Despidos para evitar el contrato indefinido, una práctica "muy habitual" en el mercado laboral granadino

Desde los sindicatos se alerta de que numerosas empresas realizan esta práctica sin que la inspección de trabajo pueda hacer nada por remediarlo | El sector de la limpieza, uno de los más afectados, aunque no el único

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Pancarta de la última concentración de los trabajadores de Alhambra Bus | Foto: Carlos Gil
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La semana pasada se movilizaban los trabajadores de Alhambra Bus, una empresa que recientemente ha sido condenada a readmitir a uno de sus conductores. Según los trabajadores, los despidos se deben a que la empresa no quiere hacerles indefinidos: "según ellos no son despidos, es un periodo en el que tenemos que estar parados para no hacernos fijos”. Granada Digital contó así la noticia, tras lo cual se puso en contacto con responsables del sindicato CCOO para conocer hasta qué punto este tipo de prácticas son comunes en el mercado laboral granadino.

LA CRISIS COMO EXCUSA

Para Rafel de la Poza, secretario general de Servicios a la Ciudadanía en CCOO, esta situación es "muy habitual", sobre todo en empresas que tienen una plantilla considerable. El sindicalista explica que ciertos negocios plantean una cadena de contratos definidos a los trabajadores con el objeto de que estos nunca lleguen a adquirir la antigüedad necesaria para que se les tenga que realizar un contrato indefinido o para que estos trabajadores comiencen a beneficiarse de los trienios.

De la Poza explica las prácticas de ciertos empresarios: "se ha agravado mucho la forma de hacer fraude en las contrataciones. Por ejemplo, las empresas de seguridad se han desdoblado en empresas de seguridad y servicios". De esta forma, detalla De la Poza, el personal que contratan en los parking de Granada ya no alcanza la categoría de auxiliar de parking, que tiene tiene convenio laboral propio, sino que pasan a ser auxiliar de servicio, que no tiene convenio y al que se le paga el salario mínimo. "Hay muchas formas de hacer fraude pero cada vez inventan más".

Esta situación, a parte de agravarse en el contexto de la crisis, viene propiciada según el sindicalista por la falta de inspectores de trabajo: "Semanalmente puedo presentarles 4 ó 5 demandas. Están desbordados, tardan 5 meses en resolver cuando antes en 2 semanas estaba por lo menos visto".

De la misma opinión es José Sánchez, secretario general de Construcción y Servicios, quien se centra en el sector de la limpieza para describir la situación: "para que no generen antigüedad le dicen que le dan de baja el contrato y luego le vuelven a hacer otro contrato de trabajo pasados los 20 días".

El sindicalista, además, profundiza en la reducción en el número de horas en el contrato aunque en la práctica, la carga de trabajo siga siendo al misma, una crítica que respalda con cifras: "un 10 por ciento de las 3.000 trabajadoras del sector de la limpieza están a jornada completa". Para José Sánchez, "la propia administración es la culpable de que esto ocurra" y no sólo por la carestía en el número de inspectores de trabajo, sino porque en sus propias instalaciones se dan este tipo de prácticas: ahora las administraciones lanzan concursos para la externalización del servicio de limpieza por menos horas, aunque sus edificios siguen teniendo el mismo número de metros cuadrados.