevió a mezclar en hora y media 75 'hits' que en algún momento u otro consiguieron levantar de la silla a la inmensa mayoría de los espectadores que ayer acudieron al Manuel de Falla. Alejado de la radio-fórmula, el pianista acertó a hilvanar temas tan dispares como 'Hotel California' de 'The Eagles' con 'Samb Adagio' de los más recientes 'Safri Duo'. ¿Apuesta arriesgada? Sin duda, pero ahí residió el acierto del artista, que consiguió un espectáculo interesante tanto para los jóvenes que acudieron al concierto como para los más mayores, poco sospechosos de visitar las frecuencias de música techno del dial.
Miguel de Páramo está reiniciando su carrera musical tras años de curtirse por las discotecas de medio mundo, llevando su sonido fresco y actual a las pistas de baile. Pero lo de ahora es diferente. Lo decía en este mismo medio hace apenas dos semanas, cuando reconoció que su pasión siempre ha sido la música -incluso cuando trabajaba en el "divertido mundo de los bancos"-. En aquella entrevista, al calor de las teclas en las que Manuel de Falla destiló su magia, 'Miguelín' confesó su aspiración: "poder tocar algún día en Las Vegas". Lo de ayer no fue Las Vegas sino Granada, su tierra, la que tuvo que dejar para ir a vivir a Barcelona a temprana edad pero que ayer le recibió con un cariño de madre.
Hoy, sus cuentas de Twitter y Facebook son un dechado de agradecimientos y frases de emoción para quien ayer cerró consigo mismo un capítulo personal y abrió otro muy importante a nivel profesional.