Detienen a un miembro de una organización que financiaba células yihadistas

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La Guardia Civil ha detenido en Pamplona, en el marco de un operativo desarrollado por varias policías europeas, a un ciudadano argelino presuntamente relacionado con una organización islamista con ramificaciones en varios países europeos y que prestaba apoyo logístico y financiero a células yihadistas que operan en Argelia. Esta operación policial internacional cuenta ya con 10 personas detenidas.

El detenido por la Guardia Civil es Sennia Rabah, contra quien pesaba una Orden Europea de Detención emitida por las autoridades italianas como responsable de delitos de asociación para delinquir y fabricación de documentos de identidad, informó el Ministerio del Interior en un comunicado.

Rabah ha sido trasladado a Madrid y puesto a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, que ha decretado su ingreso en prisión a la espera de que se cumplan todos los trámites para su trasladado a Italia.

En el transcurso del registro de su domicilio, los investigadores se han incautado de un ordenador portátil, varios teléfonos móviles, tarjetas telefónicas y diversa documentación (libros y agendas,entre otros) que está siendo analizada.

Las pesquisas que han dado lugar a esta operación internacional contra el terrorismo islamista comenzó en 2007, cuando la Guardia de Finanza de Italia inició una investigación denominada "Special Hajj" y coordinada por la Fiscalía de la República de Milán.

La información recopilada por las fuerzas policiales puso de manifiesto la existencia de una organización relacionada con ámbitos del fundamentalismo islámico argelino que operaba en Italia y que tenía ramificaciones internacionales en Austria, Argelia, España, Reino Unido y Suiza, entre otros países.

UN MILLÓN DE EUROS EN TRES AÑOS

Los diez detenidos obtenían recursos financieros en territorio europeo que posteriormente enviaban a Argelia. Para desarrollar esta actividad, los arrestados utilizaban múltiples identidades que les facilitaban sus movimientos tanto en el Norte de África como en Europa.  

Así, la asociación ahora desarticulada se financiaba con la comisión de robos y hurtos, llegando a obtener así un volumen de negocio de un millón de euros en 3 años. El dinero se enviaba después a desde Italia a Argelia sin superar la cantidad de moneda exportable legalmente (10.000  euros). Para no levantar sospechas utilizaban cada vez una identidad distinta.

Además, con el fin de poder actuar con más facilidad contra objetivos occidentales, los miembros del grupo adoptaban un comportamiento inspirado en la antigua costumbre musulmana de la taqiyya, según la cual los fieles disimulan sus propias creencias para mezclarse con la sociedad occidental, adoptando sus usos y costumbres e incluso violando las normas que vuelven aparente la condición de musulmán (barba larga y prohibición del consumo de alcohol y de carne de cerdo).

En el curso de la investigación también se han detectado contactos entre los investigados y ciudadanos norteafricanos implicados en operaciones por terrorismo de diversos juzgados europeos.