Al donar sangre, "por diez minutos de tu vida, podrás salvar la vida de tres personas"
Las reservas en los hospitales de la provincia se agotan y desde el Centro de Transfusión de Granada hacen una llamada de donaciones urgentes
Los hospitales lanzan la voz de alerta por la bajada en las reservas de sangre. Los expertos apuntan a que, durante las vacaciones de Navidad, siempre bajan las donaciones, pero este año, se suman los contagios por la variante de Covid-19 Ómicron, que están provocando una caída de las donaciones en algunas comunidades, como Andalucía. En concreto, en Granada, donde, "para cubrir las necesidades de los hospitales de la provincia, tanto públicos como privados, necesitamos unas 200 donaciones. Ahora mismo, en el almacén que tenemos por si surge alguna urgencia estamos bajo mínimos porque tenemos 405 bolsas. Para que estemos bien sin que surja una emergencia, necesitamos unas 900 unidades de sangre, con lo cual, nos quedan unas 500 para reponer". Así lo indica Lola López, técnico de Promoción del Centro de Transfusión de Granada, institución encargada de la distribución de la sangre por toda la provincia y en la que trabajan, las 24 horas del día, 65 personas por turnos, como se puede ver en el vídeo que acompaña a esta noticia, disponible en el canal de Youtube de GranadaDigital.
La falta de sangre en la reserva en los bancos supone una amenaza, ya que estos depósitos son fundamentales para que los hospitales funcionen con normalidad y también para que puedan hacer frente a situaciones extraordinarias, como accidentes de tráfico. Como curiosidad, para un trasplante de hígado, se necesitan unas 100 bolsas, como mínimo. Por eso, se ha hecho un llamamiento a las donaciones urgentes. Las necesidades siguen siendo diarias, "la sangre tiene que esperar al enfermo, no el enfermo a la sangre", expresa López. El objetivo es que aumenten las donaciones, pero no de manera puntual, sino a lo largo de estos meses próximos, pues ya hay intervenciones que se están teniendo que posponer al no ser tan urgentes. Ante esto, muchos donantes están respondiendo al reclamo que se ha hecho desde el centro a través de SMS. "Por diez minutos de tu vida, podrás salvar la vida de tres personas", dice contundente Lola López.
No obstante, el enemigo está vez tiene nombre: Ómicron. "Con esta sexta ola de coronavirus, la gente ha sido un poco más reticente a la hora de donar, no por falta de solidaridad, ni muchísimo menos, sino porque están confinados porque tienen el Covid-19. Hay que esperar un tiempo tras haberlo tenido y eso va mermando las reservas. Por eso hacemos este llamamiento: ahora es el momento de venir a donar", argumenta esta técnico. Además, el próximo martes, 25 de enero, el centro ampliará su horario desde las 8:30 hasta las 21:00 horas para fomentar que acudan más donantes.
Es cierto que, cada día, muchas personas van a donar, pero no es suficiente para reponer con unidades de sangre en los bancos de los centros sanitarios. "Si cada día llegáramos a 250 donaciones, a lo mejor, en un par de semanas, llegaríamos a un stock suficiente para afrontar la necesidad, no sólo de los hospitales, sino de las personas que están esperando la sangre", asegura Lola lópez.
¿Cómo ser donante de sangre?
Los requisitos mínimos para donar sangre son tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos y gozar de buena salud. Sin embargo, con la situación provocada por la pandemia, es posible que surjan algunas dudas, también a las personas que donan habitualmente. "Cuando viene aquí el donante, lee una ficha con todos los demás requisitos y si tiene dudas, aquí se las aclaramos. Por ejemplo, si una persona se vacuna contra el Covid-19, si al día siguiente se encuentra perfectamente, puede donar sin problema", puntualiza Lola. Por otro lado, si una persona ha pasado el coronavirus, debe esperar 14 días tras la resolución de los síntomas y tener una prueba negativa. En el caso de que la persona haya sido asintomática, deberá esperar 28 días.
Cuando una persona va a donar, si está registrado como donante, con su DNI o con la aplicación 'Dona Sangre Andalucía', que es como su carnet de donante, podría hacerlo sin problema. Cada vez que alguien va a donar, el médico le hace una serie de preguntas muy concretas que se quedan entre ellos dos. Tras esto, se le toma la tensión y ya puede pasar a la sala para donar. Entre la sangre extraída, se hace una analítica para ver que está todo correcto y, "después de diez minutos, te tomas un refrigerio y para casa", dice entre risas Lola López, haciendo alusión a los bollitos y zumos que hay en una salita contigua a la sala de extracción de la sangre.
