El drama de la vivienda en Granada: "Los jóvenes no queremos subvenciones para vivir, queremos un sueldo que nos lo permita"

La alta demanda y la escasez de oferta inmobiliaria ponen en una situación compleja a los jóvenes y a las familias con ingresos bajos que no consiguen acceder a una vivienda "digna"

Cartel de se alquila
De las 1.168 viviendas en alquiler disponibles en el portal inmobiliario Idealista en Granada, solo tres inmuebles están por debajo de los 400 euros al mes | Foto: Archivo GD
Elena Parra
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El precio de la vivienda en Granada continúa al alza a dos meses de finalizar el año, tanto en alquileres como en la compra de inmuebles, impulsado por la alta demanda y la escasez de oferta en el mercado inmobiliario local. Un aumento que choca directamente con el coste de vida actual, marcado por  salarios bajos, condiciones laborales precarias y una inflación prolongada en el tiempo que pone contra la cuerda floja a jóvenes y mayores. 

De las 1.168 viviendas en alquiler disponibles en el portal inmobiliario Idealista en Granada, solo tres inmuebles están por debajo de los 400 euros al mes, y todos son pequeños estudios que no sobrepasan los 35 metros cuadrados. La situación no es muy distinta en el mercado de compraventa; en la capital, los pisos ofertados a precios más ajustados se encuentran "okupados", tal como se publicitan en este portal web. 

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El problema de la vivienda afecta a miles de personas, entre las que se encuentran los jóvenes, las familias con ingresos bajos y las personas mayores cuya jubilación no les alcanza para pagar una renta. Una situación insostenible que se ve agravada por la subida de los precios de los alimentos, la electricidad o los carburantes. 

Hace una semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció una nueva inyección de 200 millones de euros para el bono de alquiler joven. "Yo no quiero una España donde haya propietarios ricos e inquilinos pobres", declaraba el presidente en rueda de prensa. Una cuestión que ha declarado como "prioridad absoluta" para el Gobierno, "la vivienda sigue siendo, especialmente para los jóvenes, más un drama que un derecho", sentenciaba. 

Ángel Muñoz, presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Granada, afirma que el drama de la vivienda se fundamenta en ley de la oferta y la demanda, "tenemos un problema y es que hay mayor, pero notablemente mayor, número de demanda que de oferta", destaca. Consideración que no comparte Marta, una joven que lleva casi cuatro años viviendo en Granada y que ha notado el incremento de precios en los pisos de alquiler: "me he visto obligada a compartir piso porque ha llegado un momento en el que con mi sueldo, no me daba para pagar un alquiler, comer y vivir". "Yo creo que el principal problema de todo esto es la burbuja especulativa, la gente quiere vivir de las rentas y esto se nos está yendo de las manos", reconoce la joven.

La vivienda es uno de los derechos básicos recogidos en la Constitución Española; sin embargo, los ciudadanos se encuentran en una situación de vulnerabilidad frente al acceso a una vivienda "digna" y "adecuada". Un desafío del que el Estado y las administraciones públicas deben hacerse eco, regulando la especulación inmobiliaria y protegiendo a las familias más vulnerables de desahucios.

El mercado inmobiliario actual se encuentra en un punto de inflexión; por un lado, los tipos de interés para acceder a una hipoteca están bajando, lo que favorece la compra, mientras que, la oferta de pisos de alquiler está en mínimos, lo que dificulta el acceso a la vivienda para las familias y las personas con bajos ingresos. Así lo asevera Ángel Muñoz: "ahora mismo hay una guerra de intereses abiertos entre los bancos para ver quién da la mejor hipoteca. Hay bancos que están ofreciendo el 100% y, específicamente en Granada, hemos conocido la noticia de que Caja Rural, mediante una acuerdo con el Ayuntamiento, dará el 95% de la hipoteca".

Una medida que Muñoz considera como "una buena iniciativa para incentivar la compra", aunque reconoce que el problema seguirá estando porque "el stock de la vivienda en Granada es el que es". "Por cada casa que se saca a la venta, hay cuatro compradores, lo que se traduce en que hay cuatro veces más demanda que oferta. Por lo tanto, esto es una consecuencia directa de que los precios se mantengan altos", explica.

