El día después para Huétor Tájar: "Estos niños no merecían terminar así"
La localidad comienza a cicatrizar heridas tras la jornada negra en la que dos menores perdieron la vida a manos de un abuelo que "se desvivía por ellos"
Huétor Tájar amanece este martes bajo un sol incapaz de calentar el alma de un pueblo entristecido. La jornada de este lunes conmocionó a toda España, pero son sus habitantes, inmersos en el luto, los que deben afrontar ahora una nueva realidad tras la muerte de los dos niños a manos de su abuelo. Los pensamiento de sus habitantes están ahora en el "respeto" para la familia y en la salud del padre de los menores.
El minuto de silencio guardado en la tarde de este lunes en la Plaza Pósito del municipio fue el primer paso para encarar desde la unión la necesidad de cicatrizar heridas, aunque sea poco a poco. Alrededor de 3.000 personas acudieron.
"Muchos negocios cerraron antes de las 20:00 para acudir al minuto de silencio. La gente sólo quiere hablar del 'respeto' para la familia", expresan fuentes vecinales a GranadaDigital. El tema de conversación no fue otro en todo el día más para una ciudadanía impactada.
"Este hombre sólo tenía esos dos nietos y se desvivía por ellos"
La aciaga secuencia fue este lunes la misma para hueteños como José Zamora, vecino y conocido de la familia. Este hombre se enteró en su trabajo de que algo preocupante estaba ocurriendo. Cuando conoció "que tenía a los niños retenidos", temió por el peor desenlace posible, cuya confirmación llegó posteriormente.
La cercanía de un pueblo siempre conecta a unas personas con otras. En este caso, este vecino vive a apenas 500 metros del domicilio y su mujer y su hijo regentan dos peluquerías, un tipo de negocio en el que siempre se ven muchas caras. "La señora siempre venía", rememora.
"Un día triste y de mucho dolor porque estos niños no merecían terminar así", lamenta este varón. Asimismo, recuerda que el abuelo de los menores "se sentía culpable" por el accidente en el que su mujer y su hija perdieron la vida.
José Zamora coincide en la visión de otros hueteños que ponen el foco en el sentimiento de culpabilidad "porque no era mala gente y era un trabajador. "Este hombre sólo tenía esos dos nietos y se desvivía por ellos", asegura. Por otro lado, señala que "el pueblo está consternado" y hace hincapié en que se trataba de una "buena" familia.
Respecto al padre de los dos niños, este hombre explica que "éramos vecinos, pero cada uno en su sitio". Los pensamientos de muchos habitantes de Huétor Tájar se encuentran ahora con el progenitor de los menores. El alcalde del municipio, Fernando Delgado, detalló este lunes que el varón tuvo que ser "sedado" en el centro de salud tras los hechos acaecidos.
El padre llegó a ser encañonado por su suegro con la escopeta tras una discusión. El aviso posterior a la Guardia Civil fue el comienzo de una larga noche que finalizó de la peor forma posible. La Benemérita espera ahora los resultados de las autopsias para conocer cuando perdieron la vida los niños y cuando se la quitó su abuelo. Huétor Tájar inicia este martes el cierre de una herida que tardará tiempo en dejar de doler.