Diputación y la Alhambra recuerdan a José Guerrero en su centenario

La exposición homenaje The presence of Black, 1950-1966, organizada por el Centro José Guerrero de la Diputación de Granada en coproducción con el Patronato de la Alhambra y  Generalife, pone el broche de oro a los actos conmemorativos del centenario del nacimiento del   pintor granadino José Guerrero (Granada, 1914 – Barcelona, 1991)

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Esta mañana, el presidente de la Diputación Provincial de Granada, Sebastián Pérez; el consejero  de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso y la presidenta de Acción Cultural Española, Teresa Lizaranzu, junto a numerosas personalidades relacionadas con el mundo de la Cultura, como Sergi Aguilar, director de la Fundació Suñol, y José Guirau, director general de la Fundación Caja Madrid; el arte y la política han inaugurado esta muestra, que tendrá dos sedes: el Centro José Guerrero y la Capilla del Palacio de Carlos V, donde quedará instalada desde hoy viernes, día 17 de octubre, hasta el próximo 6 de enero de 2015.

The Presence of Black, 1950-1966 es la primera inmersión monográfica, en profundidad, de   los años americanos del pintor, aquellos en los que José Guerrero se desprende del lenguaje figurativo precedente y los que más determinarán su camino y su propia voz plástica. El presidente de la Diputación Provincial de Granada ha señalado que “José Guerrero es el   Federico de la pintura, así lo dijo en esta misma sala el Cronista Oficial de la Provincia, y durante los próximos dos meses, se va a exhibir el porqué de esta afirmación tan, a mi juicio, absolutamente acertada” y ha animado a visitar esta muestra “que recoge lo mejor del arte contemporáneo de Granada, Andalucía, España y el resto del mundo”.

En ese sentido, Sebastián Pérez ha remarcado “la colaboración, el esfuerzo, el consenso y el   diálogo entre las grandes administraciones” y ha agradecido en nombre de la Diputación y de   toda Granada a la familia Guerrero “la sensibilidad que ha mostrado en todo momento para que   Granada pueda seguir proyectando al mundo lo mejor del arte contemporáneo” y “pueda seguir   estando y aspirando a ser lo que es, un referente internacional”.   Por su parte, el consejero de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Luciano   Alonso, ha reconocido que “adentrarse en la densa y extensa obra del artista granadino es conocer parte de la historia del arte contemporáneo en Andalucía. Solo hay que ver y escuchar el diálogo entre los colores y la luz de sus lienzos para profundizar en una trayectoria que se inicia en Granada”.

Asimismo, Alonso ha explicado que “cuando decidimos colaborar junto a la Diputación de Granada en la conmemoración de este centenario, nos dimos cuenta de que la mejor propuesta que podíamos ofrecer era que la exposición tuviera dos sedes. Y sin duda una de ellas debía ser en la Alhambra, porque a pesar de que estas obras en concreto no tenían una vinculación específica con el Palacio Nazarí, sí lo tenía la vida del pintor”.

Comisariada por la directora del Centro José Guerrero, Yolanda Romero, y el coordinador de exposiciones de la institución granadina, Francisco Baena, la muestra cuenta con más de un centenar de obras, entre lienzos, grabados y dibujos y algunos “frescos portátiles” en los que Guerrero experimentó con materiales diversos, como parte de un proceso de investigación sobre la relación entre pintura y arquitectura. Algunas de estas obras por primera vez son expuestas en España y proceden de distintas colecciones privadas y museos nacionales y americanos. Entre las entidades prestadoras se encuentran Patrimonio Nacional, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo Patio Herreriano de Valladolid, Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Instituto de Crédito Oficial, The Guggenheim Museum de Nueva York y el Museo de Arte Beloit de Wisconsin (EE.UU). Junto a estos cuadros, también se exhibe un importante conjunto documental que incluye catálogos, fotografías, documentos y escritos de José Guerrero.

