Los discos de freno: todo lo qué necesitas saber

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Disco de freno | Foto: Gabinete
Gabinete
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El funcionamiento de un vehículo tiene en cuenta muchas piezas y elementos que son determinantes para que todo se desarrolle con normalidad. Son muchas las acciones que se realizan al volante y entre ellas hay algunas que tienen una importancia capital, ya que tienen una incidencia directa sobre la seguridad del piloto y los pasajeros. La acción de frenar es una de ellas, pues garantiza que el coche reduzca la velocidad en los momentos necesarios. En ese sentido, hay una herramienta poco conocida para el público general que juega un papel determinante en este proceso. Es el disco de freno, un dispositivo que se emplea para frenar cuando el conductor pulsa el pedal correspondiente.

Es una pieza muy importante, ya que cualquier defecto o problema se traduce en un aumento de la distancia de frenado, es decir, el coche necesita más tiempo para frenar y esto supone un riesgo que no se puede tolerar. El disco de freno tiene la forma de disco, como su propio nombre indica, y genera una fricción cuando son atrapados por los frenos, de manera que las ruedas empiezan a disminuir su intensidad, hasta pararse. Está fabricado con metal, un material muy resistente que tiene la capacidad de soportar mucha carga de trabajo, ya que es uno de los elementos que más trabaja cuando el motor está en marcha. Todos los coches, en algún momento de la conducción, tienen que frenar; y aquí el disco de freno tiene un protagonismo especial.

Siguiendo la línea de otras muchas piezas de un coche, el disco de freno se sustituye en varios momentos a lo largo de la vida útil del mismo. Su sustitución se produce por el desgaste habitual, fruto del uso prolongado, o por un daño concreto. Es una herramienta muy importante, por lo que la reparación es una acción que difícilmente se contempla. En líneas generales, la solución pasa por hacer una sustitución. No hay un tiempo estipulado para el cambio, ya que éste se produce cuando la pieza muestra síntomas de debilidad. El margen habitual está entre los 100.000 y los 120.000 kilómetros. Cuando el coche alcanza esa cifra, el elemento mostrará, probablemente, alguna señal de problemas.

Síntomas y cambio

¿Cómo detecto que no funciona correctamente? Un ruido extraño cuando frenamos o la sensación de que necesitamos más tiempo para reducir la velocidad son muestras de qué hay algún problema en el disco de freno. En ese caso, podemos acceder a él y comprobarlo. Si su grosor está por debajo del límite establecido por el fabricante, o si hubiera alguna fisura o daño; entonces hay que proceder al cambio.

Esta sustitución se puede hacer en casa con paciencia y atención. Requiere, en primer lugar, levantar el coche y retirar la rueda, ya que solo así se puede acceder al disco. También hay que quitar la pastilla y las pinzas, elementos que también forman parte del proceso de frenado. Una vez están fuera, se puede acceder al disco y se procede a su retirada. Se coloca la nueva pieza y antes de volver a colocar el resto de elementos, es recomendable limpiarla. Es importante ajustar las tuercas con fuerza y no dar pie a problemas futuros.