Dormir en la calle por no abandonar a sus mascotas: el problema silencioso del sinhogarismo

"En los albergues de Granada no se permite a las personas que duerman con sus mascotas", explica Casimira Quiñones, miembro de la plataforma ciudadana La Calle Mata. Esto "fue el caso de Carmen, es muy cruel, es por eso que duermen en la calle", sentencia Quiñones. Carmen era una mujer que se encontraba en situación de calle y, hace dos semanas, fue encontrada fallecida en un trastero de la capital. En un acto que fue convocado en su memoria, La Calle Mata destacó su amor por sus fieles acompañantes de cuatro patas.

Un caso similar y aún más reciente es el que se ve implicado José Francisco Gallardo. El hombre de 65 años reside en una vivienda que fue abandonada en su construcción en el municipio de Láchar junto a cerca de dos decenas de animales. Gallardo se enfrenta este lunes a un juicio en el Juzgado número 3 de Santa Fe que le obligaría a desalojar dicha residencia.

Vivir en la calle ya es una situación complicada y alberga aún más obstáculos cuando se viene acompañado de animales. La reciente legislación sobre la protección animal promueve la inclusión de estos pequeños acompañantes para garantizar el bienestar tanto del animal como de su dueño. Sin embargo, en la práctica puede ser complicado. A pesar de ello, ciertas organizaciones luchan por esta causa. En 2019, la Federación Granadina de Asociaciones de Protección Animal (Fegrapa) firmó un convenio con la asociación de asistencia a personas sin hogar, Calor y Café para alimentar a los animales de sus usuarios. En enero de este año, se hizo saber que una propuesta del Gobierno estudiaba ofrecer servicios gratuitos o a precio reducido a diferentes colectivos, entre ellos, las personas sin hogar.

El caso de José, al igual que el de Carmen, es un drama para la asociación La Calle Mata. La plataforma ciudadana lucha por la vivienda ofreciendo apoyo moral, compañía e incluso ayuda en diferentes trámites como puede ser acceder a la tarjeta sanitaria o solicitar la renta mínima. Además, la organización localiza a las personas sin hogar para repartirles comida o ropa. Casimira Quiñones asegura que puede ser frecuente que las personas sin hogar ocupen lugares abandonados y son expulsados a pesar de su oposición. La situación del sinhogarismo en Granada es algo que todavía no ha encontrado una solución definitiva.