Estos son los diez consejos que te alargarán la vida

Conseguir un corazón sano es fácil si se tiene en cuenta que dieta elegir para tu alimentación y que ejercicio físico debes realizar según tu estado físico

Dr. Pagano diet food assortment
Alimentación saludable | Foto: GD
Marta Lozano
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Si comes bien y sigues una dieta equilibrada y le añades un poco de ejercicio, tu cuerpo te lo agradecerá. Conseguir un corazón sano es fácil si se tiene en cuenta que dieta elegir para tu alimentación y que ejercicio físico debes realizar según tu estado físico. ¿Pero que tipo de alimentos son los más adecuados?

No se trata de ponerte a dieta ni machacarse en el gimnasio. Según un estudio de la OCU estos son los hábitos que debes seguir para conseguir mantenerte en forma y dar un giro 360º a tu vida de manera saludable.

Uno de consejos imprescindibles para una buena salud es mantenerte en tu peso ideal. Lo importante es adecuar la ingesta calórica para evitar el sobrepeso pero antes de actuar debes consultarlo a un especialista. De hecho, se ha visto que una reducción de peso de un 10% tiene efectos positivos en la reducción de los niveles de colesterol sanguíneo. Decir "no" a las grasas saturadas es una buena forma de convertir tu dieta en sana. La industria alimentaria, en continua innovación, nos ofrece un sinfín de productos bajos en grasa. Esta esta oferta podría parecer ideal para nuestra salud cardiovascular pero no siempre es la mejor opción.

Puede servirte de comodín en algún momento concreto en el que el hambre nos llame de manera pesada pero lo ideal es evitar todo producto procesado y basar nuestra alimentación en productos frescos. El consumo de grasas saturadas aumenta los niveles de colesterol LDL, mientras que el de grasas poliinsaturadas (presentes en los pescados y en los aceites de semillas), disminuye el colesterol total. En cambio el de grasas monoinsaturadas, como el aceite de oliva, aumenta los niveles sanguíneos de colesterol HDL, que tiene un efecto protector. Por lo tanto, no hay que eliminar las grasas de la dieta sino prestar especial atención al tipo de grasa: más calidad y menos cantidad.

Si es cierto que el azúcar es un buen combustible de diferentes órganos como los músculos o el cerebro, proporciona energía rápida, ya que la sacarosa del azúcar se transforma en glucosa y fructosa, alivia el malestar y la ansiedad causado por la hipoglucemia y favorece la asimilación de las proteínas. Sin embargo, la obesidad está relacionada con el consumo excesivo de azucares añadidos por lo tanto, es importante disminuir lo más posible su consumo. La opción de sustituirlo por edulcorante no es la mejor pero podría serlo educar a nuestro paladar a un gusto menos dulce. Nuestro consejo, es que elijas los productos con el menor contenido en azúcar posible (y sin edulcorantes) y en el caso de consumirlos, reducirlos a los momentos especiales. ¿Has probado a ponerte menos azúcar en el café?

Hay que intentar reducir el consumo excesivo de la sal para favorecer el aumento de la tensión arterial. La hipertensión exigirá un esfuerzo extra al corazón, que a la larga te pasará factura. Piensa que además de la sal que añadimos a nuestros platos hay que sumar la que llevan los alimentos de por sí. Así que lo ideal es que te olvides del salero. Prueba a sazonar tus platos con especias y hierbas aromáticas.

El pescado azul es fundamental para cuidarte con tu mejor dieta pero nuestra alimentación es ya de por sí muy rica en proteínas, por lo tanto, no es necesario que consumas todos los días carne o pescado. Recuerda la gran variedad de productos frescos de origen vegetal que tienes a tu disposición, frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Ahora bien, a la hora de elegir entre carne o pescado, el pescado tiene menor contenido en grasa y mejor perfil lipídico (tipo de grasa).

Los huevos son imprescindibles y no tienes que limitarte a comerte tres a la semana ya que tienen un valor vitamínico y mineral y son ricos en proteínas. Hoy en día, se ha comprobado que el colesterol alimentario tiene una influencia mínima sobre el colesterol sanguíneo por ello ya no hace falta que se eliminen de las dietas de personas con colesterol alto.

No hace falta que tomemos todas las comidas a la plancha. Debemos tener en cuenta que no pueden convertirse en monótonas, tienen que tener sabor y ser apetecibles. Hay muchas más reglas culinarias que permiten preparar los alimentos con menos grasa: plancha, hervido, vapor, papillote, asado, braseado e incluso crudo.

Por último, la cuestión tan esperada por muchas personas, el alcohol. ¿Puedes tomarte un vasito de vino?, pues tanto como se dice un vasito claro que puedes. El alcohol una vez ingerido, es absorbido rápidamente por nuestro organismo. La sangre traslada hasta el hígado el etanol y, en menor medida, el metanol, donde se metabolizan hasta convertirse en sustancias de las que se obtienen calorías "vacías" (7 kcal por gramo de alcohol consumido), es decir, calorías que solo proporcionan energía y no tienen ningún valor nutritivo añadido. Engorda y no nutre. Y como todo, nunca beber en exceso es la solución perfecta.

Estos son varios alimentos que en tu dieta no pueden faltar o deben sobrar, sin embargo debes saber que tomar alimentos funcionales si no cambias tus pautas de vida (dieta y actividad física) lo único que conseguirás es tirar el dinero a la basura. La dieta mediterránea es la mejor a seguir dando mucho más peso a los productor frescos y evitando los procesados..

Para terminar, el ejercicio físico es algo que no puede faltar en nuestro día a día sin la necesidad de apuntarse a un gimnasio, solamente moviéndote un poco más. En función de tu estado físico, disponibilidad, preferencias y presupuesto puedes empezar a hacer algún deporte o simplemente salir a caminar todos los días. Si es acompañado será más divertido y se te hará más fácil mantener una vida saludable.