Los sueldos, una variable importante en la ecuación para acceder a una vivienda

Los sueldos son otro de los puntos claves en la ecuación para resolver el problema de acceso a una vivienda. Y es que el salario mínimo interprofesional (SMI) se sitúa en los 1.134 euros mensuales en 14 pagas, o lo que es lo mismo, en 1.323 euros en 12 pagas. "Los sueldos no han subido al ritmo de la vivienda, ni al ritmo de la alimentación, ni al ritmo del combustible, ni al ritmo del coste de la vida en general", señala Ángel. "Nos encontramos con que las personas que están cobrando este salario, que es bajo para lo que supone vivir hoy en día, lo tienen prácticamente imposible, porque los precios se han inflado tanto y hay tan poca oferta que representa un verdadero problema", añade.

Marta, es una de las miles de personas que se encuentran en esta situación, trabaja como dependienta y asegura que "no llego a fin de mes". Vivía de alquiler en un pequeño estudio de Cartuja donde pagaba 420 euros al mes, pero la ansiedad y la frustración generada por "no poder ahorrar y vivir al día" han hecho que tome la decisión de volver a compartir piso junto a otras tres personas. "Destinaba más de la mitad de mi sueldo en pagar un estudio de 32 metros cuadrados, los últimos meses tenía que elegir entre pagar la renta o no comer carne", declara. "Los salarios deben subir, es una vergüenza que no podamos cubrir necesidades básicas como una vivienda, la alimentación o simplemente disponer de un coche para el trasporte diario. Por no hablar de las necesidades que tiene una familia con hijos a cargo, no se puede seguir así".

Algo similar le ocurrió a Celia, tuvo que volverse a casa de sus padres ante la imposibilidad de encontrar un piso de alquiler "a un precio razonable" y con las "condiciones mínimas" de habitabilidad en la capital granadina. En relación a las medidas adoptadas por el Gobierno y las administraciones, cree que son "necesarias", pero que deberían "limitar el número de apartamentos turísticos", pues afirma que "los propietarios buscan el beneficio, y para ellos es más rentable alquilar un piso a un turista, ganando 200 euros en un fin de semana, que a una familia por 400 o 600 euros".

Con un sueldo por encima del SMI se encuentran Ania y Javier, una pareja de jóvenes maestros que se han visto obligados a irse a 53 kilómetros la ciudad para encontrar un alquiler que les permitiera ahorrar. "En Granada un piso que se ajuste a nuestras necesidades, que esté en buenas condiciones y que no se nos caigan los muebles encima, ronda los 1.000 euros mensuales, prácticamente la mitad de mi sueldo", destaca la joven. La pareja considera que el bono de alquiler joven es "un parche" y aseguran que "es una chapuza para mantenernos callados mientras los sueldos siguen sin subirse".

Ambos coinciden en que la incertidumbre que rodea al precio de los alquileres supone un "desgaste emocional importante". "No podemos pensar en crear una familia o en hipotecarnos en algo porque nadie te da la seguridad para hacerlo ni si quiera a corto plazo. Los jóvenes no queremos subvenciones para vivir, queremos un sueldo digno que nos lo permita", comenta Javier.

Granada, tercera ciudad andaluza con más pisos turísticos 

Granada es la tercera ciudad andaluza con más pisos turísticos (2.622), detrás de Sevilla (6.171) y Málaga (7.038), según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una cuestión que pone sobre la mesa el auge de los precios de la vivienda en barrios como el Albayzín o el Realejo

Los vecinos achacan a la "especulación turística" la migración de los residentes hacia zonas más accesibles económicamente, lo que ha provocado un aumento de la gentrificación y la pérdida de la identidad cultural de los barrios. El Ayuntamiento de Granada congeló la concesión de licencias para viviendas de uso turístico en julio de 2024, una medida que la Asociación Albayzín Habitable considera como "un tímido paso" hacia una regulación que reduzca "el número de viviendas turísticas porque el barrio se está muriendo". 

La proliferación de pisos turísticos es otra de las consecuencias directas que pone en alza el precio de la vivienda. "Se han quitado del mercado muchos pisos que, de antemano, hubieran sido de arrendamiento habitual", reconoce el presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Granada. "Es un mercado que ha revitalizado muchos inmuebles, y la verdad es que muchos de esos pisos, si no fueran para ese uso, probablemente no se habrían vendido. Pero, claro, en el punto medio está la virtud; hay que limitar el uso y buscar la conciliación de todas las partes".

En definitiva, la situación de la vivienda en Granada pone de manifiesto la necesidad de políticas específicas para atajar este problema social. Un drama que está afectando por igual a jóvenes y mayores, quienes no encuentran la manera de vivir "dignamente" en un contexto de inflación y sueldos "míseros", donde el riesgo de pobreza y exclusión social se mantiene en niveles demasiado altos.







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