Educadores sociales: los grandes olvidados por la sociedad

“Somos una profesión desconocida y con poca visibilidad para la sociedad", lamentan trabajadores de este gremio

Visita del delegado de educacion al colegio Inmaculada del Triunfo
Visita del delegado de Educación al Colegio Inmaculada del Triunfo | Foto: Antonio L. Juárez/GD
Paco García
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Quizá si un día le pregunten por la calle qué es la educación social, usted se quede en blanco y no sabrá responder con certeza. Esto es, lamentablemente el pan de cada día en nuestra sociedad respecto a una de las profesiones más importantes y a su vez más silenciadas por las instituciones.En los tiempos que corren es cuando de verdad se manifiestan las necesidades de la sociedad. Quizás, en gran parte por culpa de la pandemia, nos hemos dado cuenta de lo mucho que dependemos de diversos sectores que observábamos desde la distancia y de lo vitales que son en el día a día.

Hoy en GranadaDigital nos hacemos eco de este problema y del impacto crucial de la educación social y la labor indispensable que desarrollan los trabajadores de este gremio. Antonio Sánchez, graduado en educación social, se encontró con un inicio cargado de palos en la rueda, sobre todo a la hora de empezar a trabajar, ya que “el mercado laboral es complejo. Te desmoralizas cuando te ofrecen un contrato de trabajo pobre, precario”, comenta Antonio sobre sus inicios. A ello, si le sumas que “somos una profesión desconocida y con poca visibilidad para la sociedad".

Este desconocimiento general por parte de la población es, en mayor grado, gracias a la dejadez de las instituciones, a quienes los educadores sociales achacan el no sentirse valorados. Marta, estudiante del grado de Educación Social en la UGR lamenta que “no tenemos ninguna oposición como tal, tenemos que adherirnos a otras, aunque cada vez estamos metiendo más cabeza”, comenta Marta. A ella le gustaría trabajar con menores: “Mi vocación está en los niños pequeños. Lo que gusta de verdad es dar un empujón a la gente para que tengan una vida mejor. A la gente le cuesta acostumbrarse a los cambios, lo educadores vamos a nuestro trabajo y revolucionamos el equipo para poder realizar estos cambios en pos de la sociedad”.

Cuando se le cuestiona el por qué puede estar ocurriendo esto, cree que es porque “es una carrera nueva y un puesto de trabajo nuevo. Nuestro papel en un puesto de trabajo lo cubre una persona que no está cualificada cuando no debe ser así. Espero que en un futuro no desaparezca, porque la sociedad no se puede entender sin la educación social”, asegura la estudiante.

Mensaje a la sociedad

Desde prisiones hasta trabajar con grupos en riesgo de exclusión. La educación social acapara tantos campos que es vital tratarla con delicadeza y como se merece. “El concepto de la sociedad tiene que cambiar sobre nosotros. La gente cree que trabajamos con gente que tiene problemas cuando no es solo así. Trabajamos con personas con las que nadie quiere hacerlo. Todo el mundo merece una oportunidad y debe ser ayudado. Los problemas referentes homofobia o la xenofobia van acarreados por esto”, relata Marta. Por su parte, Antonio asegura que son vitales. "Queremos realizar un cambio siempre hacia lo positivo trabajando con aquellos con los que la sociedad aparta y que por ende están en situación de riesgo”.