Deudas y decisiones: el juego psicológico de los préstamos

La psicología desempeña un papel crucial en las decisiones financieras y, particularmente, en las relacionadas con los préstamos

Macro shot of financial mortgage concept
Emociones como la ansiedad, el miedo o la codicia puede derivar en decisiones impulsivas en relación con los préstamos | Foto: Freepik
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La toma de decisiones financieras es una parte fundamental de la vida de todos. Desde elegir cómo gastar nuestro salario hasta considerar la necesidad de solicitar un préstamo, nuestras elecciones financieras pueden tener un impacto significativo en nuestro bienestar económico.

La creencia general es que el ser humano es un animal racional. Quizá lo sea si nos comparamos con otros animales, pero desde luego esa racionalidad dista mucho de ser perfecta.

La mente y el dinero: La conexión psicológica

La psicología desempeña un papel crucial en nuestras decisiones financieras y particularmente en nuestras decisiones relacionadas con los préstamos.

Uno de los aspectos más intrigantes es la presencia de sesgos cognitivos, patrones sistemáticos de pensamiento que pueden llevarnos a tomar decisiones irracionales en el ámbito financiero. Algunos ejemplos comunes:

  • Sesgo de confirmación: La tendencia a buscar y dar más peso a la información que respalda nuestras creencias preexistentes.
  • Sesgo de aversión a las pérdidas: La propensión a evitar pérdidas a toda costa, incluso cuando puede ser beneficioso asumir cierto riesgo.
  • Efecto de anclaje: Fijar nuestro juicio inicial en un número o cifra y ajustar nuestras decisiones financieras en torno a esa referencia.

Por otro lado, las emociones también desempeñan un papel significativo en nuestras decisiones financieras. De hecho, uno de los problemas habituales de las personas con trastorno bipolar es que en los momentos de euforia gastan e invierten demasiado –para lo cual pueden incluso pedir préstamos-, con consecuencias que pueden ser devastadoras.

Un riesgo que según Kreditium.es es ahora más preocupante que nunca, debido a lo fácil que es recibir préstamos con pocos requisitos, en los que apenas te piden el DNI, pero que, al mismo tiempo, tienen unos intereses muchos más altos que la media.
La ansiedad, el miedo, la codicia y la euforia pueden nublar nuestro juicio y llevarnos a tomar decisiones impulsivas o irreflexivas en relación con los préstamos. Por ejemplo:

  • Miedo a la deuda: El miedo a endeudarse puede llevar a evitar tomar préstamos cuando podrían ser una herramienta útil para lograr objetivos financieros a largo plazo, como la educación o la compra de una vivienda.
  • Codicia y gastos impulsivos: La codicia y la búsqueda de gratificación instantánea pueden llevar a gastar dinero en artículos innecesarios en lugar de ahorrar o invertir sabiamente.
  • Euforia y deuda irresponsable: En momentos de euforia financiera, las personas pueden verse tentadas a tomar préstamos sin evaluar adecuadamente los riesgos asociados.

Entiende tus necesidades financieras

Si buscas información sobre préstamo, probablemente todo lo que leas hará hincapié en la importancia de que entiendas cómo funciona un préstamo y todas las cláusulas del contrato. Esto es correcto, pero entender tus propias necesidades es igual de importante.

Esto implica responder preguntas como:

  • ¿Cuál es el propósito del préstamo? (por ejemplo, compra de vivienda, educación, consolidación de deudas)
  • ¿Cuál es tu capacidad de pago mensual?
  • ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a dedicar a la devolución del préstamo?
  • ¿Tienes un plan sólido para usar el préstamo de manera efectiva y para el propósito previsto?

Planificación de presupuesto

La planificación de un presupuesto sólido es fundamental antes de considerar cualquier préstamo. Debes evaluar tus ingresos y gastos mensuales para determinar cuánto puedes destinar al pago del préstamo sin comprometer tu estabilidad financiera. Esto te ayudará a evitar el sobreendeudamiento y a garantizar que el préstamo sea manejable.

Cómo determinar si necesitas un préstamo

La decisión de solicitar un préstamo debe basarse en una evaluación realista de tus necesidades financieras. Aquí hay algunos pasos que puedes seguir:

  • Evalúa tus ahorros: ¿Puedes cubrir tus necesidades sin recurrir a un préstamo? Si tienes ahorros disponibles, considera utilizarlos antes de solicitar un préstamo.
  • Explora alternativas: Investiga si existen otras opciones, como subvenciones, becas o financiamiento a través de programas gubernamentales que puedan ayudarte a alcanzar tus objetivos sin endeudarte.
  • Planifica cuidadosamente: Si determinas que necesitas un préstamo, planifica detenidamente cómo lo utilizarás y asegúrate de que el importe y los términos sean adecuados para tu situación financiera.

El factor de la psicología en la deuda

Uno de los desafíos más comunes relacionados con la psicología y la deuda es la tendencia a tomar decisiones impulsivas de gasto que pueden resultar en deudas innecesarias. Aquí hay algunas estrategias para evitar la deuda impulsiva:

  • Establece un presupuesto: Tener un presupuesto sólido te ayudará a controlar tus gastos y a asegurarte de que no estás gastando más de lo que puedes permitirte.
  • Diferencia entre necesidades y deseos: Antes de realizar una compra importante, pregunta si es una necesidad real o simplemente un deseo. Tomarte un tiempo para reflexionar antes de gastar puede ayudarte a evitar decisiones impulsivas.
  • Lista de deseos: Si tienes algo que deseas comprar pero no es esencial, agrégalo a una lista de deseos y revisa la lista en un período posterior. Esto te dará tiempo para considerar si realmente lo necesitas. También puede ser útil establecer un objetivo de ahorro y solo permitirte la compra cuando puedas hacerla sin que tus ahorros bajen de dicho objetivo.

Estrategias para manejar la deuda existente

Si ya tienes deudas, la psicología también desempeña un papel importante en cómo las manejas. Aquí hay algunas estrategias para lidiar con la deuda de manera efectiva:

  • Enfrenta la realidad: Evitar el problema solo lo empeora. Encara tu deuda de manera realista, calcula cuánto debes y a quién debes, y crea un plan de pago. Lo peor que puedes hacer es ignorar una fecha de pago. Si no vas a poder pagar, avisa antes a tu acreedor y trata de llegar a un acuerdo.
  • Corta tarjetas de crédito: Si las tarjetas de crédito son una fuente principal de deuda, considera cortarlas o dejarlas en casa para evitar la tentación de gastar más.
  • Cambia tus hábitos financieros: Trabaja en desarrollar hábitos financieros más saludables, como gastar dentro de tus posibilidades, ahorrar regularmente y evitar el endeudamiento innecesario.

La psicología juega un papel importante en cómo enfrentamos la deuda, pero con la comprensión adecuada y la implementación de estrategias efectivas, puedes tomar el control de tu situación financiera y evitar caer en trampas de endeudamiento que puedan afectar negativamente tu bienestar financiero a largo plazo.