La obra de Diego Martínez

El Granada CF que este curso ha certificado su regreso a Primera División será recordado siempre por ser un conjunto aguerrido, que se deja la piel en cada jugada y que es capaz de neutralizar a cualquier rival, adaptándose a todas las situaciones del juego, o, lo que es lo mismo, será recordado por la mano de Diego Martínez. El técnico rojiblanco confeccionó un equipo de autor, marcando unas señas de identidad que, además de reconciliarle con su afición, le han llevado nuevamente a la élite.

A su llegada, el entrenador vigués marcó las pautas a seguir durante toda la temporada, que no eran más que la materialización de la ‘eterna lucha’ que reza el lema del conjunto rojiblanco. “Cada día es el más importante que nos queda por delante”, explicó a GranadaDigital, revelando el espíritu del ‘pasito a pasito’ que ha acompañado sus declaraciones durante todo el curso.

Inculcó esta mentalidad a toda la plantilla, que la ha defendido a capa y espada hasta lograr el objetivo innombrable y que la ha reflejado en el terreno de juego. Recuperó de esta manera a jugadores que el curso anterior cayeron en el ostracismo, como Rui Silva, Quini o Germán, aunque es en Antonio Puertas donde mejor queda representada la mano del técnico vigués. El almeriense ha mostrado una versión totalmente diferente a la que dejó en todo el año pasado, convirtiéndose en el máximo goleador nazarí gracias, principalmente, a un magnífico comienzo de Liga.

Mantuvo su discurso hasta que el zurrón alcanzó los 50 puntos, cifra que, virtualmente, otorgaba la permanencia. Posteriormente, señaló que no miraría la clasificación hasta que restasen seis jornadas para el final del campeonato. Por último, llegado este punto, insistió en que no la miraría hasta la jornada 42. Si hoy echase un vistazo, vería a un Granada CF que, matemáticamente, cerrará el curso en segunda posición, como poco, y que, por tanto, se ha ganado un hueco entre los más grandes del fútbol español.