Dos policías infiltradas ratifican las irregularidades en los accesos a la Alhambra
Las dos agentes estuvieron infiltradas entre octubre y diciembre de 2005 en los accesos a la Alhambra
Dos agentes de la Policía Autonómica que estuvieron infiltradas en 2005 en la Alhambra para investigar el supuesto fraude en la venta de entradas al monumento han ratificado durante el juicio que presenciaron "irregularidades", como el acceso de grupos con más personas de las permitidas, de turistas sin tique o con el pase cortado.
Este jueves han declarado a petición de las acusaciones tres agentes --dos mujeres y un hombre-- de los siete que llevaron a cabo la investigación que permitió constatar las supuestas irregularidades cometidas en el monumento.
Las dos agentes estuvieron infiltradas entre octubre y diciembre de 2005 en los accesos a la Alhambra, una de ellas como azafata de una agencia de viajes y la otra como becaria en la unidad de análisis de datos del monumento.
El tercer policía participó en la entrada y registro en el domicilio del principal acusado en la causa, Francisco C.J., según han detallado a Europa Press fuentes del caso.
Estos agentes, que han declarado durante casi seis horas ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Granada que enjuicia el caso, han ratificado que en su día detectaron irregularidades en los accesos, como la entrada de más personas de las fijadas en las entradas colectivas y la existencia de "un trato de favor" con el principal acusado y su familia.
El resto de los agentes declarará previsiblemente el próximo miércoles, cuando también está prevista una videoconferencia con uno de los instructores jefe de las diligencias.
Este caso sienta en el banquillo de los acusados a medio centenar de personas que se enfrentan a penas de entre cuatro y nueve años de cárcel por delitos de apropiación indebida, estafa, falsedad en documento mercantil, daños al patrimonio histórico-artístico y cohecho.
Según consta en el escrito de acusación del Ministerio Público, la presunta trama delictiva estaba encabezada por cinco miembros de una misa familia, dos de ellos guías turísticos, otro director comercial del Hotel Carmen y el resto de las agencias de viajes Washingtong Irving Travel S.L. y Daraxatour S.L..
Estas personas, "con la finalidad de conseguir un provecho patrimonial ilícito, idearon y ejecutaron durante los años 2002 a 2005 un plan" para ingresar lo que sus clientes pagaban para obtener una entrada a la Alhambra, monumento al que accedían pese a este sistema ilícito.
Estos acusados aprovecharon supuestamente las relaciones de amistad y profesionales que les unían con otro de los procesados, un guía turístico que durante 40 años prácticamente monopolizó la visita del turismo japonés a Granada gracias a su conocimiento del idioma y a contactos con agencias que gestionaban grupos de esta nacionalidad.