Disparidad de opiniones en los municipios de la Alpujarra sobre la candidatura a Patrimonio de la Humanidad

Desde Órgiva, el municipio más grande de la Alpujarra, sostienen que esta catalogación puede ser buena para la comarca, pero "siempre que los pueblos quieran"

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Vista de un municipio de la Alpujarra
E.P.
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El impulso de la candidatura de la Alpujarra a Patrimonio de la Humanidad suscita división de opiniones entre los municipios de esta comarca, desde los que están a favor, como ocurre con Lanjarón; a los que se declaran en contra por las restricciones que puede conllevar, como es el caso de Trevélez, mientras que otros siguen reclamando más información antes de posicionarse sobre esta declaración.

El alcalde de Lanjarón, Eric Escobedo (PP), ha lamentado en declaraciones a Europa Press que las gestiones de la candidatura se puedan "paralizar" ahora, cuando "parecía que iba a buen puerto" y ha defendido los "beneficios turísticos y económicos" que podía reportar a esta comarca, que "al ser de interior y estar compuesta por pueblos pequeños se está despoblando".

Escobedo se ha mostrado "decepcionado" con la actitud del presidente de Diputación, José Entrena, después de que hace unos días señalara que el interés de los alcaldes de la Alpujarra por esta declaración de la Unesco "no está maduro" y le ha pedido explicaciones por este "cambio repentino de opinión".

En el extremo opuesto se encuentran diversos municipios que rechazan incrementar las restricciones a las que ya están sometidos por las declaraciones de Parque Nacional o de Bien de Interés Cultural (BIC) que afectan a sus territorios.

Así lo expone el regidor de Trevélez, Víctor Expósito (IU), quien opina que ser Patrimonio Mundial no supondrá un mayor reclamo turístico del que ya tiene su pueblo ahora y en cambio sí intensificaría las limitaciones urbanísticas para obtener licencias, para la siembra de los terrenos y, en general, "para hacer cualquier cosa".

"Para pedir una licencia te tienes que dirigir a diversas administraciones; es mucha burocracia y no solo para los vecinos, también para los inversores que quieran por ejemplo instalar un hotel; si tienen que pasar tantos inconvenientes acaban marchándose a otro lugar donde se lo pongan más fácil", relata el primer edil.

A su juicio, la mayor parte de los municipios de la Alpujarra son reacios a esta declaración por considerar que "paraliza la economía" y toda vez que a su entender no se está explicando lo que conlleva. De hecho, ha opinado que los únicos verdaderamente interesados en este asunto "son los del Barranco de Poqueira".

Uno de los municipios del barranco es Bubión, cuya alcaldesa, María del Carmen Pérez (PSOE), cree que ser Patrimonio Mundial "no traería muchas más restricciones" a su pueblo que las que ya se aplican por ser Conjunto Histórico con la categoría de Bien de Interés Cultural (BIC) y , en contraprestación, podría tener ventajas en una zona turística como esta.

Pese a ello, reconoce que a la población le "asustan más las desventajas que las ventajas", por lo que ve necesario contar con más información para que los ciudadanos conozcan al detalle lo que supondría esta declaración antes de decidir si la quieren o no.

De hecho la pretensión de este municipio es hacer un referéndum llegado el momento para que "sea una decisión de los habitantes y no política", una iniciativa que, según ha señalado, podría reproducirse en los otros municipios del Barranco de Poqueira.

Desde Órgiva, el municipio más grande de la Alpujarra, sostienen que esta catalogación puede ser buena para la comarca, pero "siempre que los pueblos quieran".

La alcaldesa de esta localidad y diputada provincial, María Ángeles Blanco (PSOE), ha explicado que en la primera propuesta de candidatura que hizo el anterior gobierno de la Diputación, del PP, Órgiva se quedó fuera y opina que existen zonas que podrían tener un reconocimiento llegado el momento.

"Pero siempre y cuando sea participado con los distintos colectivos del municipio, que sean ellos los que decidan", ha aclarado.