Dos personas discapacitadas cumplen su sueño de volar en paramotor
La Asociación de Voluntariado Social ‘Poquito a Poquito’ de Güéjar Sierra logra subir a José Antonio y Óscar con el campeón del mundo Ramón Morilla
Dos personas con discapacidad, una de ellas con tetraplejia alta debido a una parálisis cerebral infantil, han realizado su primer vuelo en paramotor con la empresa Draco, en un tándem pilotado por Ramón Morilla, varias veces campeón del mundo en diferentes modalidades de vuelo. Ha sido en la localidad granadina de Güéjar Sierra donde estas dos personas han podido de la maravillosa labor de la Asociación de Voluntariado Social ‘Poquito a Poquito’, ubicada en este municipio.
José Antonio Navarro Díaz y Óscar Álvarez Segura han podido cumplir su deseo de volar a través de la actividad ‘Volando Alto’ que la citada asociación ha puesto en marcha con ayuda de la Diputación de Granada. Para lograrlo, se pusieron en contacto con la empresa Draco, capitaneada por Ramón Morillas, campeón del mundo de paramotor.
Teresa Recio, secretaria de la Asociación ‘Poquito a Poquito’, ha comentado que la empresa Draco fue la elegida por la garantía que les ofrecía al volar, la calidad del piloto, y porque Ramón Morillas es una persona altamente implicada en vuelos de movilidad reducida, y que, desde el primer momento, facilitó todo el proceso para que pudiese llevarse a cabo este sueño de tocar el cielo, aunque nunca hubiesen pisado la tierra.
José Antonio, con 56 años, y origen murciano, es conocido como Tatanka. Nació con parálisis infantil, y aunque sus pies nunca hayan tocado el suelo siempre ha querido tocar el cielo. Tatanka, como lo apodó su padre por sus profesores americanos, pertenece a la comunidad gitana, cultivando ambas culturas a través de su arte y corazón. Teresa Recio, que muestra una gran admiración hacia José Antonio, asegura que tras el vuelo el murciano estaba totalmente inmerso en una felicidad constante, con una mirada de plenitud que aseguran que los sueños se cumplen, y aunque no los toques, se sienten.
Además, Teresa bastante emocionada, revela que Tatanka tras el vuelo dijo: “Tengo muchas cosas que hacer en la vida, y sé que puedo hacerlo”. Ha demostrado que no hay limitaciones en la vida cuando el deseo a hacerlo prima ante cualquier adversidad.
Óscar, que conoció a José Antonio en la residencia donde vivían los dos, tiene esclerosis múltiple desde los 18 años, pero la enfermedad evoluciona a un ritmo que le permite desarrollar sus capacidades y vivir conforme a sus proyectos. Estudiante de Psicología, y amante de la adrenalina, accedió desde el primer momento en el que se puso en marcha esta actividad de Volando Alto. Este jienense de 41 años tampoco se rinde ante cualquier adversidad, y ya está planeando su próxima aventura: bucear.
Desde la asociación aseguran que les encantaría volver a repetir esta experiencia, y que están esperanzados en que proyectos como este se hagan más a menudo. Son totalmente conscientes de que aventurarse en un mundo que a los demás les parece cotidiano, ellos lo hacen en condiciones mucho más complicadas y con gastos desorbitados. Por ello, agradecen a la empresa Draco el haber costeado los gastos mínimos para poder volar, cumplir sueños, y sentirse parte de una comunidad que dice incluir a todo el mundo, pero a veces se olvida que no todos tienen las mismas necesidades.