La exposición se inicia con las primeras incursiones de José Guerrero en la abstracción a través de los grabados y los experimentales “frescos portátiles”. Después, continúa con su posterior y plena integración del expresionismo abstracto americano mediada la década, y finaliza en el momento del reencuentro con su memoria española y el regreso a su país de nacimiento en 1965. The presence of Black 1950-1966 está dividida en cinco secciones. La primera, La abstracción biomórfica, se centra los primeros trabajos que José Guerrero realiza tras su llegada a Estados Unidos, en noviembre de 1949, en el Atelier 17, en los que además de aprender las técnicas del grabado el pintor ensaya otros lenguajes para llevar hasta sus últimas consecuencias la evolución hacia la abstracción. En Pintura y arquitectura, una de las novedades de esta retrospectiva, muestra a un Guerrero muralista que pretende integrar en la pintura los nuevos materiales que la industria de la construcción proporcionaba (uralita, ladrillos refractarios, bloques de cemento, etc.) y que denomina frescos portátiles. La Capilla del Palacio de Carlos V acogerá, entre el medio centenar de obras expuestas, un conjunto significativo de grabados y de estos paneles, que nunca antes de la actual exhibición se habían expuesto.

De las bioformas al gesto, está formada por obras realizadas desde los inicios de los años 50 hasta mediada la década, entre las que se encuentran grandes lienzos Black Cries, pintado con motivo del nacimiento de su hija Lisa; Ocultos, Signos, Ascendentes, Black Followers y Signo, una estación intermedia o fase de transición dentro de la evolución de su obra.

En la cuarta sección, titulada El expresionismo abstracto, aparecen obras en las que el pintor muestra signos claros de cambio, gracias al uso de colores provocativos sumados a formas dramáticas, en los que el negro ocupa un notable protagonismo que le permite trasladar al lienzo su mundo emocional. La memoria revisada, en torno a 1962-1963, es el prólogo de su vuelta a España, algo que ocurre en 1965, con obras cuyos títulos están relacionados con la patria del pintor: Albaicín (1962), La Chía (1962), Sacromonte (1963), Andalucía (aparición) (1964).

Los Guerrero se establecieron   en Frigiliana (Málaga), donde adquieren y remodelan un cortijo al que vuelve desde entonces   todos los veranos; Cuenca, animado por el ambiente creado en torno al Museo de Arte Abstracto Español, y Madrid. La figura de Federico García Lorca (Fuente Vaqueros 1898-Alfacar 1936) ocupa un lugar   destacado dentro de este apartado. Con motivo del 30 aniversario de la muerte del poeta de Fuente Vaqueros, José Guerrero realiza un viaje por Andalucía en 1966 y visita el Barranco de Víznar, donde Lorca fue asesinado, y realiza numerosos dibujos recopilados en un cuaderno,   que por primera vez puede contemplarse en esta muestra.

Además, fruto de aquel intenso reencuentro, Guerrero pinta La Brecha de Víznar (1966), una de sus obras más influyentes, y otras telas monumentales de evocaciones lorquianas que también pueden verse en The presence   of Black 1950-1966 como A la muerte de Sánchez Megías (1966) o Antojos negros con amarillos  (1966). Las enseñanzas que Guerrero extrajo de La Brecha de Víznar, escenario de un intenso   psicodrama y laboratorio experimental, dan pie a una nueva etapa de su obra. La Alhambra  también fue para José Guerrero motivo de inspiración, tal y como reconoció en múltiples   ocasiones, especialmente en un motivo plástico que le acompañaría toda su vida: el arco, por su recurrencia decorativa y arquitectónica en la Alhambra.

También, tuvo una enorme influencia   en su obra el paisaje visual que rodea a los Palacios Nazaríes: el Albaicín y el Sacromonte, que   fueron temas habituales del artista. Tras su paso por Granada y la Alhambra, The presence of Black (1950-1966) viajará a la Casa de   las Alhajas, gracias a la colaboración de la Fundación Obra Social y Monte de Piedad de Madrid,   del 22 de enero al 26 de abril de 2015; y a la Fundació Suñol de Barcelona, del 7 de mayo al   5 de septiembre de 2015, entidad también colaboradora junto a la Sociedad Estatal de Acción Cultural Española (AC/E), cuya participación se enmarca “en nuestra línea prioritaria de difundir   nuestro amplio legado cultural: en este caso, el de uno de los más destacados artistas del siglo   XX, pintor clave del informalismo español, de amplia proyección internacional y pionero de la   recuperación de la tradición moderna en España”, ha reconocido Lizaranzu.