El acusado de matar a su inquilino reconoce los hechos, pero lo achaca a la esquizofrenia que padece
Las peleas entre ambos eran frecuentes, y el fallecido había interpuesto contra él una denuncia anteriormente por un "forcejeo" en el que también hubo insultos
El hombre de 56 años que es enjuiciado desde este lunes por un jurado popular en la Audiencia de Granada ha reconocido que mató a puñaladas a un inquilino cuando discutieron en la vivienda que compartían en la zona norte de la capital granadina, aunque ha reseñado que él no está "bien", en referencia a la esquizofrenia residual que padece.
"Yo no estoy bien", ha expresado el acusado en distintas ocasiones ante el representante del Ministerio Público, en su declaración en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, en la que ha agregado que "imaginaba" que una de las cuchilladas que le dio a su compañero de piso le seccionó el cuello y ha reconocido que utilizó dos cuchillos de cocina en la agresión.
Las peleas entre ambos eran frecuentes, y el fallecido había interpuesto contra él una denuncia anteriormente por un "forcejeo" en el que también hubo insultos. "Pasaba a menudo", ha reconocido el acusado, que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 17 años de prisión por la presunta comisión de un delito de asesinato, con el atenuante de confesión.
Asimismo, ha recordado que la víctima "todos los días estaba bebiendo", lo que habría dado lugar a que causara molestias a otros inquilinos de las tres habitaciones que tenía en alquiler, quienes se terminaban marchando.
Sin darse "mucha cuenta" de lo que estaba sucediendo por su enfermedad, ha mantenido que "lo echaba" de la casa pero "no quería irse".
El procesado, en prisión provisional por estos hechos, ha afirmado también que recibe medicación por la esquizofrenia residual que padece desde hace 17 años, en lo cual ha incidido su defensa, que entiende que se produjo un supuesto homicidio, con atenuantes de confesión y enfermedad mental, por lo que solicita siete años y medio de cárcel.
Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, la disputa, que tuvo lugar en la noche del 22 de julio de 2017, comenzó con una discusión acerca de los motivos que habían llevado a otro inquilino a abandonar la casa, y continuó en el dormitorio que tenía alquilada la víctima, a quien el acusado habría comenzado a darle puñetazos en la cara, "rompiéndole a continuación un taburete en la cabeza, lo que provocó su caída al suelo, donde lo siguió golpeando al tiempo que le decía yo te mato".
Entonces, según el fiscal, cogió supuestamente de la cocina dos cuchillos de 21 y 23,5 centímetros de largo, y volvió al dormitorio, donde "le apuñaló reiteradamente hasta causarle la muerte". Le practicó supuestamente heridas mortales en cuello --de 14 centímetros de longitud, seccionándole la tráquea--, tórax y abdomen.
También lo dañó en cabeza, extremidades y mano derecha con decenas de cortes que el fiscal considera que le ocasionó "con la intención de aumentar el dolor de la víctima, que aún se encontraba viva y consciente".
Hace constar el fiscal que el acusado "sufría una esquizofrenia residual que no alteró su capacidad" para reconocer lo que estaba haciendo, y que "confesó espontáneamente" cuando se presentaron en el piso los agentes policiales.