Una de las preguntas más frecuentes entre las donantes de sangre es si pueden hacerlo mientras están con la regla. Al pasar la consulta médica previa a la donación, se les toma la hemoglobina, es decir, el nivel de hierro en sangre, y si la mujer la tiene entre los parámetros correctos, puede donar perfectamente. Ante todo, el médico es el que tiene la última palabra a la hora de permitir que esa persona done.
La donación está disponible en el centro en horario de lunes a viernes de 8:30 a 14:30 h. Además, se cuenta con unidades móviles que viajan por toda la provincia con el fin de acercar la donación a las personas más alejadas de la capital, así como a colegios, facultades... Desde las pequeñas localidades granadinas, los ayuntamientos y otros edificios institucionales también prestan su ayuda al centro para avisar de qué días se prevé una mayor afluencia de personas.
El viaje de la sangre: desde las venas hasta las cámaras frigoríficas
Tras la extracción de la sangre, ésta comienza un viaje en cadena. Primero, se sube a la primera planta del edificio ubicado en la calle Doctor Mesa Moles, donde, en un laboratorio en el que todas las trabajadoras son mujeres, salvo un hombre, se centrifuga para separar sus componentes (plasma, plaquetas [que conforman los denominados buffys] y hematíes). Después, se secciona el concentrado de hematíes en pequeños tubos, para realizar pruebas cruzadas y determinar el grupo sanguíneo, con el fin de no manipular la bolsa al completo.
Luego, se ve que los resultados de la analítica son los correctos, y, si es así, esa sangre pasa a transfundir ya dividida en partes. Si se encontrara alguna anomalía en las pruebas, éstas se repiten en varias ocasiones, se contacta con el donante en caso de salir algo extraño en los resultados y esa sangre se desecha, automáticamente. El proceso conlleva un protocolo y un control de calidad para que todo esté lo más correcto posible a la hora de llegar a la persona enferma.
Una bolsa de concentrado de hematíes puede llegar a aguantar 42 días; una solamente de plaquetas, una semana; mientras que el plasma, si se congela, puede durar años. Sin embargo, no porque el plasma aguante más, quiere decir que no haga falta, pues hay escasez de todo. Esto se debe a que el plasma necesita de los otros dos componentes de la sangre para poder transfundirse, por lo que, si no hubiera suficiente de todos, el plasma congelado se puede utilizar en la industria farmacéutica para, entre otros procesos, la fabricación de vacunas. "Todo se aprovecha", asegura López.
Los grupos sanguíneos que se necesitan con mayor urgencia son los negativos, en concreto, el 0-. "Es por estadística porque los grupos sanguíneos más comunes son el A+ y el 0+; los que tienen factor Rh negativo son menos frecuentes", explica López.
Una respuesta a la llamada de urgencia
Celia es una granadina donante desde hace nueve años. Según cuenta, "procuro venir las tres veces que se me permite cada año, aunque, normalmente, vengo dos". Al preguntarle sobre por qué se hizo donante, Celia comenta que es enfermera, por lo que está muy concienciada con la colaboración ciudadana y con salvar vidas. "Va innato", dice entre risas. En 2020, por culpa del Covid-19, no pudo venir, pero desde el año pasado, ha vuelto a donar. Esta granadina fue al centro este miércoles por primera vez en este 2022: "Como hace falta tanta sangre, he decidido empezar el año de esta manera", concluye Celia.
La joven Loe se hizo donante a principios del año pasado porque una amiga se lo propuso. Según admite, se lanzó sin dudar porque "nunca he tenido miedo a las agujas, aunque la primera vez siempre da un poco de cosa". En su segunda vez como donante, Loe asegura que se siente productiva por que "ya que no puedo ayudar de otra manera porque no soy médica, esta es mi manera de contribuir".
Es curiosa la imagen de dos gemelos, Felipe y Juan Antonio Reyes, donando uno junto al otro. "Llevo siendo donante cinco años, la última vez también vinimos los dos en septiembre", cuenta Felipe. "Normalmente, cada tres meses, me gusta donar porque mi cuerpo genera más glóbulos rojos, por lo que necesito donar más, pero aparte, me siento muy bien por lo que hacemos por los demás. Así que es bueno para mí y para los enfermos", continúa. "Nos hicimos donantes porque mi padre siempre lo ha sido, aunque ahora es diabético y no puede. Pero fue él quien nos lo inculcó desde chicos porque que nos traía a verlo donar y ya decidimos serlo nosotros también. Yo empecé antes que mi hermano, pero él, al poco tiempo, también empezó a donar conmigo", concluye este granadino.