Docentes granadinos se movilizan en contra de los recortes en educación
Más de trescientos profesores granadinos se encuentran afectados por los cambios en el sistema educativo, dejando sin trabajo a docentes que alcanzan en ocasiones los cinco años impartiendo clase
Trabajar después de terminar los estudios es algo que siempre se ha dado por hecho, un paso más necesario en la vida de toda persona, elevado prácticamente a la condición de trámite. Sin embargo, este proceso comienza a volverse más difícil cada vez, especialmente para los profesores. Los docentes ven cómo, tras obtener el título universitario y superar las oposiciones, chocan de bruces con un mercado saturado en el que la implantación del francés como segundo idioma cierra las puertas a muchos profesionales con un gran número de años de servicio.
Jesús Palacios, uno de los profesores afectados que ha llevado la voz cantante en la concentración realizada el día de hoy por cerca de 500 maestros y miembros de colectivos de apoyo, ha insistido en que el problema no es la implantación del francés como segunda lengua, sino que “se implanta de una forma errónea”, y es que el docente afirma que el método que se está siguiendo para realizar este trámite “blinda de forma específica asignaturas como la religión y otras como la educación artística o física quedan sepultadas”. “Muchos interinos tanto en primaria como en infantil están perdiendo su trabajo, al entrar un especialista de francés la ley le permite que dé asignaturas específicas tanto de primaria como de infantil”, explica el maestro, “la consecuencia es que un especialista de francés desplaza a dos profesionales y al especialista de educación física o artística en algunos colegios”.
Unida a esta implantación se realizan protestas por la ratio de alumnos por clase de los centros granadinos, que se encuentran actualmente en 28, cuando el valor ideal es de 25 estudiantes por aula. “Hay aulas masificadas y maestros en paro”, ha manifestado Jesús sobre un hecho que ha querido denominar de “contradicción”. “Es ridículo que haya aulas con muchos alumnos y profesores que no trabajan”, finalizaba su explicación sobre el tema el docente.
El día 2 de agosto ya se manifestó el colectivo en Granada con el objetivo de “forzar a la Junta de Andalucía a darnos una respuesta”, y es que Palacios afirma que la Junta “nos colocó de forma muy astuta, poniendo un fin de semana de por medio para que no pudiésemos hacer alegaciones, luego vino todo agosto y la administración estaba parada”.
El representante del colectivo cuenta que estas movilizaciones son “un preludio de lo que espera durante todo el curso”, y es que entienden que la educación será “utilizada como arma arrojadiza en un país donde el Gobierno está inactivo”, por lo que esperan “que sea un año en el que la educación tenga un papel político importante”.
En cuanto a los recursos presentados a modo de alegación, tanto de forma unificada como a nivel individual, la administración no se ha pronunciado aún, si bien es cierto que el colectivo entiende que “los trámites burocráticos van siempre lentos”.
En cuanto a su caso personal, Jesús se encuentra en la bolsa a modo de aspirante, aunque confiesa que no cree que trabaje este año. “Yo sé francés, me podría afectar muy bien todo esto”, cuenta el docente, que ha querido recalcar que “parece que los compañeros de francés son la cabeza de turco y ni mucho menos”, sino que el problema se encuentra en que “el inglés no está bien implantado y el hecho de meter una segunda lengua extranjera pedagógicamente no tiene mucho sentido”.
Isabel, otra docente con un año y nueve meses de experiencia laboral, tiene tres oposiciones aprobadas con un 7,5 de nota mínima. Esto le valió para entrar como interina en un centro donde afirma haberse sentido “siempre muy contenta”. “El problema es que el año pasado me dieron vacante en septiembre, estuve todo el año de maestra de apoyo en El Ejido, este año preveía que a principios de septiembre podría tener opciones de volver a trabajar, pero nos hemos encontrado con 600 maestros menos en la bolsa de primaria”, se lamenta la profesora, consciente de que esos docentes se encuentran por delante suya ahora. “Cuando acabe la concentración tengo cita para pedir el paro, hasta enero o febrero no podré empezar a trabajar y será a modo de sustitución, que no cobras el primer mes que entras, tienes que tener unos ahorros o tirar de la familia para poder pagar un piso o la gasolina”.
“Nosotros queremos la vacante no por la estabilidad, sino porque con la sustitución cobras dos meses más tarde, y esos dos meses es como si no hubieses comido, no puedes pagar la luz, la hipoteca…”, cuenta Isabel, “hay maestros que han estado hasta en siete u ocho colegios en un solo año, me parece una barbaridad”.