Diez reglas para unos disfraces de Halloween seguros y sostenibles
La OCU da una serie de recomendaciones para no llevarse ningún disgusto y disfrutar al máximo de esta fiesta
Los disfraces para celebrar Halloween deben cumplir una serie de reglas para que sean seguros. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) propone diez reglas para tener en cuenta para no llevarse ningún disgusto y disfrutar al máximo de esta fiesta que cada vez cuenta con más adeptos en nuestro país.
Los disfraces de Halloween para niños puede ser que no sean lavables, pero si lo son, es conveniente lavarlos y airearlos antes de que el niño lo lleve puesto. Además de esto, es importante tener en cuenta estos consejos de la OCU:
- Estar elaborado en material que no sea fácilmente inflamable. Las pelucas, las caretas con peluca y los adornos muy recargados incrementan el riesgo. En cualquier caso, mantén a los niños alejados del fuego, es un elemento propio de estas fiestas pero no debe considerarse un elemento de juego.
- Comprueba que los disfraces y otros artículos para niños llevan el marcado CE, aunque no es una garantía de seguridad, sí es obligatorio que lo lleven al tratarse de juguetes.
- El etiquetado debe mencionar nombre y dirección del fabricante, composición e instrucciones de lavado si es el caso, igualmente si se trata de disfraces para adultos.
- La ropa para niños no puede llevar cordones en la zona del cuello o la cabeza para evitar que se enganchen con riesgo de asfixia.
- Para los niños más pequeños, de menos de 3 años, es importante asegurarse de que no se sueltan piezas pequeñas, elementos del disfraz que el niño pueda llegar a tragar o introducir en la nariz.
- Si tiene capucha, careta o máscara, asegúrate de que no limita la visión.
- Si el vestido es largo, no debe superar los tobillos del niño, para que no se lo pise y tropiece.
- Los accesorios deben ser de goma, nunca metálicos. Vigila que no haya puntas o bordes cortantes.
- Antes de comprar un disfraz, pregunta a tu entorno: puede que haya amigos o familiares encantados de compartir accesorios o disfraces apenas utilizados.
- ¿Y que tal si preparas tú mismo el disfraz? Una camisa vieja de papá atada al revés para el médico asesino, una sábana que ya no uses servirá para toda una familia de fantasmas, una camiseta negra talla XL y un gorro de cartulina podrán convertirán a tus angelitos en auténticos brujos... Es una alternativa sostenible y no incurrirás en gastos innecesarios.