"Después de mi familia, lo que más he querido ha sido este negocio"

El mítico bar 'Los Diamantes' de la calle Navas ha debido echar su persiana por las restricciones contra el coronavirus

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Encarna Bustos se emociona cuando habla de su negocio | Foto y vídeo: Javi G. / GD
Rosa Núñez
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Una de las grandes características de Granada es que es una ciudad en la que se come bien. Y esto, en parte, es gracias a las famosas tapas, esos platitos que acompañan gratuitamente a la bebida que elija el cliente. Desde bocadillos, hamburguesas, pizzas...hasta 'pescaíto' frito, puntillitas... Todo cabe cuando lo que se quiere es comer bien y a buen precio. Por ello, este es uno de los principales atractivos de toda la provincia, tanto para los granadinos como para los turistas. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 ha traído consigo la imposición de medidas sanitarias por parte de la Junta de Andalucía, entre las que se encuentran la reducción de aforo en locales, así como la imposibilidad de utilizar la barra en los bares.

Es por ello que uno de los locales del mítico bar granadino 'Los Diamantes' debió echar la persiana el pasado mes de noviembre, como se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia, disponible en el canal de Youtube de GranadaDigital. Se trata del más antiguo, ubicado en el número 28 de la calle Navas, en pleno centro de la ciudad, desde 1942, cuando lo inauguró el padre de Pepe, el propietario actual desde 1978.

En primer lugar, tranquilizar a los amantes de este tradicional bar de la capital especializado en platos de pescado: la casa de 'Los Diamantes' no cierra, ni la clausura de este local en concreto es por problemas económicos. Ni siquiera es definitiva, aunque los dueños aún desconocen cuándo podrán volver a encender las freidoras. "Algún día se abrirá de nuevo", asegura Encarna Bustos, dueña del local y mujer de Pepe.

El cierre de 'Los Diamantes' de calle Navas se debe a que, al ser un local tan pequeño y estrecho, en cuyo interior destaca una larga barra, no les merece la pena abrir teniendo en cuenta que sólo podrían tener tres mesas de hasta cuatro clientes a la vez. Las imágenes de este bar abarrotado, con hasta cien granadinos de pie, disfrutando de una fritura de pescado y una caña, se han terminado, al menos mientras dure la pandemia de coronavirus.

"Pedimos permiso para poder poner mesas fuera, en el callejón, pero no nos lo dieron", admite Encarna. Las restricciones del Gobierno andaluz han coincidido además con la jubilación de Encarna, que llevaba encargándose sola de este bar (junto a los camareros contratados, a los que siempre enseñó ella el oficio) desde hace diez años, cuando su marido se jubiló y sus hijos decidieron abrir por su cuenta sendos negocios en la calle Virgen de Rosario, también en el centro, y en la calle de los Siete Suelos, en el barrio del Zaidín. "Yo no quería jubilarme, lo he tenido que hacer por la edad, pero podía haber seguido trabajando", confirma Encarna, quien ahora al menos tendrá mucho más tiempo para disfrutar de sus nietos.

Bustos afirma emocionada que le da mucha pena haber tenido que cerrar este bar: "Es mi vida, yo siempre he estado haciendo lo que me gusta: limpiar las neveras, preparar el pescado...". Según dice Encarna, con lágrimas en los ojos, "después de mi familia, lo que más he querido ha sido el negocio porque me ha dado la vida".

Asimismo, la mujer agradece a los granadinos que "siempre me han tratado muy bien, me decían que estaba muy bueno todo lo que hacía". Además, invita a todos los ciudadanos a seguir disfrutando de las tradicionales tapas de 'Los Diamantes', ya que, como aclara, "los demás siguen abiertos".