Vídeo | Deporte y psicología, las bases de Aequilibrium para tratar las adicciones

Grupo Mentalis y su Residencia de Tratamiento Aequilibrium trabajan con los hábitos de vida saludable para acabar con la dependencia a tóxicos como la cocaína o la ludopatía

FOTOS Deporte y psicología, los dos pilares fundamentales del innovador programa de tratamiento Aequilibrium para tratar las adicciones (11)
Grupo Mentalis y Residencia de Tratamiento Aequilibrium | Foto y vídeo: Javi Gea
Ainoa Morano
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Las adicciones son una enfermedad. Aceptar esta afirmación es el primer paso para poder combatirlas y reconducir a la persona adicta hacia una vida saludable alejada de los comportamientos y actitudes tóxicas. Asumir que se trata de una enfermedad o patología hace que el paciente soporte una menor carga mental, un menor sentimiento de culpa y es el primer paso hacia la rehabilitación.

Este cambio de mentalidad tan sencillo es una de las grandes piedras angulares del modelo Minnesota, vía de trabajo que utiliza el Grupo Mentalis y la Residencia de Tratamiento Aequilibrium, red de clínicas y centros en los que encontrar un espacio donde recuperar los hábitos de vida saludables y abandonar los comportamientos ligados a las adicciones.

Cannabis, anfetaminas, benzodiacepinas, cocaína, compra compulsiva y ludopatía, todas ellas adicciones que tornan la vida de los afectados en una página negra de la que escapar lo antes posible. Todas ellas, dependencias de las que poder salir con la ayuda de Aequilibrium. Este de centro de rehabilitación ubicado en Sierra Mágina, Jaén, basa su trabajo en el método Minnesota donde el deporte y la psicología se articulan como piedras angulares de un tratamiento diseñado específicamente para cada paciente.

Dos pacientes se entretienen entre sesiones jugando al tenis de mesa | Foto: Javi Gea

“Trabajamos con un modelo basado en estudios y en la psicología aplicados a un programa de tratamiento con una temporalización específica. Contamos con psicólogos, acompañados por un amplio staff, en el que valoramos individualmente las diferencias de cada personas y, a partir de ahí, aplicamos una metodología en gran parte estandarizada, pero, por otra, especializada en cuestiones como problemas familiares, trastorno de personalidad o brotes psicóticos, aspectos a partir de los cuales ir trabajando en la rehabilitación”, explica David Aguilar, CEO de Grupo Mentalis y Residencia de Tratamiento Aequilibrium.

Terapias grupales y deporte

En Aequilibrium se utiliza el deporte y las terapias grupales como vías para conseguir los cambios de conducta del paciente y lograr que los tóxicos queden alejados de sus vidas. Francisco Barcos, terapeuta del centro y adicto rehabilitado apunta la importancia de verbalizar todos los sentimientos y situaciones que experimenta una persona adicta para llegar a la rehabilitación completa.

“En las terapias grupales hablamos de todo lo que hemos pasado para que ellos sean conscientes de lo que es la vida con el consumo. Yo soy un adicto recuperado y sé que la droga nos hace sufrir, pero la única forma de dejar de sufrir es volver a drogarse. Tenemos que ver esa parte negra del consumo para no idealizarlo. Por eso decimos que la droga entra por la boca y sale por la boca, porque es necesario hablar”.

Equipo de trabajo de Grupo Mentalis y Residencia de Tratamiento Aequilibrium | Foto: Javi Gea

Las terapias con los pacientes ingresados en este centro, todos ellos de forma voluntaria, se unen a una fuerte implicación del centro con el deporte y los hábitos saludables. Los adictos son personas que han abandonado por completo cualquier tipo de actitud o hábito sano, es por ello que “para nosotros es importante promover el deporte y todos los valores intrínsecos al mismo como el compañerismo, el trabajar en equipo o la tolerancia y la frustración cuando se pierde. Fomentamos el deporte y sus valores porque van directamente en contra de los que van asociados a las conductas adictivas. Lo que buscamos es que cuando salgan del programa sigan desarrollando estos buenos hábitos”, apunta David Aguilar.

Desde detalles tan pequeños como hacer la cama o mantener una rutina de sueño a aspectos más específicos como el control de la ansiedad, el aburrimiento, la paciencia; todos ellos se tornan en aspectos fundamentales a inculcar a una persona adicta para conseguir la rehabilitación. El mejor ejemplo lo aporta el terapeuta Francisco Barcos: “una recaída empieza porque se deja la cama sin hacer”.

Metodología estricta con resultados comprobados

La Residencia de Tratamiento Aequilibrium cuenta con 23 habitaciones dobles que se ocupan de forma individual para preservar la privacidad de cada paciente. Todos los residentes han accedido al tratamiento de forma voluntaria, es por ello que son libres de abandonar el proceso, aunque desde el centro reconocen que, aunque ha habido algún momento complicado en el que se marchan de la instalación, al final siempre acaban volviendo.

Todas las personas que se encuentran en esta residencia no pueden disponer de móviles o internet y se controlan aspectos como los libros disponibles para leer ya que cualquier frase que pueda parecer inofensiva para la mayoría, para una persona adicta puede suponer un detonante. Además, las habitaciones de hombres y mujeres están separadas por plantas y no se permiten las relaciones entre las personas internas. De hecho, con las mujeres se sigue una pauta de trabajo diferente, más allá de que cada caso se trata de forma individualizada. Las mujeres acuden a este centro con un problema dual, no solo se trata de su adicción, sino que además es necesario empoderarlas y hacerles ver que son válidas por ellas mismas sin necesidad de depender de nadie.

Aunque desde fuera pueda parecer una metodología muy dura o estricta, los resultados son más que reales. Ejemplo de ello es Yaiza. Esta mujer de Jaén acumula 25 meses en el centro, aunque ya no se encuentra interna en la residencia, sigue acudiendo para ayudar y recibir ayuda. “Vine con la vida destrozada, la familia rota. Tenía muchos problema psicológicos, problemas de ansiedad, una mala relación con mi familias y no podía ver a mi hijo. Ahora, he recuperado la relación con mis padres, mis antiguas amistades y mi hijo. Ya hago una vida completamente normal”.

Como ella misma explica, pasar por la Residencia de Tratamiento Aequilibrium le ayudó a entender que era capaz de hacer cualquier cosa sin necesidad de recurrir al tóxico. “Pensaba que no era capaz de hacer nada, pero eso era una mentira que crea la mente. Ahora tengo una felicidad que antes era incapaz de experimentar”.